Ruta gastro

Descubre los nuevos locales que triunfan en Poblenou

El barrio de moda de Barcelona se llena de nuevos 'hot spots'. Ya estás tardando en ir a estos restaurantes

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Brindis con las míticas burgers de Antonia's, ahora también en Fiffty Fiffty.

Brindis con las míticas burgers de Antonia's, ahora también en Fiffty Fiffty. / Fiffty Fiffty

Òscar Broc

Òscar Broc

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Algo se mueve en Poblenou. Las calles vibran. El mal llamado barrio de moda se está llenando de nuevas propuestas que han aplicado un nuevo rizo a su peculiar geografía, más allá de cafeterías de especialidad y/o locales de brunch. De esta efervescencia, en las antípodas del impracticable centro de Barcelona, surgen espacios con carácter y un tanto por ciento muy elevado de público joven y local. Tacos, guisos tradicionales, tapas, vinos naturales, bocadillos del mundo, 'fast food' de calidad, el nuevo Poblenou se arma gastronómicamente y mira hacia al futuro desde estos restaurantes que ya tardas en visitar. 

1. Carne o pescado

Las mitades peligrosas

El nombre de Fiffty Fiffty (Badajoz, 65) no es una vacilada. La cosa va de mitades. Sus impulsores son los hermanos Majid y Mani Alam. La decoración es mitad madera, mitad acero inoxidable. Y es una propuesta mar y montaña, pues su carta combina dos propuestas con el sello Alam: Antonia’s Burger y The Fish & Chips Shop. Un diner 2.0 con una afinada selección de vinos naturales, como no podía ser de otro modo. La fórmula es imbatible si te apetece una velada de 'fast food' con firma.

Burger de chuletón con queso

Burger de chuletón con queso. / Fiffty Fiffty

Ahí está la mítica 'smash burger' a 6 euros que ha convertido el Antonia’s en un hit, pero también hay sorpresas escondidas, como el burger de chuletón con queso, simple y delicioso, o los tacos de chicharrón, un capricho crujiente y pecaminoso que preparan con mano de santo. Imprescindible pedir las croquetas de kebab de ternera, que se rellenan con el mismo material de Bien Kebab: están crujientes, cremosas y ligeramente especiadas.

Croquetas de kebab.

Croquetas de kebab. / Fiffty Fiffty

En el lado mar, encuentro el inevitable (y delicioso) fish & chips marca de la casa, un bocadillo de calamares infalible y una burger de pescado, pero algo me llama más la atención desde la mitad cárnica: el sándwich de pollo tikka, otro check en mi lista de méritos para entrar en el infierno.  


2. ‘Cap i pota’ titánico

Paso de gigante

Aunque lleva solo dos telediarios abierto, la está liando muy parda. En esta Barcelona condenada a las modas y fotocopias, una propuesta con tanto carácter y sensatez es como un rayo de luz en los Cárpatos. En Gegant (Pujades, 93) destaca la disciplina de Joan Vallès, ex Monocrom. Cocina catalana tradicional, con gran producto y un plus de calidad, de magia, que tienen pocos sitios de Barcelona.

Plato de lengua y 'samfaina' del restaurante Gegant.

Plato de lengua y 'samfaina' del restaurante Gegant. / Irene Vilà Capafons

El 'cap i pota' con garbanzos no da tregua: está sencillamente perfecto, los pedazos de carne parecen nubes de colágeno. Increíble esa lengua con samfaina y limón (casquería again). Y fuera de carta, me dejo querer por una virguería inesperada, un foie en escabeche que deja huella. Voy a cenar, la velada es tranquila, media luz, y tiro de una carta que, dicen, están a punto de cambiar.

A la hora de comer, los biorritmos del local cambian por completo: el menú del día a 22,50 € es un caramelo demasiado jugoso para los habitantes y trabajadores del barrio de moda. Los vinófilos, además, podrán perderse en su bodega como si fuera el laberinto de 'El Resplandor'. Gran, gran restaurante.  


3. Con un par

Copa y puro

La cocina de Jordi Lloberol busca descaradamente el disfrute máximo. Y a fe que lo consigue. En Casa Güell (Castella,1) manda la gastronomía tradicional. Sus guisos, tapas, carnes o pescados se apoyan en producto de calidad y llegan a la mesa en potentes raciones. El ego no existe en esta casa de comidas con menos de un año de vida, solo el placer y el confort del comensal.

La croquetaza redonda de jamón ibérico es un acierto para calentar: tocha, crujiente, rica. Me rodean demasiadas tentaciones. Bogavante con huevos. Tarrina crujiente de oreja. Dados de solomillo con foie y setas. Lamento haber visitado el restaurante solo. De la carta fija, me quedo con unos huevos fritos con pimiento rojo confitado y llangueta, y me pongo una toalla a modo de babero. Muy buenos. Y de la carta de sugerencias del día (imprescindible ojearla), me entrego al guiso de caracoles con chorizo y jamón: mojo una cantidad tan obscena de pan, que acabo viendo mi jeto reflejado en el plato.  


4. Pan con cosas

Cool bocadillos

Los bocadillos de autor de Sandwich Club Barcelona (Badajoz, 67) han aterrizado en Poblenou. El nuevo local es un caramelo estético y se alinea armoniosamente con el lado más cool del barrio.

La carta contiene novedades respecto al restaurante del Eixample, pero básicamente juega al mismo deporte: 'sides' muy cumplidores (buenas patatas fritas, nuggets, etc) y una colección de bocadillos internacionales de autor con ingredientes de calidad. Destaca el de costilla, el de pollo frito coreano o el imperial katsu sando con cerdo empanado, un sándwich que no se deja ver mucho por esta ciudad. Por cierto, si te levantas con hambre, hay carta de brunch. Y este sábado montan calçotada.


5. Antojitos de Poblenou

Soltando tacos

Esta es la historia de un pop-up que se convirtió en restaurante hace menos de un año. Se llama Metl (Llull, 57) y, si lo miras de reojo, podrías confundirlo con una cafetería moderna, pero nada más lejos de la realidad. Lo que se cuece en este espacio minimalista es street food mexicana, hecha con tanto amor y respeto, que tengo que meterlo directamente en mi top 5 de restaurantes mexicanos de Barcelona.

Entiendo que la carta se mueve con los productos de temporada, y el día que consigo un hueco (no aceptan reservas) hay una tostada de atún morrocotuda y abundante. No son pocos los que me han recomendado su taco de pescado, de modo que le doy todo mi amor al invento y la dopamina me sale por las fosas nasales: extraordinario.

Por cierto, prueba cualquier cosa que lleve mole y dale una oportunidad a los tamales. Y no me seas tímido con las micheladas, cócteles y vinos: no hay muchas opciones, pero mejor pocos y bien avenidos. 


6. Para mojar naan

Indian bodega

Cocina reconfortante a más no poder. Los platos y aperitivos de la cantina india Achaar (Pere IV, 89) van directos al alma. El pani puri se manifiesta en forma de esferas crujientes, refrescantes y especiadas. Aunque inevitable, el butter chicken es ejemplar: un plato que conviene acompañar de un arsenal de naan, un pan indio elaborado al momento que es gloria bendita.

El 'butter chicken' y el 'naan' de ajo de Achaar.

El 'butter chicken' y el 'naan' de ajo de Achaar. / Jordi Otix

Y que no se te pasen las costillas de cordero, uno de los tapados de una carta tan ‘confy’ que podrías vivir en ella. En las estanterías, una selección de vinos naturales más afinada que un Stradivarius. A disfrutar. 


7. El amigo americano

Cócteles y snacks

Tiene más flow que Kendrick Lamar. Llegado a través de un agujero de gusano que une Brooklyn y Poblenou, Henry’s Bar (Llacuna, 92) es el bar americano más catalán que conozco. O viceversa. La casa tiene dos especialidades: cócteles de autor y 'fast food' estadounidense de calidad. Y borda ambas disciplinas. El resto lo pone la decoración tarantiniana, la terraza con sillas de jubilados de Florida, los toldos psicodélicos y la fiel (y siempre animada) parroquia.

Es una mezcla de diner y bareto en pleno Poblenou, con todo el arsenal de finger food presto y dispuesto para que lo combines con sus cócteles gamberros. Smash burgers, patatas, hot dogs, pepinillos fritos, alitas, algún bocata gocho y unos cuantos sustos más para tu nutricionista. Make Poblenou great again!

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