Más de mil niños están vivos en España gracias a la cirugía fetal

Uno de cada 1.000 embarazos requiere una operación para salvar al futuro bebé o evitarle secuelas cuando nazca. Gemelos que se traspasan sangre o que crecen uno más que el otro y las hernias diafragmáticas son los motivos de intervención más frecuentes

EN EL QUIRÓFANOOperación de un feto realizada por el doctor Gratacós el pasado 19 de diciembre en la Maternitat.

EN EL QUIRÓFANOOperación de un feto realizada por el doctor Gratacós el pasado 19 de diciembre en la Maternitat.

CARME
ESCALES

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Son operaciones rapidísimas, pueden durar de 10 a 40 minutos. «Nosotros decimos que es como robar un banco. Hay que entrar y salir rápido, antes de que suenen las alarmas», clarifica el doctor Eduard Gratacós, uno de los primeros médicos del mundo que operó, en 1997 en Bélgica, dentro de un útero materno. Se trata de técnicas que en los últimos 15 años han hecho posible que «más de 1.000 niños en España estén vivos por haber sido operados antes de nacer», explica.

Uno de cada 1.000 embarazos requiere una intervención en el feto. Gemelos que comparten placenta y se pasan sangre el uno al otro o que crecen uno más que el otro están entre los casos más habituales de operación prenatal. «El criterio para intervenir es que exista una enfermedad o anomalía en el feto que, en caso de no ser tratada, producirá su muerte o grandes secuelas en el bebé una vez nazca. Si no es así, no está justificada la operación, pues los riesgos para la madre son muy pequeños, pero nunca son cero», argumenta Gratacós, fundador y director del Fetal Medicine Research Centre, un centro de investigación multidisciplinar en medicina fetal vinculado a los hospitales Clínic y Sant Joan de Déu y a la Universitat de Barcelona.

El centro ha desarrollado técnicas de referencia mundial para entrar en la tráquea, imprescindibles, por ejemplo, en la operación de la obstrucción de vías aéreas de un feto. Salvar la vida antes de nacer es posible gracias a las ecografías que durante la gestación van escribiendo el libro de ruta de esa vida en formación. «La medicina fetal es el paradigma de la medicina preventiva más precoz», destaca Gratacós. «Durante su vida en el útero materno, más o menos uno de cada 10 fetos puede estar expuesto a un problema, que no siempre será una malformación», precisa el especialista, director de BCNatal, centro de referencia internacional en medicina fetal, resultado de la unión del Hospital Clínic y el Hospital Sant Joan de Déu. Hasta él llegan embarazadas de todo el mundo, con una ecografía bajo el brazo que indica que se ha detectado algo anómalo en el feto.

PACIENTES ANTES DE NACER / Que la salud empieza antes de nacer lo afirma el lema del equipo de Gratacós y lo corrobora su trabajo. Sus pacientes no llegan al mundo con un pan bajo el brazo, sino con un historial médico que, además de Gratacós -que los opera antes de nacer -, otros médicos conocen ya antes del parto. De ahí la alianza del Hospital Clínic y la Maternitat con el Hospital de Sant Joan de Déu. «Después de la terapia fetal, en la que nosotros, cirujanos pediátricos, también estamos presentes, hacemos el seguimiento, pues esas criaturas las llevaremos nosotros una vez nazcan», explica la cirujana del Hospital Sant Joan de Déu Montse Castañón. Habitualmente, es ella quien realiza las segundas operaciones a los recién nacidos que han sido previamente tratados intrauterinamente por el doctor Gratacós.

«No todas las intervenciones fetales requieren una segunda operación», puntualiza Castañon. «En el caso de la hernia diafragmática, otra de las operaciones más frecuentes que se hacen, al nacer hay que volver a operar», detalla la cirujana de Sant Joan de Déu.

«Con la terapia fetal, lo único que hacemos es contrarrestar el problema», dice el doctor Gratacós. «En la hernia diafragmática, el diafragma no se ha cerrado bien y eso provoca que las tripas suban al tórax y compriman los pulmones. Si no lo tratáramos, el feto moriría por un fallo respiratorio, porque los pulmones no se han podido desarrollar», expone el especialista. «Lo que hacemos es colocar un balón que se infla, en la tráquea, y así bloqueamos la salida de secreciones pulmonares, forzando a que el pulmón crezca, y de esta forma contrarrestamos el problema de la compresión de las tripas», describe Gratacós. «Una vez nace el bebé, deberá ser operado, porque le hemos salvado la vida, incrementando un 40% la supervivencia del feto, pero hay que cerrar el diafragma que no se cerró de manera natural durante la gestación», dice el doctor.

Su intervención en tumores pulmonares aumenta la supervivencia del feto un 95% y, en el caso de los gemelos monocoriales feto-fetales que se pasan sangre mutuamente, la intervención cuenta con una supervivencia también superior al 90%.

EN EL CORAZÓN DEL FETO/ La cirugía fetal, que en España se inició en 1999, cuando fueron intervenidos unos gemelos en el Hospital del Vall d'Hebron, ha llegado asimismo al órgano más vital del feto. El equipo de Gratacós opera, también dentro del útero, la estenosis de válvulas cardiacas, «la estrechez de los canales por los que circula la sangre en el corazón, por lo que este debe hacer mucha fuerza para bombearla», explica.

Las cirugías fetales se pueden operar entre las 15 y las 34 semanas de embarazo y el 99% de ellas se hacen por endoscopia y son siempre intrauterinas. Solo en algún caso, como en el del mielomeningocele, el neurocirujano accede al vientre de la madre «a través de un corte como el de una cesárea y repara el defecto dejando siempre el feto en su líquido amniótico», explica Gratacós. Unas técnicas quirúrgicas y unas estadísticas impensables hace apenas unos años.