Las actividades al aire libre en Catalunya no cesan en otoño

Con la llegada del mes de septiembre, se acerca el momento de volver a la rutina y buscar un encaje en la nueva normalidad. Sin embargo, gracias a las temperaturas suaves del clima mediterráneo, la llegada del otoño no significa renunciar al ocio al aire libre, ya que el territorio catalán ofrece una multitud de planes durante todo el año que vale la pena aprovechar. 

Durante este verano, Catalunya se ha erigido como una destinación segura, preparada con las medidas higiénico-sanitarias que exige la situación actual y adaptada para garantizar el bienestar de los visitantes que pasean por sus ciudades, pueblos y parajes naturales. Para recorrerlos, una buena opción es optar por el cicloturismo, una actividad al aire libre segura, que evita las aglomeraciones y que permite mantener las distancias sin problemas. Además, es una forma de moverse por la naturaleza sin barreras y sin contaminación. 

A golpe de pedal

Desde los Pirineos hasta el litoral, los espacios naturales catalanes –muchos de ellos protegidos por sus características singulares–, ofrecen hasta 6.000 kilómetros de carreteras principales, secundarias y caminos para descubrir la geografía catalana. Es una actividad sostenible que permite conocer de cerca el patrimonio natural y cultural y la gastronomía. El abanico de rutas que se ofrecen son múltiples: para completar en uno o diferentes días, con etapas itinerantes o desde un campo base, también con distintos niveles en función de la edad y la experiencia encima de las dos ruedas. 

Entre otros espacios, a través de estas actividades se pueden descubrir los puertos de montaña de la Val d’Aran o el Parque Natural del Cadí-Moixeró, los parques naturales de Montserrat y el Massís del Montseny, así como el Parque del Montnegre y el Corredor y disfrutar de las Vías Verdes en la Costa Brava, Terres de l’Ebre y Terres de Lleida. Además, existen alojamientos especialmente adaptados para el cicloturismo.

Actividades ecoturísticas

La singularidad de la geografía catalana permite que el 30% del territorio esté protegido. Gracias a ello, se puede disfrutar plenamente de parajes naturales donde prima la conservación de la fauna y la flora. La mejor forma de acercarse a estos espacios es a través de las <strong>actividades ecoturísticas</strong>: dan a conocer los paisajes y las especies que los habitan de la mano de un guía, fomentando el respeto hacia el entorno, el patrimonio natural y cultural. Asimismo, de la misma forma que el cicloturismo, es una actividad que evita las aglomeraciones y permite mantener las distancias de seguridad fácilmente.

La lista de imprescindibles del ecoturismo incluye el ecokayak, una ruta por los espacios marinos protegidos del Mediterráneo en la Costa Brava o en les Terres de l’Ebre; la observación de aves en el Parc Natural del Delta de l’Ebre o els Aiguamolls de l’Empordà; los baños de bosque para reconectar con la naturaleza y el silencio; la observación de fauna, ya sea en el mar o en la montaña; las rutas senderistas temáticas entre los volcanes de la Garrotxa o las viñas del Penedès; la observación de las estrellas en el cielo nocturno en los parajes naturales; y los geoparques Orígens y de la Catalunya Central, de gran relevancia geológica, así como la costa rocosa del Parque Natural del Cap de Creus.

Más información en: estucasa.catalunya.com