Celiaquía, no es una alergia, es una enfermedad

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Celiaquía, no es una alergia, es una enfermedad

Rebeca Gil

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El gluten es una proteína que se encuentra en la semilla de muchos cereales. Está en el trigo, la cebada, el centeno, el triticale, la espelta, en algunas variedades de avena, así como en cualquier hibrido de estos cereales o sus derivados.

Pero no sólo los cereales. El gluten extraído de ellos mediante un proceso industrial se suele emplear como ingrediente para elaborar algunos productos alimenticios por su capacidad espesante.

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En otras palabras, el pan, las galletas, unos macarrones, la cerveza, una raja de chorizo, los caramelos, los helados o incluso el whisky, tienen en su composición esta proteína.

Pero el gluten puede ser un verdadero problema de salud para muchas personas si lo ingieren. Porque, lejos de la creencia generalizada de que la celiaquía es una alergia como ocurre con el huevo o la leche, no lo es.

Tal y como explica el doctor Frances Casellas Jordá, responsable del comité de nutrición de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), «la enfermedad celíaca es otra cosa, es una autoinmunidad. Es decir, las defensas en lugar de dirigirse contra una forma peligrosa que ataca nuestro cuerpo se dirigen contra el propio organismo. Entonces lo que provoca el gluten en el celiaco es una reacción de autoinmunidad en la que ataca, en este caso, al intestino especialmente, aunque no sólo a este órgano».

Sintomatología del celiaco

Las manifestaciones más habituales de la celiaquía son las relacionadas con el aparato digestivo:

Pero como explica el doctor Casellas, la celiaquía es considerada como una enfermedad sistémica, porque puede afectar a cualquier parte de nuestro organismo. Esto significa que puede provocar síntomas de todo tipo: endocrinológicos, cutáneos, osteoarticulares o ginecológicos.

Pero hay más. La celiaquía pude no dar nunca síntomas. «La enfermedad está ahí larvada y puede pasar sin dar síntomas y esto es una de las cosas que los especialistas queremos evitar porque realizar un diagnóstico lo más precoz posible es una cuestión vital».

Para ello hay estrategias sobre todo el reconocimiento de situaciones de riesgo, que son fundamentalmente las genéticas. Tal y como explica el experto «un familiar de primer grado de una persona celiaca (padres, hermanos o hijos) tiene más riesgo de padecer celiaquía».

Además, hay una serie de enfermedades que se asocian a la aparición de la celiaquía como la dermatitis herpetiforme, la colitis microscópica o la enfermedad autoinmunitaria de la

tiroides

.

Otro asunto sobre el que el experto en aparato digestivo incide es que «la celiaquía puede aparecer en cualquier edad». Y es que en este punto también existe una creencia generalizada de que es en la infancia donde se detecta y «aunque es más frecuente en niños, más sensibles y responden antes al gluten, puede aparecer en cualquier edad».

«La pregunta clave es porque si se trata de una enfermedad genética que tenemos al nacer, porque no se manifiesta al nacer, sino más tarde. No se sabe si tiene que ver con cambios en la microbiota intestinal, si, en el caso de los niños, podría desencadenarse por una infección, no se sabe», explica Frances Casellas.

Responder a esta pregunta sería la clave de la resolución y el tratamiento definitivo contra la enfermedad celiaca, que no es otra cosa que no sensibilizarse frente al gluten.

Adiós al gluten

Cuando el médico tiene los primeros indicios de que el paciente podría ser celiaco, la forma de diagnosticar definitivamente es realizar una prueba sanguínea, que se complementa con una biopsia del intestino mediante endoscopia.

Ya, con la confirmación de la enfermedad, es el momento de iniciar el tratamiento que no es otro que eliminar completa y definitivamente el gluten de la dieta. «Pero siempre con el diagnóstico definitivo, nunca antes», subraya el doctor Casellas.

Una cuestión importante es que para hacer bien una exclusión completa del gluten hay que consultar con un profesional sanitario (estomatólogo,

nutricionista

…), porque hacer una dieta mal hecha no controla la enfermedad y excluir descontroladamente esta proteína puede desequilibrar la dieta.

«Esto es esencial porque, en este momento, el único tratamiento de la enfermedad celiaca es la exclusión del gluten y, por tanto, hay que hacerlo bien» para evitar otros problemas de salud, explica el doctor.

Y es que el contacto con el gluten en el celiaco a lo largo del tiempo provoca lesiones en el intestino, «y pueden aparecer complicaciones de esas lesiones, incluso riesgo de tumores en esta parte de nuestro sistema digestivo».

«Todas las personas que nos vienen al hospital con complicaciones de la enfermedad celiaca son aquellas que no han interrumpido su contacto con el gluten bien porque no estaban diagnosticadas, bien porque no han seguido el tratamiento correctamente».

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Investigación

Ahora mismo la investigación sobre la celiaquía va en dos caminos: por un lado conseguir el crecimiento de cereales sin capacidad para producir una sensibilización al gluten y, por otro, el desarrollo de medicamentos para las personas celiacas.

Pero todo está muy incipiente. «Encontrar una competencia a algo como seguir una dieta es muy difícil. Seguir una dieta celiaca es caro, pero es muy seguro y esa seguridad no la va a tener un medicamento. Cualquier medicamento puede tener efectos adversos. Evitar el gluten no tienen ninguno. E ir contra eso es muy difícil» asegura el experto.

Consecuencias de excluir el gluten de la dieta sin ser celiaco

Hay personas que empiezan una dieta sin gluten por otros motivos por gusto, por moda, creencia de que es más sano… Pero es el enfermo celiaco tiene que hacer la dieta sin gluten, la personas que no es celiaca no.

Para una persona que no tiene una enfermedad relacionada con el gluten (la enfermedad celiaca, la alergia al gluten y la intolerancia no celiaca) «no es recomendable excluir el gluten» insiste el doctor.

Además, subraya Frances Casellas, «comer sin gluten no es más sano, salvo en el caso del celiaco. Porque hacer una dieta sin gluten no controlada es una dieta desequilibrada y eso no es bueno».