Las barbacoas clandestinas de los ‘influencers’ de Barcelona

Todos llevan etiquetas pegadas al pecho con su nombre y cuenta de Instagram. A pocos te cruzas que tengan menos de 50.000 seguidores. Hay quien suma 5,5 millones él solito. “Barbacoa Clandestina -se lee en las sudaderas rojas-. Aquí no hay reserva, solo invitación”. Es una quedada secreta de ‘influencers’. Físicamente clandestina, quizá, pero bien aireada en redes. Aquí echa humo tanto la comida como los móviles. Hay hilera de barbacoas ‘deluxe’, más carne y bebida de la que podría grabar un ‘foodie’ y hasta dj residente. Hoy han traído un cubículo de cristal lleno de billetes volando en el que sentirse el Tío Gilito. ¿Que cómo se puede asistir? “Ni nosotros lo sabemos”, se ríen los organizadores. Que no se entere Mazón, que añade nueva versión de lo que hizo el día de la Dana.  

Todo comenzó como empiezan las grandes hazañas. Con un “¿a que no hay huevos?”. Empezó siendo una broma de 15. Ahora montan saraos clandestinos de 150. Ya llevan seis. Han llegado a instalar las barbacoas en plena calle de Barcelona hasta con arcade de Pac-Man y multa, claro. “Y cuando te das cuenta –se encoge de hombros Josep- la tienes ahí liada grande”. En la cuarta edición cortaron una calle en Cabrera con un toro mecánico. ¿Lo más loco que han hecho? “Coger a todos los invitados –responde-, ponerles una capucha, meterlos en una furgoneta y llevarlos al sitio de la barbacoa sin saber dónde iban”. 

“¡¡¡Bon dia, buenos días, good moooorning!!!”, te saluda Josep al llegar. Es su grito de guerra viral en redes. Los hermanos Josep y Jaume Misse, dos de los ideólogos, tienen tiendas de barbacoas en Barcelona y Cabrera (Weber Store) con 111.000 seguidores en Instagram. La idea se maquinó en la churrería más viral de TikTok, la de Juan Alpuente (@xurrebcn, 684.000 seguidores, Padilla, 161). El cuarto fundador es Jose Recicleitor (@recicleitor_maker), superhéroe viral del reciclaje (80.000 seguidores entre Instagram y Youtube). “Se nos ha ido de los manos”, asumen todos. 

Ayer montaron la sexta edición clandestina en el jardín con vistas al Maresme de Racó 19, en San Vicente de Montalt. “Traemos más de 25.000 euros solo en barbacoas”, Josep señala seis humeantes. Sus quedadas ya tienen dj residente (David Oleart) y hasta ponche propio. Se lo hace Jordi Boada, de Destil•leries del Maresme. También llevó 100 botellas de ratafía "edición clandestina". “¿Una copita?”. 

“Si tienes dudas – suelen repetir vía Instagram-, pregunta al Chat GPT”. Nada de preguntas, esas son las normas clandestinas: "1. Invitación personal. 2. Ubicación secreta. 3. Aporta o aparta. Nada de venir con las manos vacías". Hay quien trae carne, pasteles, ratafía clandestina, hasta un 'food truck' o un toro mecánico. “Aquí nadie cobra –justifica Jose Recicleitor-, nadie gana nada”. Este es un ‘networking’ a la americana, compara Josep. “Rodeado de humo, brasas y comida”. Se ven pocas mujeres.  

“Hablad con el que tenéis al lado”, incitan micro en mano en medio del sarao. “Yo solo conozco a dos personas –se encoge de hombros Pol-. Conocer gente nueva siempre es interesante”. Pol Turrents es @polispol en redes: director de fotografía reconvertido en ‘streamer’, compañero de juegos de Ibai y AuronPlay. Él solito tiene 5,5 millones de seguidores entre todas sus redes. 

"Nadie quiere salir"

Muchos invitados repiten. “Es que una vez dentro nadie quiere salir –se ríe Josep-, ese es el problema”. Esta es la segunda barbacoa clandestina del camarero viral Abraham Galera (@abrigaca), más de 1 millón de seguidores entre Instagram y TikTok. Hoy no han podido venir, pero son ya habituales los ‘foodies’ Josep Lluís Penadès, Pep, de @undeliciosomundo (más de 300k entre Instagram y TikTok) y Edu González, de @bravasbarcelona (más de 800k).  

“Pierdo amigos porque quieren venir y no los puedo invitar”, se queja Toni Parra (@vaciamos). Él vendría a ser ‘el Eliminador’ en versión inmobiliaria: vacía pisos y oficinas por encargo. Los tiktokeros peregrinan a sus macrotiendas de Granollers y Canovelles en busca de tesoros de segunda mano. Tiene casi 500.000 seguidores solo en TikTok.  

“Menos de 1 kilo es carpaccio”, informan las camisetas clandestinas. Ojo con pedir la carne hecha que te llaman a un taxi. “Hambre no vas a pasar”, te señala Josep el horizonte ahumado. A pie de brasas está la ‘troupe’ de aBRASAm. Isidre (de Carbons Vallès) vigila una cabeza de vaca, mientras Paco Paltre, de La Roda de Calella, cuida de los pollos a’last. Àlex Castany te saluda con un cuchillo XXL. “El rey de la carne”, le presentan. El ‘grill master’ Chaveto empieza a repartir comida a discreción, pero te cruzas otra vez con Jordi Boada: “¿Quieres probar el tequila de fresa?”.  

Entre trago y bocado, los invitados intentan salir millonarios de la vitrina con dinero que vuela. Es una de las atracciones de feria que suele alquilar Mool Events. Hoy también hay una máquina ‘vintage’ de boxeo con la que liarse a puñetazos. Esta se la ha traído José Rico, de @retro_experience_bcn. Él alquila coches clásicos, pinballs, arcades, todo tipo de recreativas, jukebox, radiocasetes XXL. Todo lo que un exniño de EGB pueda desear. 100.000 seguidores en Instagram.  

¿Lo que está por llegar? “Ya nos están empujando –resopla Jose Recicleitor-: ‘no hay huevos a montar un evento’, ‘no hay huevos a montar un barbacoa fest’ –se ríe-. No sé lo que pasará, si la vamos a liar…”. 

¿Qué se saca de una barbacoa clandestina? “Contactos. Muchos -responde Josep-. Salen muchos contactos y muchos proyectos”. Es un chup-chup de 'influencers', 'foodies' y ahora también empresarios. El churrero tiktokero y Jordi Boada, por ejemplo, ya están proyectando hacer juntos un licor de churros de chocolate. “¿Otro chupito?”. Pues sí, está claro por qué repiten, descubres tras el trago. Ehgzta gente zhon tussh mejodesh amigoshrj, jodrerffg.

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