Barcelona Singular

“Todo barcelonés debería de conocer este casa, es única”

Marc Piquer, el tuitero explorador de @Bcnsingular, se cuela en la majestuosa Casa del Gremi dels Velers. Abre a las visitas un sábado al mes

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Salón de La Casa del Gremi dels Velers.

Salón de La Casa del Gremi dels Velers. / Marc Piquer

Marc Piquer

Marc Piquer

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Fue uno de los secretos mejor guardados durante siglos lo que llevó a los chinos a ser pioneros en la fabricación de seda, esta fibra natural que producen las larvas de mariposa, y de cuyo ciclo de vida hemos sido testigos de peques los de la generación EGB con tan solo mirar dentro de una caja de zapatos. Los tejedores de velos, al no tratarse estos de un producto de primera necesidad, tardaron en agremiarse, pero cuando llegó su momento -en plena efervescencia renacentista- quisieron que su sede estuviera a la altura de la notoriedad comercial que habían adquirido. “Todo barcelonés debería de conocerla, es única”, me asegura Mercè Mill, la guía oficial de esta casa de 1763. La Casa del Gremi dels Velers abre a las visitas un sábado al mes.    

Exterior de La Casa del Gremi dels Velers.

Exterior de La Casa del Gremi dels Velers. / Marc Piquer

Interior fascinante

En el salón de la planta noble, de gran solemnidad, se narra la evolución de la seda desde que el gusano forma el capullo hasta el empleo de maquinaria para elaborar las telas. Al lado de estos plafones, presiden el lugar la Virgen de los Ángeles -patrona de los sederos- y en el otro extremo, un paso de Semana Santa del siglo XVIII con la imagen de Nuestra Señora de la Aflicción, ya sin los ángeles llorones, recolocados en el recibidor.

Los ángeles llorones.

Los ángeles llorones. / Marc Piquer

Imagen de la bailarina Carmen Tórtola.

Imagen de la bailarina Carmen Tórtola. / Marc Piquer

Hay más. En otra estancia se conservan pañuelos y adornos de la bailarina Carmen Tórtola -el resto de la colección está depositada en el Museu d’Arenys de Mar-, y documentos históricos, como una demanda de los percheros, 'velers' y 'velluteros' contra unas señoras por practicar intrusismo profesional al tejer y vender trapitos por su cuenta. En el despacho presidencial anexo, se halla un armario de la cofradía rescatado de la iglesia de Santa Caterina, además de un precioso Cristo de marfil que se exhibía en el vecino convento de Sant Francesc de Paula.    

La Casa del Gremi dels Velers.

La Casa del Gremi dels Velers. / Marc Piquer

Interior de La Casa de la Seda.

Interior de La Casa de la Seda. / Marc Piquer

Salvado a pesar de Millet

Se sabe que el arquitecto del Col·legi de l’Art Major de la Seda fue Joan Garrido i Bertran, y que Jeroni Martorell dirigió en 1930 su ampliación. En cambio, sigue siendo un misterio quién se encargó de los esgrafiados originales, de tal belleza que se consiguió convencer a las autoridades de que era menester salvar este edificio barroco del derribo (en contra de lo que defendían Lluís Millet y el Orfeó Català, que aspiraban a que su Palau de la Música ganara visibilidad con la nueva Vía Laietana). “No sé qué futuro le espera”, me confiesa Mercè, aunque duda que con el alquiler de las plantas superiores y del espacio noble para actos culturales, la propiedad -”son gente muy mayor, y la institución, caduca”- pueda subsistir. Alguna administración debería, pues, tomar pronto cartas en el asunto, en vez de echar un tupido velo.