Horizonte 2023: Rubí (10)

Rubí ante las municipales: a examen el Gobierno PSC-‘comuns’ en un pleno fragmentado

A menos de un año para las municipales del próximo 28 de mayo de 2023, EL PERIÓDICO publica una serie de radiografías de política local en urbes catalanas

En Rubí, la crispación respecto al anterior mandato se ha reducido y el ejecutivo sigue midiendo sus fuerzas en un contexto político poliédrico en la ciudad

Ànnia García (En Comú Podem) y Ana María Martínez (PSC) firman el acuerdo de gobierno del mandato 2019-2023.

Ànnia García (En Comú Podem) y Ana María Martínez (PSC) firman el acuerdo de gobierno del mandato 2019-2023. / Ayuntamiento de Rubí

Àlex Rebollo

Àlex Rebollo

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La composición del Pleno

En las elecciones municipales de 2019, el PSC superó susmejores pronósticos -el pleno auge del 'efecto Pedro Sánchez'- y logró mantener la alcaldía de Rubí, decimoquinta ciudad más poblada de Catalunya, tras ser la fuerza más votada de la ciudad y sumar 10 concejales, 4 más que en los comicios de 2015, aunque quedándose a 3 de la mayoría absoluta, situada en los 13 ediles.

Los socialistas remontaron la tendencia negativa que habían arrastrado en los dos últimos comicios municipales: en 2007 tenían 12 regidores; en 2011 perdieron cuatro y se quedaron con 8 concejales y en 2015 perdieron dos más y obtuvieron 6. Pese a la fuerte caída en 2015 y aunque algunos grupos de la oposición entablaron conversaciones para establecer un ejecutivo alternativo al de los socialistas, estos 6 ediles fueron suficientes para un gobierno en minoría del PSC.

A finales de 2016, la oposición de Rubí retomó las negociaciones con la intención de realizar una moción de censura y establecer un gobierno alternativo al del PSC de Ana María Martínez, pero los socialistas incorporaron por sorpresa a Sergi Garcia, uno de los dos concejales de CiU en el consistorio -partido necesario para que prosperase la moción- al ejecutivo, desactivando así la posibilidad de expulsar al PSC de la alcaldía.

Así, los socialistas no solo sobrevivieron a un mandato (2015-2019) que terminó con una gran crispación entre los distintos grupos del Pleno y con gran polémica por la instalación de un centro de menores no acompañados en la ciudad, sino que lograron su mayor cifra de votos desde 2003.

La alcaldesa es Ana María Martínez (PSC), quien lidera un gobierno de coalición con mayoría absoluta en el que se integran los 3 concejales de En Comú Podem (ECP). En la oposición restan ERC (con 7 regidores), Ciutadans (3), Veïns per Rubí (1) y la Alternativa d'Unitat Popular (1). Junts y PP, por su parte, no alcanzaron el mínimo del 5% de voto necesario para obtener representación en el Ayuntamiento.

En 2019 votaron en Rubí un total de 31.865 personas, dato que registró una participación del 57,71% en un censo total de 55.219 votantes.

Las claves del mandato 2019-2023

A diferencia de las otras tras grandes ciudades vallesanas (Sabadell, Terrassa y Sant Cugat), en Rubí, Podem y En Comú acudieron en una única lista a las municipales de 2019 y fueron la tercera fuerza más votada, sumando 3 concejales, la cifra necesaria para justo sumar mayoría absoluta con los 10 del PSC.

Sin embargo, los socialistas gobernaron en solitario durante los primeros meses de mandato. No fue hasta finales de septiembre de 2019 que los ‘comuns’ llegaron a un acuerdo para integrarse en el ejecutivo de Ana María Martínez, con el que habían sido muy críticosdurante el anterior mandato.

En julio, sin embargo, En Comú Podem ya había llegado a un acuerdo con el PSC para aprobar el cartapacio y que incluía una subida de sueldos a los cargos electos. Los morados afirmaron entonces no estar de acuerdo con esta subida, pero que la aceptaban a cambio de que los socialistas desistieran de intentar aprobar su Plan de Ordenación Urbanística Municipal (POUM) y se redactase uno nuevo, del cual ya se han adjudicado todos los pliegos y, en los próximos meses, se prevé que empiecen los trabajos de la fase previa.

La aceptación del aumento de sueldos no ha sido la única polémica protagonizada por los socios del PSC. En julio de 2021, el entonces concejal de ECP Pau Navarro -perteneciente a la rama de En Comú- dejó el cargo para dar paso a Elena Montesinos -de Podem-, la siguiente en la lista electoral, a raíz de un acuerdo entre los dos partidos que componen ECP. Sin embargo, tras dejar el cargo, Navarro fue fichado como asesor del Gobierno municipal, un acto que desde la oposición tacharon de “puertas giratorias”.

Con todo, el actual mandato ha estado principalmente marcado por la pandemia del covid y la crisis económica derivada de este, que, entre otras cuestiones, llevó al consistorio a incrementar el fondo de contingencia municipal hasta los 250.000 euros; a aplazar el pago de algunos impuestos municipales; e invertir 600.000 euros en medidas de apoyo a la economía local.

El tablero político de cara al 2023

El PSC, partido más votado en Rubí desde 2003, tratará en las municipales de 2023 de consolidar los buenos resultados de 2019. Los socialistas remontaron una tendencia negativa de años, pero sus votantes ya les recordaron en 2011 y 2015 que no regalan su confianza. Por su parte, ERC logró sus mejores resultados en Rubí en los pasados comicios y en 2023 se evaluará si ya han tocado techo o todavía pueden crecer.

Aunque ERC había gobernado en Rubí con el PSC durante los primeros años del siglo XXI, tras el ‘Procés’ y el crecimiento electoral de los republicanos, las dos formaciones se han distanciado cada vez más y los republicanos se postulan ahora como la gran alternativa al PSC de Martínez.

A su vez, el PSCnunca ha logrado la mayoría absoluta, por lo que se ve abocado a buscar apoyos en otros grupos, entre los cuales se vuelve a postular En Comú Podem. A pesar de algunas tiranteces, <strong>ambos socios</strong> mantienen buena relación y, si la aritmética lo permite, se prevé que puedan reeditar el pacto. En el caso de ECP, los comicios de 2023 determinarán si gobernar con el PSC les ha beneficiado o desgastado electoralmente.

Por lo que respecta a las formaciones municipalistas, Veïns per Rubí -más transversal- y la AUP -más cercana al independentismo-, durante los últimos años, han mantenido cifras de votos similares, por lo que la participación y la movilización de sus votantes y de los demás grupos determinará su entrada en el consistorio.

Los partidos de derechas deberán competir por mantenerse en el Pleno, en el caso de Ciutadans, o para volver a entrar, en el caso del PP y Junts. A su vez, la extrema derecha de Vox, que en 2019 obtuvo tan solo 715 votos en Rubí, tratará de entrar por primera vez en el consistorio. Pese a los malos resultados municipales, Vox logró más de un 10% de votos en Rubí en las catalanas de 2021, siendo la cuarta fuerza más votada por detrás de PSC, ERC y Junts.

Quien finalmente se alce con la vara de mando deberá lidiar para desencallar los grandes proyectos de ciudad que se han cronificado durante años, como la llegada de una segunda parada de Ferrocarrils o de un hospital de referencia en la ciudad. Así, deberá también encarar la posible entrada en funcionamiento de un nuevo gran vertedero en la ciudad, algo que tanto desde los partidos como desde la sociedad civil coinciden y para lo que piden colaboración de la Generalitat.

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