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Así es el jardín viral de Barcelona con más de 200.000 flores

Aquí se ve gente más sonriente que Trump desatando guerras comerciales. Es un paraíso selfie con más de 150.000 tulipanes. “El campo de flores más grande de Catalunya”. Solo abre 5 meses al año

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Horizonte de tulipanes y narcisos en Niudalia.

Horizonte de tulipanes y narcisos en Niudalia. / Victòria Rovira / EPC

Ana Sánchez

Ana Sánchez

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Te tienes que restregar los ojos un par de veces. Ni que acabaras de ver a Froilán currando. Hay flores y flores hasta donde alcanza la vista. Gente más sonriente que Trump desatando guerras comerciales. Más rincones instagrameables de los que podrían asumir diez ‘influencers’ juntas. Hasta han puesto puertas al campo: de colores a juego con los pétalos. Es el paraíso selfie. Se hace viral cada primavera. Aquí se concentran de un vistazo más de 150.000 tulipanes entre jacintos, narcisos, anémonas, un inmenso río morado de muscaris. Más de 200.000 flores en total, calculan por lo bajo. 

El río morado con 125.000 muscaris.

El río morado con 125.000 muscaris. / Victòria Rovira / EPC

Niudalia, se llama este imán de ‘influencers’. Empezaron con los ‘sold outs’ un mes ya antes de abrir. “Es una granja de flores única en España”, garantiza uno de sus cofundadores, Arnau Puig. “El campo de flores más grande de Catalunya”, anuncia en su web. Está en Capolat, en la comarca del Berguedà (Barcelona), a hora y poco del asfalto de la gran ciudad, entre montañas y vacas más risueñas que las de los anuncios de Central Lechera Asturiana. Ya están agotadas las entradas de la temporada de tulipanes. Se recomienda apuntarse ya las fechas con dalias y girasoles. El jardín ‘instagramer’ reabre en julio

Arnau Puig, uno de los cofundadores de Niudalia.

Arnau Puig, uno de los cofundadores de Niudalia. / Victòria Rovira / EPC

Detrás están Arnau y Jordi Puig, los hermanos mellizos responsables del proyecto viral de fotografía creativa Jordi Koalitic. Son habituales en las listas de mejores ‘influencers’ de ‘Forbes’. Acumulan más de 21 millones de seguidores en TikTok, 7,5 en Instagram, 6,65 en Youtube. El tercer cofundador es Josep Mosoll. Al que persiguen las multitudes entre las flores durante las visitas guiadas. Agricultor de toda la vida. Adicto a las dalias y a la fotografía. Dice que le encanta regalarle flores a su pareja. A ella no tanto –se ríe-, le sabe mal que se mueran. “Es un detalle muy romántico –replica Nerea-, pero con lo que nos ha costado plantarlas...”. “No me las mates –le dice ella-, tráeme una maceta”. Es la diseñadora floral del jardín. 

Nerea Nuño, la diseñadora floral del jardín.

Nerea Nuño, la diseñadora floral del jardín. / Victòria Rovira / EPC

Lo mismo idea los dibujos florales del campo que te vende una planta. Nerea Nuño es la todoterreno de Niudalia. De su cabeza es de donde ha salido el riachuelo morado con 125.000 muscaris y el laberinto de dalias que florecerá en unos meses. Perfeccionista de manual. Apasionada de las plantas y también de las gallinas. “Las amo con locura”, te confiesa a bocajarro. Eso daría para otro artículo. A alguna le ha comprado hasta sombrero. “Tengo de todas las razas”, detalla con pasión de madre. Y te enseña la foto de un gallo completamente negro de patas a cresta. Se te pone la carne de gallina por pura empatía. 

Flores de postal.

Flores de postal. / Victòria Rovira / EPC

Ojo con pisar una flor delante de ella. “Si se nos muere una planta prácticamente nos ponemos de luto”, asegura. Todas las flores que se ven a la redonda las han plantado a mano. “Son muchos meses de trabajo para una temporada tan cortita”, se encoge de hombros. “Pero compensa –sonríe mirando al horizonte colorido-, te sientes realizado”.

Una de las puertas coloridas con tulipanes a juego.

Una de las puertas coloridas con tulipanes a juego. / Victòria Rovira / EPC

Las flores están salpicadas de ‘photocalls’ para posturear. Bancos rústicos con fondo de postal, arcos y bicis llenos de flores, puertas de colores a juego con los pétalos. Hay visitas guiadas con taller de plantación, mesas de pícnic y hasta clases de yoga entre los tulipanes. “Y el año que viene –anuncia Arnau- nos aventuraremos en bodas y eventos para empresas”. 

Postureo con bici.

Postureo con bici. / Victòria Rovira / EPC

Niudalia abre 5 meses al año, con permiso del cambio climático. Abril es la temporada de tulipanes. Apenas dura un mes. Reabren de julio a octubre. En septiembre toca postureo con girasoles. Las estrellas de Niudalia –las dalias- se dejan ver hasta finales de octubre, siempre que el clima acompañe. “Ya están empezando a sacar cabeza –detalla Nerea-. Con el buen tiempo ya empiezan a trabajar para arriba. En julio esperamos tener algo de flor, pero los mejores meses son septiembre y octubre”. 

Es el emblema del proyecto: Niudalia = nido de dalias. “Es más duradera –justifican-, y para fotografiar es brutal”. Ellos tienen infinidad de variedades. “Queremos ser el referente a nivel español de la dalia”, confían los socios. 

Puertas de colores con sus respectivos campos de pétalos a juego.

Uno de los rincones floridos con las puertas coloridas de fondo. / Victòria Rovira / EPC

Todos los visitantes desfilan en posición selfie con sonrisa de pa-ta-ta. “Es muy diferente”, dice una pareja de EEUU posando con su bebé de 5 meses. “Está muy bien cuidado”, añaden Núria y Àngels en uno de los bancos con vistas. Y te enumeran de memoria las flores que han aprendido en la visita guiada. Al fondo se ve a Patricia haciendo poses de modelo a ras de tulipanes. “Hoy en día hace falta un poco de alegría”, justifican la visita Xavi y Vero. “Desconectas de la rutina. Y es muy romántico”.  

Josep Mosoll, uno de los cofundadores de Niudalia, durante una visita guiada.

Josep Mosoll, uno de los cofundadores de Niudalia, durante una visita guiada. / Victòria Rovira / EPC

Los visitantes les dan las gracias cada día –cuenta Josep-, les animan a continuar. “Siempre explicamos las condiciones en las que trabajamos -ahora suben las temperaturas, ahora hiela, ahora no llueve-. Para que se den cuenta de que la agricultura, en general, es muy difícil, y se tendría que valorar un poco más”. ¿Su secreto? “La pasión por las flores”, dice Nerea. “No hay más: pasión –asiente Josep-. Siempre estás trabajando con el corazón, nunca con la fuerza. Si no, es imposible continuar”.