SALUD PÚBLICA

Estos son los efectos que tiene la sequía en tu salud: de problemas en la piel a empeorar la salud mental

La falta de lluvias, si se prolongan en el tiempo, “puede afectar negativamente la calidad del aire”

Estos son los efectos de la sequía en tu salud: de problemas en la piel a empeorar la salud mental

Estos son los efectos de la sequía en tu salud: de problemas en la piel a empeorar la salud mental / Freepik

Rafa Sardiña

Rafa Sardiña

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Según el Centro Común de Investigación (JRC) de la Comisión Europea, el 47% de los países europeos se encuentra en una "situación preocupante" por la sequía, que “parece ser la peor desde al menos 500 años”. Y España se está llevando la peor parte, ya que la situación de los embalses es realmente crítica. 

Aunque durante estos días una decena de comunidades autónomas están en alerta por tormentas y chubascos, los embalses españoles destinados al consumo humano y al regadío están al 32,5% de su capacidad. 

Estas cifras indican que se encuentran por debajo de la media para esta época del año. Las cuencas del Guadalquivir y Guadiana están al 24,9% y 22,4% de su capacidad. En contraposición, las cuencas del Cantábrico-Oriental se sitúan por encima del 70%.

La materia particulada suspendida en el aire por estos eventos puede irritar los conductos bronquiales y los pulmones y agravar las enfermedades respiratorias crónicas y aumentar el riesgo de infecciones respiratorias como la bronquitis y la neumonía

Y es que, como explican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), “los periodos de sequía pueden causar desabastecimiento de agua y problemas de salud pública”. La falta de lluvias, si se prolongan en el tiempo (como está ocurriendo desde el pasado invierno) “puede afectar negativamente la calidad del aire”.

Con la sequía, hay un mayor riesgo de incendios forestales. “La materia particulada suspendida en el aire por estos eventos puede irritar los conductos bronquiales y los pulmones. Esto puede empeorar las enfermedades respiratorias crónicas y aumentar el riesgo de infecciones respiratorias como la bronquitis y la neumonía”.

Sin embargo, algunos de los efectos de las sequías “se presentan a corto plazo”:

  • Calidad del aire. Los síntomas de enfermedades cardíacas y pulmonares, así como los pacientes con asma, pueden ver agravados sus síntomas como consecuencia de la sequía. “Intensificar las olas de calor que aumentan el riesgo de lesiones y muerte por agotamiento por calor o golpe de calor”.
  • Efectos en la salud mental derivados de las pérdidas económicas y laborales. “La sequía causa pérdidas económicas a las empresas que dependen del agua (por ejemplo, granjas y empresas de paisajismo) y pérdida de empleo para las personas que trabajan en estas áreas”.
  • Aumento de enfermedades debido a la situación sanitaria y de higiene. “Por ejemplo, los mosquitos portadores del virus del Nilo Occidental pueden trasladarse a nuevas áreas cuando las masas de agua estancadas crean nuevos criaderos”. También puede aumentar la probabilidad de padecer fiebre del valle, “una infección pulmonar causada por un hongo en el suelo”.
  • Calidad del agua con cargas contaminadas debido a la menor dilución. 

Dermatitis atópica: la otra consecuencia de la sequía

La piel es una de las grandes perdedoras de la sequía. Durante los períodos de ausencia de lluvias, las enfermedades dermatológicas afloran. Es el caso de la dermatitis atópica, una enfermedad inflamatoria crónica y recurrente, benigna y no contagiosa, pero molesta. Es la más frecuente entre los niños, con una prevalencia de entre el 15% y el 30% en la población infantil, según datos de la SEICAP.

Además, los especialistas subrayan que “un 60% de los casos son diagnosticados antes del año y en torno al 85% debutan antes de los 5 años de vida”.

Cuando la piel sufre esta patología, lo que ocurre es que no puede cumplir en condiciones su papel como barrera protectora. La dermatitis atópica provoca un mal funcionamiento de la barrera protectora de la piel.

El tipo de lesión cutánea y el lugar donde se sufren está muy relacionada con la edad de la persona que la padece:

  • En los niños menores de dos años, las lesiones aparecen en la cara, y suelen producir enrojecimiento, hinchazón, exudación y formación de vesículas o ampollas.
  • A partir de los dos años, son los pliegues de rodillas y codos las zonas donde aparece la dermatitis.
  • En los adultos, sin embargo, la localización es más variable, aunque los párpados es un lugar bastante típico.

Y como la piel de los pacientes con este tipo de dermatitis es más sensible e irritable, los dermatólogos de la Fundación Piel Sana hacen una serie de recomendaciones generales para evitar los brotes y minimizar los picores:

  • Realizar duchas cortas (máximo 10 minutos) una vez al día con agua tibia, evitando baños largos o con agua caliente.
  • Utilizar jabones suaves, neutros, con alto contenido en aceite y sin perfumes.
  • No restregar la piel excesivamente y evitar el uso de esponjas ásperas.
  • Aplicar diariamente crema hidratante después de la ducha y mejor con la piel húmeda.
  • Cortar bien las uñas y mantenerlas limpias para evitar infecciones por el rascado.
  • Optar siempre que sea posible por la ropa de algodón o de fibras naturales, evitando materiales sintéticos o la lana.
  • Evitar cubrir excesivamente la piel, ya que el sudor puede empeorar los síntomas.
  • Evitar el uso de detergentes, suavizantes y otros productos irritantes.
  • Realizar las tareas de limpieza doméstica con guantes.
  • En los bebés, cambiar los pañales cuando estén húmedos.
  • Evitar el exceso de calor y cambios bruscos de temperatura. La temperatura ideal está alrededor de los 20ºC.