¿Por qué no votamos?

NIL BERTRAN

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Aunque por el título pueda parecer que voy a hablar del referendo convocado por el Gobierno catalán el próximo 9 de noviembre, no es así. Con este artículo pretendo ir un poco más allá y compartir algo que para mí es casi un sueño, una de las primeras propuestas que aprobaría si fuese presidente del Gobierno.

¿Qué os parecería votar antes de que fuesen aprobadas las leyes que se debaten en el Congreso o en el Parlamento autonómico? ¿No os gustaría poder participar más activamente en el sistema democrático? Esta es la solución que daría a la desafección política que tanto afecta a España y que tan poco parece importar a quienes gobiernan. ¿Realmente les interesa hacer algo para remediarla o ya les va bien que la cosa siga como está? ¿Apostarían por un sistema más transparente en el que se votasen las leyes que aprueban o prefieren este, en el que solo se tiene en cuenta a la ciudadanía cada cuatro años y después hacen y deshacen a su antojo?

Llevamos casi dos años y medio de gobierno con mayoría absoluta del Partido Popular y los sondeos de opinión sobre el presidente y sus ministros no pueden ser peores, las manifestaciones y los movimientos en contra de la política del Gobierno son una constante y muchas de las leyes que se han aprobado no tienen el apoyo de los votantes. Aun así, el Ejecutivo sigue haciendo oídos sordos a las demandas de la población. ¿Por qué? Pues porque puede y el sistema actual lo legitima.

Desde mi punto de vista, el problema no es el Gobierno, sino el sistema electoral. El hecho de que solo se nos llame a las urnas cada cuatro años basta para hacernos dudar acerca del nivel de democracia que caracteriza a nuestro sistema. Recordemos —pues parece que lo olvidemos demasiado a menudo— que la palabra democracia viene del griego démos, «pueblo» y krátos, «gobierno»: el gobierno del pueblo. Pero ¿realmente manda el pueblo en un sistema en el que solo se le pide opinión cada cuatro años?

¿Qué hay de malo en preguntar a los ciudadanos sobre las leyes que se van a aprobar? ¿No es buena la retirada de una ley que el pueblo no quiere? De este modo se limitaría el poder de decisión de los políticos y ganarían importancia las decisiones de la población, los ciudadanos se implicarían mucho más en el sistema de gobierno y la desafección política pasaría a la historia.

Descrita así, la democracia directa puede parecer una panacea; sin embargo, habría que estudiar detalladamente los pros y los contras de este sistema y de su implantación en nuestro país. En mi opinión, los puntos a favor superan ampliamente a los aspectos en contra. Otros países han establecido sistemas similares y parece que no les va mal; Suiza es el mejor ejemplo del modelo de participación democrática directa con el que yo sueño.

Me pregunto si en España tenemos hoy algún partido político que proponga una reforma tan drástica como esta y, en tal caso, si se implantaría con éxito en nuestro país. En este blog ya hablamos sobre herramientas de participación democrática, y, desde aquí, creemos que un cambio en el sistema democrático es posible. Sea como sea, por proponer que no quede, y, volviendo al tema de Cataluña, si finalmente se independizara, creo que la participación ciudadana en la democracia debería ir en este sentido; si construimos un nuevo estado, que sea para mejor. ¿Qué os parece mi propuesta de participación democrática? ¿La votamos?

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