Mover órganos para eliminar dolores óseos

La osteopatía visceral puede ayudar a solucionar problemas estructurales del paciente

MANOS EN ACCIÓN.  La osteópata Laura Masip atiende a una paciente.

MANOS EN ACCIÓN. La osteópata Laura Masip atiende a una paciente.

MARIA
GARCÍA SAN NARCISO

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Un dolor, por ejemplo, en la zona lumbar de la columna vertebral puede tener un origen visceral. Es una conclusión a la que es capaz de llegar un osteópata a base de tocar todo el cuerpo del paciente. Porque el cuerpo humano es como una obra de ingeniería donde todo está conectado.

La osteopatía puede ser visceral, estructural o craneal. Quienes ejercen esta labor, en cualquiera de las ramas, trabajan principalmente con el sentido del tacto. Palpan sobre todo el cuerpo del paciente para radiografiarle sin necesidad del uso de rayos, desde los pies hasta el cráneo. Lo escuchan. Las manos juegan un papel fundamental, tanto para diagnosticar los posibles problemas como para reparar el daño. Laura Masip, osteópata y terapeuta, compara su actividad con la de los músicos formados en el conservatorio. «Es un trabajo para el que hay personas que salen técnicamente preparadas y otras que, además de eso, te hacen llorar, te emocionan», afirma.

Masip equipara el cuerpo humano a una obra de ingeniería. «Toda la parte visceral funciona igual que la estructura ósea», explica. «Todo va con líneas. Con rotaciones y traslaciones. Una víscera también se mueve con ejes. Entonces puede pasar que si está mal colocada, indirectamente afecte a un hueso», señala Masip. «La víscera puede afectar a la parte dorsal, cervical o lumbar», añade.

Movimiento alterado

En el momento en que un tejido sufre una inflamación, no va a poder moverse de manera óptima y, por lo tanto, el órgano tampoco podrá funcionar correctamente. Si, por ejemplo, un tejido sufre una inflamación, su movimiento natural quedará alterado. Para que una víscera funcione correctamente, los órganos tienen que poder moverse en contacto con el resto de tejidos sin que nada se lo impida.

La manipulación visceral es una terapia manual. El osteópata trabaja con presiones suaves, en absoluto violentas, con el objetivo de estimular la movilidad normal de la víscera y de su tejido. «Es tan suave que se trata hasta a bebés», destaca Masip.

El osteópata tiene que sentir dónde hay tejidos espásticos y, a través de diversas técnicas, hacer que estos vuelvan a la normalidad. Con las manos, utilizan diversas técnicas para evaluar el movimiento de los órganos y captar los posibles defectos. De esta manera tratan el movimiento alterado y lo restablecen para mejorar el funcionamiento del órgano en cuestión, que puede ser desde la vesícula hasta el intestino grueso.

Filosofía holística

La filosofía de la osteopatía es holística. Los osteópatas tienen en cuenta la parte estructural de la persona, comprendida por vértebras, músculos y ligamentos, la craneal y la parte visceral, donde se incluyen los órganos. También la emocional, que ayuda al corazón. «Al pericardio. El corazón también tiene movimientos y cuando está en tejido espástico, o no se mueve bien porque está atascado, entonces lo recolocamos», comenta Masip. Y ahí es cuando el paciente puede romper en lágrimas o estallar en carcajadas. De liberación. En su sala ha habido personas que se han pasado una hora riendo y llorando.

La osteópata continúa con sus símiles: «Podríamos decir que la estructura, los huesos, serían como un armario. Las vísceras serían la ropa que está dentro. Cuando una de las vísceras [la ropa] se mueve, la puerta del armario [los huesos] queda desajustada ». Por eso, debido a un problema en los intestinos se puede tener un dolor de piernas muy fuerte, por ejemplo. «La osteopatía tiene que tener una visión holística de la persona, global», asegura Masip. «No solamente vemos un intestino. También se tiene que ver si el sacro está bien puesto, si ha habido un traumatismo...»

Por eso, muchos de los pacientes acuden al osteópata por problemas de dolores de espalda para después descubrir que el problema proviene de otra parte del cuerpo. «El dolor de espalda puede venir de un intestino mal colocado o porque el eje de cráneo está enganchado», comenta la profesional.

El número de sesiones que necesita un paciente va a depender de diversos factores. Masip comenta que algunos se curan en la primera sesión, mientras que otros requieren de unas cuantas para poder solucionar sus problemas.