ENTRETENIMIENTO

Atención, comando: trol a la vista

La hiperrealidad virtual llega a Barcelona gracias a la primera experiencia propuesta por Red Helmet

Dos jóvenes durante el juego

Dos jóvenes durante el juego

ALBERTO GONZÁLEZ / Barcelona

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Los nostálgicos, los que se encuentren en esa delicada franja de edad de entre los treinta y los cuarenta recordarán con excitación el furor que en su día ocasionó la proliferación en grandes ciudades como Barcelona de una experiencia de entretenimiento como era el Laser tag, un juego deportivo que simulaba el combate entre dos equipos, donde los jugadores intentaban conseguir puntos alcanzando con sus disparadores de infrarrojos los dispositivos receptores situados en sus rivales. Mucho ha llovido hasta la adaptación de esa idea original a los nuevos tiempos, dadas las amplísimas posibilidades que, en el ámbito del entretenimiento, ofrece la tecnología.

Pero por fin han comenzado a aparecer propuestas que aprovechan las ventajas de la realidad virtual y la aplican al modelo de videojuegos tipo 'shooters' (disparos en primera persona). La primera propuesta de este tipo en Barcelona es Red Helmet (Carrer de Tarragona, 114, Local 15).

Detrás de ella está un joven equipo catalán (Álvaro Gámiz aporta el perfil más empresarial y rubén Bernal el del programador) que ya ha ha desarrollado varias versiones de su primera historia ('Save de World: Crescent'). Sin embargo, ya están ideando nuevas aventuras para ampliar el catálogo de experiencias que los usuarios pueden tener en la sala.

El funcionamiento

“Antes de entrar, os recomendamos quitaros el jersey”, dice el 'master' (guía que introduce el juego y que, durante su desarrollo, ayuda ofreciendo ciertas indicaciones). Y menos mal que se le hace caso, porque lo que espera a los jugadores (entre dos y cinco) les va a hacer entrar en calor rápido. Tras colocarse un casco de realidad virtual (con sonido inmersivo y micrófono para poderse comunicar entre ellos) y enfundarse el arma, se ven abocados a un mundo paralelo donde serán atacados por cuervos, grandes murciélagos, lobos y otros seres imaginarios. La realidad virtual se controla con el movimiento físico real de los jugadores y se ejecuta sin cables ni obstáculos físicos que limiten el espacio de juego (ojo, que podemos estar tan metidos en la acción que, con la efusividad, acabemos estampados en una pared).

Como también sucede en cualquier 'room scape', aquí la estrategia, la buena comunicación y el trabajo en equipo también son esenciales para lograr el éxito, lease, evitar que nos maten y acumular el máximo número de puntos posibles (una clasificación final nos dirá cuál de los jugadores ha sido más certero).

Los diferentes escenarios, excelentemente desarrollados, permiten que los jugadores experimenten sensaciones varias, como falta de gravedad o el vértigo. Pero, sobre todo, destaca esa completa sensación de inmersión y de descarga de adrenalina que hace que el tiempo transcurra a una velocidad distinta y que los sentidos se focalicen únicamente en esta realidad paralela.

Afortunadamente, el transcurso de la partida no requiere de una condición física específica. Pero la sensación, al salir, es de que nos hemos ahorrado una sesión de gym.