A 700 METROS DE UN CENTRO ESCOLAR

Familias de Rubí contra la apertura del vertedero de Can Balasc

Manifestación contra la apertura del vertedero de Can Balasc en Rubí.

Manifestación contra la apertura del vertedero de Can Balasc en Rubí. / ANNA MAS

Àlex Rebollo

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Entre 1900 y 2100 personas se han manifestado en Rubí este viernes 14 de febrero contra la apertura del vertedero de Can Balasc en el municipio, propiedad del grupo TMA Sánchez. La marcha la han encabezado los alumnos de primaria e infantil de la escuela Rivo Rubeo, ubicada a 700 metros del punto donde está previsto que se instale el depósito de residuos. Los niños han portado caretas de máscaras antigás a modo de protesta por las posibles consecuencias de la instalación del vertedero.

Marta Recolons, madre de un alumno de la escuela explica que luchan “para que Rubí tenga un ambiente más limpio”. “Es necesario buscar sitios donde un vertedero no afecte tanto a la población”, añade.

La directora del centro, Marina Llonch, explica que desde la escuela sienten “inquietud” ante la apertura del nuevo vertedero. “Nos movilizamos para mostrar que estamos aquí, que la Generalitat sepa que construyó una escuela al lado de donde se instalará el vertedero”, remarca Llonch, quien comenta que hay familias que viven a 200 metros del futuro depósito.

Un reguero judicial y administrativo

El proyecto de Can Balasc lleva más de 20 años en inmerso en un reguero judicial y administrativo. TMA presentó la licencia de actividades en 1994 y no fue hasta el 2012 que el Ayuntamiento se la concedió, después de que una sentencia judicial así lo exigiese. Desde entonces, el grupo ha tratado de conseguir los permisos necesarios para empezar a operar: la licencia ambiental (Generalitat) y la de obras (Ayuntamiento).

La Generalitat aprobó el pasado 23 de diciembre la autorización ambiental provisional. Desde el Ayuntamiento y la Plataforma Rubí Sense Abocadors piden realizar un estudio de impacto ambiental mientras que desde el Departament de Territori i Sostenibilitat explican que en el momento que se impulsó el vertedero "la ley no requería realizar una declaración de impacto ambiental" y que, ahora, esta demanda "no es aplicable". Tras conocer esta postura, el Ayuntamiento afirmó en un comunicado que desde la Generalitat manifiestan "un absoluto desconocimiento de la materia”.

Por lo que respecta a la licencia de obras, TMA presentó un primer Proyecto de Actuación Específica (PAE), que se denegó unos días antes de las elecciones municipales porque, según el Ayuntamiento,  algunos informes eran “desfavorables”. En noviembre de 2019, la Junta de Gobierno Local admitió a trámite un segundo PAE presentado por la empresa.

Apertura inminente

En declaraciones a este diario, el gerente del grupo TMA, Juan Andrés Sánchez, explica que todos los informes han sido favorables y que el Ayuntamiento “tendrá que dar el visto bueno al PAE”. “Una vez se concedan los permisos, podría funcionar de inmediato. Se podría empezar mañana”, añade.

Sánchez argumenta que el depósito “está preparado para que no salgan olores del vertedero” y que “prácticamente todo será materia seca”. “Entiendo que no quieran esto en su entorno, pero en algún sitio tiene que ir. Somos una actividad necesaria pero que nadie quiere acoger”, justifica el gerente, que calcula que irán a parar al vertedero unas 200 toneladas de residuos diarias.

Montse Rousse, portavoz de la plataforma, ya ha anunciado que, si se aprueban todos los permisos, agotarán la vía administrativa y, en caso de ser necesario, trasladarán su protesta a los tribunales.

Tres grandes vertederos

Además, desde la plataforma también han planteado la posibilidad de llevar a cabo acciones para impedir el funcionamiento del vertedero como, por ejemplo, plantarse en la entrada y “no dejar paso a los camiones”.

Desde Rubí Sense Abocadors consideran que el municipio ya ha cumplido su función con los vertederos porque “el  6,36% de Rubí ya está ocupado por vertederos y extractivas”. El municipio también acoge los vertederos de Can Carreres (también propiedad del TMA) y el de Can Canyadell –además de las antiguas extractivas que funcionan como vertedero sin permiso-. El de Can Balasc sería el tercer vertedero que se instala en la localidad vallesana.

Amplia oposición

Ya en 2015, la anterior alcaldesa, Carme Garcia (PSC), se opuso frontalmente a la apertura. TMA presentó una querella contra Garcia, que finalmente fue archivada. Hasta ese mismo año 2015, en Rubí funcionaba el vertedero de Can Carreras, también propiedad de TMA Grupo Sánchez. Este depósito cerró después de que la Agència Catalana de Residus comprobara que se había excedido el límite de su capacidad en 78.000 toneladas.

Ahora, distintos grupos municipales han optado por adherirse a la protesta contra el nuevo gran vertedero rubinense, entre ellos el grupo líder de la oposición Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). También han mostrado su desacuerdo desde Veïns per Rubí (VR) y desde la Aliança d’Unitat Popular (AUP), este último grupo, con una estrecha vinculación a la Rubí Sense Abocadors. A la manifestación, también han acudido miembros del gobierno municipal, incluida la actual alcaldesa, Ana María Martínez.

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