Proyecto social

Personas con discapacidad mantendrán una granja de caracoles en Sabadell para venderlos

CIPO y la Fundación Antiga Caixa Sabadell 1859 esperan comercializar una tonelada de animales al año en el sector de la restauración

Joan Carles Sunyer y José Antonio Marcelona dejando caracoles en la granja de Can Deu de Sabadell.

Joan Carles Sunyer y José Antonio Marcelona dejando caracoles en la granja de Can Deu de Sabadell. / periodico

ACN / SABADELL

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Personas con discapacidad intelectual serán las encargadas de llevar a cabo el mantenimiento de una granja de engorde de caracoles ubicada en la Masía de Can Deu de Sabadell, con el objetivo de comercializar estos animales para el consumo.

El proyecto, impulsado por la entidad sin ánimo de lucro CIPO SCCL y la Fundación Antiga Caixa Sabadell 1859, propietaria de la masía, busca la inclusión social y la integración sociolaboral de personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental.

En concreto, una decena de personas trabajarán en la granja de lunes a viernes entre tres y cuatro horas haciendo mantenimiento y cuidando los animales. Una vez los caracoles hayan engordado, se comercializarán dentro del sector de la restauración.

Está previsto conseguir una producción de una tonelada de caracoles al año. Este año ya se han puesto 800.000 caracoles en la granja, que se podrán recoger en octubre. La empresa catalana, Cal Jep, ha cerrado el contrato para encargarse de su comercialización.

Los usuarios de la granja serán personas de entre 30 y 45 años que pertenecen al centro ocupacional de CIPO. El director de la entidad, Xavier Martínez, explica que esta actividad permitirá desarrollar habilidades que no se pueden desarrollar en espacios cerrados de la entidad como, por ejemplo, mejorar la psicomotricidad fina, aprender a distinguir medidas y colores y mejorar la coordinación visio-manual.

El director de la Fundación Antiga Caixa Sabadell 1859, Joan Carles Sunyer, explica que este proyecto tendrá unos beneficios económicos tanto para ellos como para CIPO, pero destaca que lo más importante es la tarea social que la acompaña.

La previsión es amortizar la inversión inicial, de unos 25.000 euros sin tener en cuenta el coste laboral de montar la granja, durante los tres primeros años y obtener beneficios a partir del cuarto.

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