Lesiones graves

¿Qué es el 'síndrome del bebé sacudido'?

El Hospital de Vall d'Hebron de Barcelona detecta cada vez más casos de lesiones causadas al intentar que el niño deje de llorar

Un grupo de bebés en una nursería de un hospital de Moscú.

Un grupo de bebés en una nursería de un hospital de Moscú. / AP/PSQ

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Zarandear al bebé para que deje de llorar, no solo no sirve para calmarlo, sino que le puede provocar secuelas cerebrales muy graves, o incluso la muerte, por lo que el Hospital Vall d'Hebron ha puesto en marcha un programa para informar a los que acaban de ser padres y madres de los riesgos de este maltrato.

Los zarandeos provocan que la cabeza del bebé sufra movimientos de aceleración y desaceleración rápidos que, a causa del gran tamaño de la cabeza en proporción al resto del cuerpo y a una musculatura aún muy débil del cuello, facilita que se produzcan lesiones cerebrales.

Es lo que se conoce con el nombre de traumatismo craneal abusivo o síndrome del bebé zarandeado o sacudido, y tiene como síntomas más frecuentes la hemorragia cerebral y de la retina, fracturas óseas y secuelas neurológicas.

Los síntomas más frecuentes son la hemorragia cerebral y de la retina, fracturas óseas y secuelas neurológicas

"Zarandear a los bebés no es la violencia física más frecuente que se ejerce contra los niños, pero sí la que causa más muertes y más secuelas", ha destacado este martes la doctora Anna Fàbregas, adjunta del Servicio de Pediatría y coordinadora del equipo del equipo EMMA de atención a las violencias hacia la infancia de Vall d'Hebron.

En todo el mundo, uno de cada cuatro niños que sufre este tipo de violencia muere y, de los niños supervivientes, aproximadamente un 65-80 % presentan secuelas.

Dos o tres casos al año

En los últimos 11 años, Vall d'Hebron ha atendido 27 casos de niños con traumatismo craneal abusivo, lo que representa una media de entre dos y tres casos al año.

En la primera mitad de 2022 se han duplicado hasta cinco los casos, aunque, al tratarse de cifras tan bajas, esta variación no necesariamente supone un cambio de tendencia, puntualizan los expertos de Vall d'Hebron.

De estos 27 casos en 11 años, el 78 % fueron niños y el 74 % de menos de 6 meses de edad, y la clínica más habitual por la cual las familias acuden a urgencias es por convulsiones.

Un 40 % de los pacientes pediátricos presentaron al alta algún tipo de déficit cognitivo y, de los 27, dos fallecieron.

Maltrato y negligencia

"El síndrome del bebé zarandeado

"Es un maltrato porque un adulto aplica una fuerza desproporcionada sobre un bebé de forma violenta, aunque el objetivo no sea hacer daño, sino que deje de llorar"

es un maltrato porque un adulto aplica una fuerza desproporcionada sobre un bebé de forma violenta, aunque el objetivo no sea hacer daño, sino que deje de llorar", ha indicado el jefe de sección de neonatología del hospital barcelonés, César Ruiz.

Para este facultativo, "no es lo mismo que abusar sexualmente o pegar a un niño o una niña, porque todo el mundo sabe que con esto provoca daño, sino que es una mezcla de maltrato y negligencia, por un supuesto desconocimiento de las consecuencias que puede tener", ha agregado Ruiz.

Así, en el caso de sospecha de traumatismo craneal abusivo, el protocolo es comunicarlo a la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia de la Generalitat (DGAIA), a la Fiscalía de menores y al juzgado de guardia.

Para que se conozcan las consecuencias fatales de zarandear, Vall d'Hebron ha puesto en marcha un programa para que todos los padres y madres y cuidadores de niños que nacen en el hospital sean informados, antes de recibir el alta, de los riesgos de estos comportamientos violentos.

También se les entrega un tríptico del Departament de Salut que lleva por título 'Auxilio, no para de llorar' y que incluye recomendaciones sobre cómo actuar cuando unos padres no logran calmar a su hijo.

No perder los nervios

En declaraciones a la prensa después de informar a una pareja que acaba de tener un bebé en el hospital, la enfermera de obstetricia Carmen el Ouahabi, explica cómo evitar comportamientos violentos: "El cuidador debe mantener siempre la calma; los padres deben conocer que los niños lloran entre 2 o 3 horas al día, o incluso más, y es importante que, cuando un papa pierde nervios, hay que hacer un relevo de cuidador".

¿Y si nadie puede hacer el relevo en ese momento?: "Lo ideal es que el cuidador deje al bebé en la cuna, boca arriba, y que se vaya a otra parte de la casa para relajarse y, cuando ya lo esté, regresar a coger al niño", ha precisado la enfermera.