Testimonios personales

Del Mago Pop a Sergi Busquets, siete voces sobre Badia del Vallès: "Llevo la ciudad a todas las partes del mundo"

EL PERIÓDICO entrevista a figuras de referencia en el municipio que hoy dejan huella en la esfera pública

Una ciudad con 50 años de historia que deja atrás la protección oficial de sus viviendas: ¿Cómo es Badia del Vallès?

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Siete personajes ilustres de Badia del Vallès

Siete personajes ilustres de Badia del Vallès

Clàudia Mas

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Badia del Vallès
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Badia del Vallès cumple este 2025 medio siglo, y su historia desafía cualquier etiqueta simplista. El municipio ha visto nacer, crecer y triunfar a figuras ilustres como Antonio Díaz, al mundialmente conocido Mago Pop; al mítico centrocampista culé Sergi Busquets; y a su padre Carlos Busquets; a la actual ‘consellera’ de Feminismes de Catalunya y exalcaldesa, Eva Menor; al doctor Joan de la Cruz, primer médico de la urbe; al magistrado Sebastián Moralo; y al general Pizarro. Cada uno de ellos ha dejado huella en su ámbito, pero todos comparten algo esencial: un arraigo profundo en esta ciudad metropolitana con orígenes humildes.

En conversaciones con EL PERIÓDICO, estos siete nombres propios responden a tres preguntas donde muestran su vínculo con Badia: ¿qué significa para ellos ser vecinos de esta ciudad? ¿Qué historias personales o profesionales les ha regalado la localidad? ¿Qué destacarían de Badia si la tuvieran que 'vender' a un turista? Estas son sus respuestas.

Antonio Díaz, más conocido como el Mago Pop, vivió hasta los 17 años en Badia, hasta que se fue a estudiar en el Institut del Teatre de Barcelona. Sus padres se instalaron en la ciudad vallesana el año de su inauguración oficial, en 1975. El Mago Pop evoca con especial afecto su infancia y adolescencia en Badia. “Mi forma de ser es consecuencia de cómo era Badia en aquel tiempo: un lugar lleno de inmigrantes que venían a buscar una vida mejor. Era una ciudad pensada para ser un lugar 'dormitorio', pero terminó convirtiéndose en una gran familia”.

Aunque, dice, era un niño introvertido, pasaba horas jugando al fútbol en la calle, rodeado de amigos. Su primer contacto con la magia, que cambiaría su vida para siempre, también ocurrió allí. Un vecino llamado Adolfo Márquez, amigo de su padre, quien también jugaba al dominó y a la petanca, le mostró trucos cuando apenas tenía tres o cuatro años.

“Me fascinó tanto que aquella pasión se me contagió para siempre. Después dediqué muchas horas a este oficio tan bonito”, recuerda. 36 años más tarde, hoy día "lleva Badia por el mundo", afirma, en su espectáculo ‘Nada es imposible’, donde la ciudad se convierte en protagonista al recordar las interminables horas de práctica con cartas y monedas en sus calles. Si tuviera que recomendar su municipio natal, destacaría las “relaciones vecinales”: “Ese ambiente familiar donde todo el mundo se conoce”. De hecho, dice conservar a bastantes amigos de allí, de la adolescencia y del bachillerato, sobre todo.

Sergio Busquets, emblemático centrocampista del Barça, subraya el peso emocional que tiene Badia en su vida. “He pasado gran parte de mi vida allí, acumulando recuerdos muy buenos”, afirma con convicción. Para él, el municipio es un microcosmos donde los vecinos refuerzan los lazos: “Siempre que vas te encuentras a alguien conocido, ya sea en la calle, el mercado o el bar”. Esa proximidad, afirma, fue clave para moldear su carácter tanto dentro como fuera del campo: “Las vivencias de jugar en las calles y compartir momentos con los amigos me enseñaron a afrontar situaciones difíciles con serenidad y esfuerzo”.

Incluso en su carrera de élite reconoce que esos valores han sido pilares fundamentales para superar retos. Además, explica que durante su vida profesional se ha encontrado con personas en diferentes países y ciudades que tienen algún vínculo con Badia, ya sea porque vivieron allí o tienen algún familiar: “Esto demuestra lo grande que es el mundo y, a la vez, lo pequeño que puede parecer cuando descubres cosas en común, como en este caso, Badia”, concluye el jugador.

Carlos Busquets, padre de Sergio y exfutbolista profesional que jugó como portero principalmente en el Barça, llegó a Badia con tan solo nueve años tras mudarse desde Barcelona en 1976. “Veníamos de un entorno donde apenas salíamos, y llegar a Badia fue un descubrimiento. Lo fue todo para mí. Podías salir a jugar con los amigos y tenerlo todo cerca”, recuerda.

Más allá de ser un lugar físico, Badia fue una escuela de vida: “Allí aprendí valores fundamentales como la humildad, el respeto hacia todos y la importancia del trabajo constante”. La escuela de fútbol del municipio jugó un papel clave en su formación profesional, y nombres como Joan Escoda y Marc Serrano siguen presentes en su memoria: “Nos dieron muchas herramientas para avanzar y estar preparados para el futuro”. Aunque hace tiempo que dejó de vivir allí, su cuñada y sobrina mantienen vivo ese vínculo con Badia, adonde regresa cada tanto.

“Aunque muchas veces se magnifican ciertos comentarios negativos, la realidad no es como se cuenta”, concluye. “Viví allí muchos años y nunca tuve ningún problema.”

Eva Menor, ‘consellera’ de Igualtat i Feminismes del Govern de la Generalitat de Catalunya, describe su historia con Badia del Vallès con una mezcla de amor y orgullo. Llegó desde Madrid a los 25 años por amor, y encontró en Badia no solo un lugar para vivir, sino un hogar para crecer junto a su familia. Habla con pasión de esta ciudad metropolitana cercana a Barcelona, con” amplios espacios verdes y una excelente red de comunicaciones”. La vida de sus hijas, ahora adultas, está profundamente vinculada a los colegios, el instituto y el polideportivo de la localidad.

Como alcaldesa durante 15 años, resalta la cercanía entre los vecinos como una fórmula fundamental para entender sus derechos y necesidades. Para Menor, esa experiencia fue una auténtica escuela de formación en Administración Pública y feminismo. “Es un buen ejemplo de lo que significa la memoria histórica aplicada al desarrollo urbano”, explica.

Frente a los estereotipos negativos, defiende que Badia es una ciudad en constante desarrollo, nacida de la lucha social y con un modelo inclusivo digno de admiración. “Estoy enamorada de Badia y seguiré viviendo aquí con orgullo”, afirma con total seguridad.

El doctor Juan de la Cruz, cirujano y uno de los primeros vecinos de Badia, rememora con intensidad los primeros años de esta joven ciudad. Llegó en 1976 cuando apenas había servicios básicos. “Eran tiempos duros, íbamos a manifestaciones semanales para reclamar lo esencial: un ambulatorio, un mercado, un polideportivo,” recuerda. Esa lucha juvenil moldeó un fuerte sentido de la ciudad, que aún perdura en los amigos de su infancia, con quienes mantiene contacto a través de un grupo de WhatsApp de 30 vecinos.

Fue el primer médico y cirujano de Badia, y su recorrido profesional comenzó en el instituto de Badia, La Jota, que su generación estrenó. “No es una ciudad sin ley, como algunos dicen”. Hoy defiende la imagen de la ciudad como integradora y segura, desmintiendo mitos negativos. “En Badia se vive bien, se está a gusto. Somos identitarios en el fútbol y en todas las profesiones, ya sean cirujanos o fontaneros”. Juan de la Cruz destaca el gran espíritu asociativo y la vida de barrio, elementos que considera la verdadera riqueza de Badia.

Sebastián Moralo, magistrado del Tribunal Supremo, recuerda con estima y rebeldía su paso por Badia del Vallès. “Es una comunidad de trabajadores que han luchado siempre por prosperar,” dice. Llegó en 1976 y vivió en primera persona las movilizaciones sociales para garantizar viviendas dignas. Aún guarda vivencias entrañables, como ayudar en un consultorio jurídico gratuito o cruzar el río para llegar a la Universidad Autónoma. Resalta la luz, los espacios abiertos y la tranquilidad de Badia como elementos diferenciales. Para Moralo, esta ciudad representa una opción vital única por su proximidad a la universidad y su comunidad solidaria. “A cinco minutos tienes todo: colegios, mercado y servicios,” enfatiza.

El magistrado enfatiza que la UAB está justo al lado de la ciudad y “se puede llegar andando desde la puerta de tu casa”. “Es una opción de vida especialmente interesante que facilita la formación y desarrollo profesional. Los de Badia somos orgullosos poligoneros’ pero con universidad propia, algo que no es fácil verlo en otros sitios”, asegura. Con orgullo, afirma que los de Badia han sabido convertir una ciudad humilde en un referente de convivencia, formación y crecimiento personal.

El general Pizarro, responsable de la Guardia Civil en Catalunya, vivió en Badia desde sus inicios en 1975. Hijo de un guardia civil, creció en una ciudad que apenas tenía servicios y que dependía de la reorganización del cuartel local. “Era una ciudad que empezaba de cero, pero con humildad y esfuerzo cada uno aprovechó las oportunidades que tuvo,” explica. “Todas las viviendas eran de protección oficial y tenían precios económicos, lo que permitía a muchas familias, como la mía, acceder a ellas. Mi padre se jubiló cuando yo era joven, y en casa los ingresos eran limitados, así que tenías que espabilarte, estudiar y aprovechar las oportunidades”, asegura. 

Para él, Badia fue determinante tanto en su formación personal como profesional. Destaca la tranquilidad y accesibilidad de la ciudad, donde todo está al alcance de la mano. Desde el mercado municipal, que considera el mejor de Catalunya, hasta la UAB, accesible con un paseo de 15 minutos. “A pesar de los cambios, Badia mantiene ese sentimiento de comunidad y solidaridad que es su esencia,” afirma. Pizarro menciona con orgullo sus vínculos familiares y profesionales con la ciudad, destacándola como un ejemplo de resiliencia y desarrollo: “He visto los cambios que ha sufrido Badia, desde ser una ciudad humilde con problemas graves de drogas y delincuencia, hasta mejorar con el tiempo para convertirse en lo que es hoy”.

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