Conde del asalto
La librería de Barcelona que lucha contra el crimen
Encuentra chollazos por 1 euro en Barcelona: desde plantas y ropa hasta tacos y tartas de queso
Los platos fríos más 'hot' de Barcelona para combatir el calor

La librería Farenheit 451. / ELISENDA PONS / EPC


Miqui Otero
Miqui OteroEscritor
Hay libreros que mantendrían a sus libros con vida, que los seguirían poniendo en manos de sus lectores, aunque se instaurara (no descartemos nada, tal y como pintan las cosas) un totalitarismo fascista que ordenara, con una policía conformada por bomberos, la quema de toda la literatura del planeta.
Es el caso de la gente de la Farenheit 451, en el Borne (Ribera, 8), que toma su nombre de la distopía de Ray Bradbury. En la novela, titulada así por la temperatura a la que arden los libros, se articula una resistencia ciudadana que se los aprende de memoria para que todo su conocimiento no desaparezca en las llamas. Bien, pues este es uno de esos lugares donde los libreros podrían recomendar lo que ofrecen, recitar argumentos y perfiles de autores (conocen lo que tienen y saben lo que quieren), aunque se cayeran internet y todas las bases de datos. O aunque tuvieran que luchar contra el crimen.
Me explico, porque todas las librerías pijas se parecen, pero las que no lo son, las que se levantan con esfuerzo y pasión, siempre esconden buenas historias. La Farenheit 451 fue primero un transportín de caballos. Un quiosco sobre ruedas que Azra Ibrahimoivic y Sergio Lledó aparcaron en el paseo marítimo de Sitges, un pueblo precioso con más gofres que novelas. El remolque logró, incluso en lo más duro de la pandemia, acercar el libro a la calle, airearlo en tiempos de encierro. Más adelante, una clienta les dio el chivatazo del local de la legendaria Negra y Criminal, meca del policiaco, que había quedado vacía.

Un rincón de la librería Farenheit 451. / ELISENDA PONS / EPC
Allí esos libreros sobre ruedas se convirtieron, en buena lógica, en detectives privados. La pregunta, en estos tiempos, de ¿quién quiere robar un libro? parece estar al nivel de, por ejemplo, ¿quién quiere matar un niño? La respuesta sería: nadie. Y, sin embargo, en la Farenheit de la Barceloneta aparecía constantemente un tipo con gabardina. Llevaba un periódico a modo de capote y encargaba siempre libros. Cuando se los envolvían, él se daba un paseo por los anaqueles. Lledó comprobó que cada vez que el tipo salía de la librería, las estanterías parecían una boca mellada: siempre faltaban libros, especialmente los caros, las antologías de Páginas de Espuma, las novedades de Impedimenta o las joyas de Acantilado (el oro negro en esto del latrocinio libresco).
Operación policial
La historia es larga y la dejaremos para otra ocasión. Pero se implicó en el caso, se puso en contacto con otros libreros (el tipo delinquía en toda Catalunya), investigó en sus ratos libres y logró que lo detuvieran en una operación policial magnífica. Ya os dije que hay libreros capaces de todo.
Luego saltaron a este nuevo local en el Borne (Ribera, 8), al que fui a presentar hace unos días la estupenda 'Brazaletes de cinta aislante', de Miguel Ángel Ortiz. El parto de la librería no fue fácil, pero la criatura es hermosa: una mimadísima selección (escorada a las editoriales independientes) y una cafetería, donde exponen artistas, para tomar algo mientras lees la primera página y escuchas a Stereolab o a Wilson Pickett. Y, en breve, un sótano donde esperan vender discos y organizar conciertos.

Cafetería de la Farenheit 451. / ELISENDA PONS. EPC
“Las novelas no sirven para nada: tratan de personas que nunca han existido y la gente que las lee luego queda descontenta de su propia vida”, le dice su jefe a Montag, el bombero de 'Farenheit 451'. Estos libreros (Azra, Sergio, Vicky) saben que eso no es así y están dispuestos a todo para defenderlo.
Suscríbete para seguir leyendo
- Pilar Eyre: 'Me perdí el último suspiro de mi marido porque estaba embebida leyendo a su lado
- Última hora del ataque de Israel a Irán, en directo | Irán lanza un nuevo ataque con misiles contra Israel en respuesta al bombardeo masivo
- Koldo García tras conocer el informe de la UCO sobre Santos Cerdán: 'Acaba de empezar
- El cardiólogo José Abellán: 'Para descansar mejor, no te acuestes ni adoptes la posición de tumbado durante el día
- Santos Cerdán intentó frenar la destitución del director general de Carreteras: 'No se puede cargar ya al que tiene, que va a contar lo que hay
- Encontrado en Florida al tiburón blanco más grande del mundo
- El Kremlin observa con inquietud el debilitamiento de su aliado iraní
- El duelo entre Topuria y Oliveira en el UFC 317: horarios, canal y dónde ver por televisión