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La alcaldesa de Rubí critica las "formas" de la Generalitat y pide que se suspenda la ubicación del nuevo centro para 'menas'

El Ayuntamiento de Rubí.

El Ayuntamiento de Rubí. / periodico

Aitana Glasser / Àlex Rebollo

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Vecinos del barrio de Can Rosés de Rubí se manifestaron el pasado lunes 13 de abril para protestar por la futura apertura de un centro de acogida para Menores Extranjeros No Acompañados ('menas') en la ciudad. La manifestación fue convocada por la plataforma STOP Centre Menors Rubí y tuvo lugar frente al Hotel Terranova, ahora cerrado, donde se prevé acoger a los 80 menores que desde el pasado verano residen en el Hotel City Park de Sant Just Desvern.

Los conflictos empezaron el pasado viernes 10 de mayo, cuando los vecinos de Can Rosés escucharon rumores de que el Hotel Terranova iba a servir como emplazamiento para un nuevo centro de agogida de menores extranjeros. La alcaldesa de Rubí, Ana María Martínez, organizó una reunión para comentar los hechos con los vecinos, a los que informó que no había tenido conocimiento del proyecto hasta esa misma semana.

La primera edil también criticó las "formas" de la Generalitat en la comunicación del nuevo centro. Por su parte, la Direcció General de l'Atenció a la Infància i Adolescència (DEGAIA), encargada del nuevo centro, mantuvo que comunicó la instalación del centro de acogida hace un mes y medio, hecho que la alcaldesa niega.

Centenares de personas han acudido a una nueva manifestación programada hoy a las 20h por la plataforma contraria al centro, donde los vecinos han vuelto a concentrarse para reiterar su oposición a la constucción del centro. A la protesta, también han acudido vecinos de Rubí que se muestran favorables a la acogida de los menores. 

Posiciones enfrentadas

Desde la plataforma afirman que no se trata de una reivindicación racista, sino que creen que estos sistemas de acogida “no funcionan” y prefieren pisos tutelados con una atención más individualizada. “Cada centro de estos que ha abierto, ha tenido que cerrar por aumento de robos, violencia y agresiones sexuales en el pueblo donde se instalan”, aseguran desde STOP Centre Menors Rubí.

A la protesta del pasado lunes se le opuso una contramanifestación a favor de la acogida de los menores organizada por el grupo Rubí Acull. “Cuando nos enteramos de la manifestación de rechazo al centro, decidimos presentarnos para mostrar que no todo el mundo está en contra del centro”, explica Lidia Fernàndez, miembro de la entidad Rubí Acull.

“Creemos que todo el mundo tiene derecho a vivir en nuestra ciudad. Hay que pensar soluciones y buscar la mejor manera de acoger a estos menores”, comenta Lidia Fernández. “Hemos tendido la mano a la alcaldesa por redes sociales para aclarar la situación pero no hemos obtenido respuesta”, afirma Fenández.

Desde Rubí Acull explican que en la manifestación presenciaron actitudes "xenófobas" por parte de los manifestantes. “Presenciamos constantes actitudes de rechazo hacia los niños, de los que recalcaban constantemente su procedencia subsahariana”, relata la integrante de la plataforma.

Oposición del consistorio

Por su parte, la alcaldesa de Rubí critica las “formas” y la gestión del tema por parte de la Generalitat de Catalunya, quien, dice, contactó el pasado 2 de mayo con ella -un mes y medio antes de la fecha de apertura prevista- para comunicarle su intención de abrir un centro para 'menas' en el antiguo hotel. 

“Antes de esa fecha no teníamos ni idea de la intención de la Generalitat”, reitera la primera edil, que añade que, en esa misma conversación, el consistorio pidió al Govern “que parara máquinas y repensara” el proyecto, ya que “colocar a 70 personas juntas en un hotel no nos parecía la mejora manera de integrarlas”. Además, añade, ni el edificio ni el barrio elegidos son “el lugar idóneo”.

La alcaldesa alega que la Generalitat informó al consistorio de una decisión que ya estaba tomada y con las obras ya empezadas: “no estamos de acuerdo en las formas”, señala Martínez, que defiende que “las cosas no se hacen así” y pide a la Generalitat “hablar política y técnicamente” del proyecto, “para que como ayuntamiento podamos plantear nuestra opinión”.

“Es una mala idea y no facilitará la convivencia”

La primera edil elude hablar de un componente racista en la reacción de parte del vecindario y asegura que “más allá de la tipología de grupos y de personas” que se han manifestado en contra, esta oposición denota que la decisión de la Generalitat “es una mala idea y no facilitará la convivencia a nivel de ciudad”.  

“Quiero pensar que lo que hay es miedo a un recurso desconocido, y que haciendo las cosas de otra manera y con el tiempo suficiente para poder trabajar, los vecinos y vecinas podrían haber dicho la suya de otra forma y no manifestándose”, añade Martínez, que coloca al ayuntamiento “del lado de los vecinos y vecinas que están protestando por un recurso que piensan que no facilitará la convivencia en el barrio”. 

Sobre la posibilidad de que Rubí acoja o no a 'menas' en un futuro en caso de que el proyecto se modifique, la alcaldesa no concreta y defiende que dependerá de las circunstancias y de “cómo se trabaje en ese momento”. “Ahora no lo sé”, añade. “En todo caso, lo que sí he pedido y pediremos en este caso es que se paren las máquinas, porque las cosas no se hacen así, y si no lo podemos asumir como ciudad, no lo haremos”.

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