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Barcelona aprende a respirar: se multiplican las sesiones para relajarse, meditar y reducir el estrés

Ya hay eventos multitudinarios con más de 1 millón de visualizaciones en Instagram. Enseñan a respirar desde seminarios de apnea a baños de hielo y ‘breathworks’ virales con cascos inalámbricos

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El subcampeón del mundo Miguel Lozano, durante su último seminario de respiración y gestión emocional a través de la apnea en el centro Marítim by Claror de Barcelona.

El subcampeón del mundo Miguel Lozano, durante su último seminario de respiración y gestión emocional a través de la apnea en el centro Marítim by Claror de Barcelona. / Irene Vilà Capafons

Ana Sánchez

Ana Sánchez

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“Hoy os voy a quitar lo más preciado que tenéis: la respiración”. Te lo dicen sin rodeos y sin necesidad de enseñarte los precios de los alquileres. Aquí acabas boca abajo en una piscina con más relax que en un spa. “Me cuesta más barato esto –suelen decir los alumnos- que una hora de terapia”. Ironías de la apnea: “La clave es la respiración”, asegura el profesor. Es lo que enseñan en este seminario. A respirar: “Tan sencillo y complejo como eso”. 

Es el nuevo estribillo del desarrollo personal. Se multiplican por Barcelona nuevas sesiones con esterillas donde aprender a respirar con la fluidez de un dalai lama más allá del yoga. Desde seminarios intensivos de apnea a baños de hielo y ‘breathworks’ multitudinarios con cascos inalámbricos. La escuela de respiración consciente The Breath Act ya tiene más de 100.000 seguidores en Instagram

No, no sabemos respirar. “No hay conciencia y no hay técnica”, asegura Miguel Lozano. Él es deportista profesional, pero cada 30 segundos suelta alguna frase terapéutica. Ningún gurú de la autoayuda podría llegar tan al fondo. “12 personas han pisado la Luna –compara en su web-. Solo 10 hemos descendido hasta los 120 metros”. Ha sido dos veces subcampeón del mundo. Puede pasar sin respirar 8 minutos y 23 segundos. No es de los que se ahogan en un vaso de agua, no. Él se quita hierro. “El secreto de un apneísta –se ríe- es tener un cerebro pequeño que consuma poco”. 

Enseñando ejercicios de estiramiento pulmonar.

Enseñando ejercicios de estiramiento pulmonar. / Irene Vilà Capafons

Ha enseñado a respirar a Jared Leto, a Bisbal, al Real Madrid. Hasta ahora solo organizaba estos cursos intensivos para empresas y ‘team buildings’. Lo ha abierto a todos los públicos por petición popular. Son 5 horas de ejercicios de respiración y relajación, estiramientos pulmonares y gestión emocional a través de la apnea. “Es un seminario terapéutico –resume el subcampeón del mundo- pero basado en la experiencia que yo tengo como apneísta profesional”. “Meditación subacuática”, la llama él.  

Apnea estática durante el seminario.

Apnea estática durante el seminario. / Irene Vilà Capafons

Empiezas aprendiendo a respirar sobre una esterilla y acabas boca abajo en la piscina a lo prota de ‘Crims’. 2, 3 minutos, 4… ¡¿5, 15?! Te lleva a una máxima impactante casi sin enterarte. Lo habitual es que todos los alumnos neófitos aguanten sin respirar entre 2 minutos y 4,30. “En cada curso siempre hay uno de 5 -garantiza Miguel- y algún caso muy loco de 7”. 

Xavi, instructor de apnea,  ayuda a controlar la sesión en la piscina.

Xavi, instructor de apnea, ayuda a controlar la sesión en la piscina. / Irene Vilà Capafons

“En solo una mañana me ha metido en el ‘Deep blue’, quiero más”, dice Cali, uno de los alumnos de hoy, 55 años. Era su primera apnea: 4 minutos. “Lo mágico es que estuve relajadísimo. Notas algo de hipersensibilidad al aislarte del entorno”. Es "desafiante", insisten todos, es "control mental", "dejarse ir". "No sabía que tenía eso en mí".

Un momento de una apnea estática durante el seminario.

Un momento de una apnea estática durante el seminario. / Irene Vilà Capafons

La mayor lección que enseña la apnea, concluye el subcampeón, es que hay momentos en la vida que no puedes controlar. “Centrarse en el aquí y en el ahora y ser ecuánime. No crear estrés o ansiedad en una situación que no puedes controlar”. ¿Un truco rápido? “A los famosos les decimos que pongan la cara en agua –descubre Miguel-. Porque tú activas el reflejo de inmersión bajando el ritmo cardiaco. Si estás nervioso y tienes 140 pulsaciones, pon la cara en agua y en 30 segundos te bajarán a 60-70”. O directamente aguanta la respiración en seco. “Solo por el hecho de aguantar la respiración –garantiza-, ya te baja el ritmo cardiaco”.   

Respirando antes de la apnea.

Respirando antes de la apnea. / Irene Vilà Capafons

The Breath Act

“Que tengas un buen viaje”, te desean al entrar en una sala de hotel. “Las expectativas son altas”, te dicen en una cola kilométrica con mantas y esterillas bajo el brazo. Dentro te espera una penumbra con cascos inalámbricos luminosos y cuencos sonando en vivo. Huele a cacao. Te tumbas y te arropas como si estuvieras en tu sofá. Te ajustas los cascos, comienza la sesión. Una voz te invita a salir de Matrix

The Breath Act, se llaman estas sesiones multitudinarias. El pasado domingo reunieron a 160 personas en el Hotel Occidental Atenea Mar de Barcelona. A más de 600 durante todos sus eventos del fin de semana entre Barcelona, Madrid, Medellín, Lisboa y Málaga. ¿Su objetivo? “Enseñamos el arte de la respiración consciente –responden sus ideólogos- para maximizar el bienestar físico, mental, emocional y espiritual”. Tienen 'reels' con más de un millón de visualizaciones. 

“No somos magos, ni gurús espirituales –se presentan en su web Marta y Juan-. Traemos al día a día una técnica ancestral con respaldo científico”. Marta Plannells y Juan D’Angelo son los fundadores de este ‘breathwork’ viral. “A los dos, en algún momento, la vida nos puso una incomodidad demasiado grande –se abre en canal Juan tras la sesión-. Un caos de estos que te paraliza. Nosotros lo llamamos ‘motor de cambio’”. En su caso fue la muerte de su madre. “Fue súper repentino: un cáncer de cerebro”. 

“Integramos neurociencia, sonido y respiración”, resumen en Instagram. “No es una playlist de Spotify –detalla Juan-, Eso lo creamos nosotros en estudio: se van poniendo capas de diferentes sonidos para inducir al cerebro a ondas meditativas”. Vendría a ser como una meditación guiada a lo bestia con banda sonora. “Los auriculares te mantienen mucho más inmersivo”, asiente Juan. Sí, parece que nadie te ve. “Justamente se trata de eso –dice-: un viaje único que es por y para ti. Ese es nuestro lema”. Hay gente que llora y grita. “Es una manera de expresar tus emociones sin ser juzgado”, dice Nerea, una de tus vecinas de esterilla. “Yo he tenido un viaje heavy”, resopla al lado Delia. “Noté como bolas de energia en mis manos, nunca me había pasado”. Son tres horas respirando. "La respiración -asiente ella- te cambia de estado totalmente".

La pandemia fue un punto de inflexión, apuntan. “La gente no sabía qué hacer. Porque no sabía estar con uno mismo. Se había desconectado completamente. Y hubo un auge del desarrollo personal”. Es uno de los nichos de mercado con más posibilidades, apunta ya hasta ‘Forbes’. 

Crearon la marca en 2020. Un año después estaban haciendo su primera sesión en Gran Canaria: 10 personas. En la siguiente ya había 30 –recuerdan-, en la tercera, 50. Ahora reciben a 170, 180, y porque no caben más. Tienen lista de espera. “Todos los eventos hacen sold out”, sonríen. A Barcelona vienen una vez al mes. Han empezado a hacer teatros: el 22 de febrero estarán en el Goya de Madrid. Ya lo anuncian como “el evento de respiración más grande de España para despertar tu potencial”. En marzo publican libro: ‘Respiras o mueres’ (Alienta Editorial).

¿Que qué se consigue con estas sesiones? “Yo lo resumo siempre como volverte a reconectar con el milagro de la vida –responde Juan-. Es un milagro. Pregúntale al Chat GPT qué posibilidades hay de que yo exista”. “1 en 400 billones”, responde.  

El método Wim Hof

“Te diría que la respiración me ha cambiado más la vida que el frío”, asegura Uri Imperial. Eso es mucho decir para él: es el hombre de hielo de Barcelona. Puede estar 20 minutos en agua a 3 grados. Enseña el método Wim Hof. “Respira, es gratis”, ese es el lema de su ideólogo. “La terapia de las celebrities”, la llaman desde hace años. Lo mismo se avistan en bañeras de acero llenas de cubitos a David Beckham, Kendall Jenner, Elle Macpherson o Lady Gaga. La “tribu del hielo” de Barcelona ya va casi por los 500 bañistas con piel de gallina. 

Uri Imperial. el 'iceman' de Barcelona, posa bajo una capa de cubitos de hielo durante el último taller de Ice Bath Barcelona en Studio Crossfit.

Uri Imperial. el 'iceman' de Barcelona, posa bajo una capa de cubitos de hielo durante un taller de Ice Bath Barcelona. / ZOWY VOETEN

Uri se pasa tres horas de las cuatro de sus talleres enseñando a respirar. “Es un trabajo de foco mental y de visualización”, justifica el instructor. Unos cuantos chutes de respiraciones Wim Hof (30 inhalaciones profundas por la boca, exhalaciones sin forzar y, tras la última, aguantas la respiración) y acabarás haciendo más flexiones seguidas que en toda tu vida sin despeinarte. “Es un ejemplo de cómo la respiración influye en el sistema nervioso y en los niveles de energía –detalla Uri-. De cómo genera adrenalina, cómo te despierta el estado de lucha y huida”. Como si acabaras de ver un león o a Froilán queriendo llevarte de fiesta.  

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