Conciliar el sueño

Acostarte tan solo 37 minutos más tarde de lo habitual puede afectar a tu salud, según un estudio

¿Sabías que tu forma de dormir revela tu estado emocional? Esto es lo que dice de ti

Así puedes quedarte dormido en menos de un minuto

Un hombre con dificultades para conciliar el sueño.

Un hombre con dificultades para conciliar el sueño. / Pexels / KATRIN BOLOVTSOVA

Lola Gutiérrez

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Aunque es algo sabido por una gran parte de la sociedad, siguen saliendo estudios que corroboran el significativo impacto que tiene el sueño en nuestra salud mental, bienestar emocional y el rendimiento que podemos ofrecer durante el día.

Según un estudio publicado en la revista científica, 'Taylor and Francis', pequeñas modificaciones en la cantidad y calidad del sueño pueden llegar a influir directamente en aspectos como la gratitud, la resiliencia y la sensación de propósito en la vida.

Experimento con 90 adultos

Hasta 90 adultos jóvenes formaron parte de este experimento, estos se dividieron en tres grupos distintos: a unos se les restringía el sueño, a otros se les prolongaba su tiempo de sueño y el tercer grupo mantenía sus horarios habituales. De este modo, el estudio ha sacado la conclusión de que ligeros cambios en los patrones de sueño pueden tener afectar en el bienestar psicológico.

Los participantes del grupo que adelantó su hora de acostarse en 46 minutos, percibieron mejoras importantes en resiliencia, propósito vital, satisfacción y gratitud; factores esenciales para mantener la fortaleza mental y la felicidad general. De hecho, escribieron hasta el doble de detalles en sus listas de gratitud en comparación con los otros dos grupos.

En cambio, el grupo que retrasó la hora de dormir, se acostó 37 minutos más tarde de lo habitual. Los integrantes de este grupo mostraron una disminución en su capacidad para manejar el estrés, una menor satisfacción con la vida y una reducción en su sentido de propósito. Un impacto que se vio especialmente reducida en cuatro áreas:

Menos resiliencia

Dormir menos tiempo del que uno está acostumbrado afecta la regulación emocional, lo que provoca que las pequeñas dificultades que nos encontramos a lo largo del día pueden frustrarnos y abrumarnos más de lo normal. Una noche movida hace que uno sea más propenso al estrés, lo que complica la gestión de posibles contratiempos.

Un grado más bajo de satisfacción vital

La sensación de no haber dormido bien se traduce en aturdimiento, pereza y cansancio. Todo ello provoca un mal despertar y, además, también reduce la percepción general de bienestar. Según el estudio, los que se fueron a dormir más tarde se sentían menos realizados y disfrutaban menos de sus actividades diarias.

Disminución del sentido de propósito

Un tiempo de sueño insuficiente también tiene repercusiones en la claridad mental y la motivación. Esto puede comprometer nuestros propósitos de futuro, tanto personales como profesionales, ya que parecen inalcanzables y se pierde el compromiso.

Menos gratitud

Un buen descanso nocturno está relacionado con las emociones positivas, mostrando más aprecio por todo lo que nos rodea. En cambio, cuando el descanso no es suficiente, uno tiende a poner el foco en las cosas negativas que le suceden.