Robótica

Del Vallès a Massachusetts: cinco jóvenes catalanas, finalistas mundiales en una gran liga de 'Lego'

El equipo Manao IkaIka, formado por alumnas de un colegio de Bellaterra, representará a España en la final internacional de la FIRST LEGO League con un proyecto que protege la posidonia del Mediterráneo en próximo junio

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En una aula de Bellaterra (Vallès Occidental), entre piezas de 'lego' y muchas horas de programación, ha germinado una historia que trasciende la tecnología y se convierte en símbolo de talento joven en compromiso medioambiental y empoderamiento femenino. Manao IkaIka, un equipo formado por cinco chicas de entre 15 y 16 años, ha logrado lo que pocos consiguen: clasificarse para la final internacional de la FIRST LEGO League, la competición de robótica educativa más prestigiosa del mundo, que se celebrará este junio en Massachusetts (EE.UU.) y que reúne cada año a más de 318.000 estudiantes de 100 países distintos. Se celebrará entre los días 13 y 15 de junio. Este abril, entre los días 16 y 19, se celebrará también un campeonato de lego en Houston.

El pasado 29 de marzo, en Ferrol (Galicia), compitieron en la final estatal contra los 56 mejores equipos del país, seleccionados entre más de 1.200. Y lo hicieron dejando huella. Se alzaron con el Primer Premio Nacional de Valores, un reconocimiento reservado a los equipos que no solo destacan en innovación tecnológica y programación robótica, sino que además demuestran excelencia en colaboración, comunicación y actitud positiva.

Porque Manao IkaIka —nombre que en hawaiano significa “pensamiento fuerte”— no compite por competir. Lo suyo va más allá. Su proyecto, bautizado como MARLIN (Marine Anchor Recognition and Location Intelligence Node), propone una solución concreta a un problema urgente: el daño que causan las anclas de embarcaciones recreativas a las praderas de posidonia, una planta marina endémica del Mediterráneo y clave para el equilibrio de los ecosistemas submarinos. Su dispositivo, equipado con sensores e inteligencia artificial, detecta la presencia de estas praderas y alerta al capitán para evitar el fondeo destructivo. Además, recolecta datos valiosos para la investigación científica.

Con el pase a Massachusetts asegurado, Manao IkaIka encara ahora otro reto: conseguir los fondos necesarios para costear su viaje y estancia en Estados Unidos. Buscan patrocinadores que quieran apoyar no solo a un equipo finalista, sino a una forma de entender la ciencia desde la conciencia social.