Un paseo por la magia sorprendente de Cardona

Cardona es de aquellos lugares mágicos donde el tiempo se ha detenido y en el que los visitantes no dejan de sorprenderse. Y es que en esta localidad se concentran dos atractivos principales: por un lado, la Montaña de Sal y, por el otro, su imponente castillo, fortaleza jamás vencida, de 2.500 años de antigüedad. Vamos por partes.

Cuando uno se acerca a Cardona puede confundir una prominencia blanquinosa con una cumbre nevada, pero nada más lejos. Se trata de una Montaña de Sal que, con sus 120 metros, es tan sólo la punta de un enorme diapiro de cerca de dos quilómetros de profundidad. El visitante podrá acceder hasta los 86 metros, para disfrutar del espectáculo de formas y texturas que ofrece el macizo salino. Durante años, fue una de las minas de sal potásica más importantes del mundo. Precisamente, en el edificio del pozo minero bautizado como Albert, se proyecta un emotivo audiovisual que homenajea a los mineros que trabajaron en el subsuelo y perdieron allí la vida.

La posición estratégica del castillo de Cardona hace que aparezca todavía más majestuoso. Se mantienen en pie la torre del homenaje, el patio gótico del palacio de los duques de Cardona, las murallas de la Guerra de Succesión y la iglesia de San Vicente, una auténtica joya del románico lombardo catalán que data del siglo X. El parador ocupa ahora las antiguas dependencias militares. El centro histórico de Cardona merece también una visita.

Existen tickets combinados para ambas atracciones turísticas, además de visitas teatralizadas (cardonaturisme.cat).