Escondites de artistas

La montaña donde el músico Arnau Obiols encuentra su inspiración

Hablamos con el aplaudido músico pirenaico sobre su estrecha relación con el Roc de la Guàrdia (Les Valls de Valira) y los bosques de la comarca del Alt Urgell, donde acude en busca de regeneración 

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Arnau Obiols en el documental 'Art d'alçada'

Arnau Obiols en el documental 'Art d'alçada' / Roger Corredera/Benecé Produccions 

Juan Manuel Freire

Juan Manuel Freire

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La naturaleza y quizá, en concreto, las montañas resuenan de toda la vida en la música de Arnau Obiols, artista pirenaico que se ha ganado una excelente reputación a base de cruzar experimentación con música de raíces, de raíces bien clavadas. Discos como 'Tost' (2019) y 'Mont Cau' (2023) son cantos a la tierra "sin misticismos vacíos", según quiere apuntar. 

Con este currículo, no extraña en absoluto que Obiols haya elegido como escondite el Roc de la Guàrdia ("y los bosques del entorno"), una montaña de 1.459 metros de altura en el municipio de Les Valls de Valira, en la comarca del Alt Urgell. "Me queda bastante cerca de casa", explica de una zona que visitaba en el documental 'Art d'alçada', del que provienen las imágenes incluidas en esta pieza. "En menos de una hora caminando llegas a una atalaya donde tienes una visión de 360º de las montañas. El camino hasta allá va pasando por diferentes tipos de bosques. Me gusta especialmente la cota de los mil cuatrocientos metros por la vegetación que encontramos. Además, es un sitio que se quemó en 2012 y ahora se puede observar cómo el bosque vuelve a nacer de manera natural, con su vegetación y sus árboles pioneros. Toda una lección".  

El descubrimiento

En los días en que vivía en la Seu d'Urgell, Obiols había bordeado aquella zona varias veces caminando o en bicicleta. Fue al mudarse a Calbinyà cuando descubrió realmente un amplio escondite favorito. "Descubrir un camino o un lugar cerca de casa, a los que pueda volver fácilmente siempre que quiera tiene algo de reconfortante", comenta.

En el hiperconectado siglo XXI podemos seguir soñando con vivir 'off the grid', o desconectados de la red de servicios públicos (y la Red del desconcierto), aunque solo sea por unos minutos. Obiols intenta tener presente la naturaleza en la vida y a la hora de crear. "Es algo que te permite ir más allá del individuo, de ti mismo, una fuerza más grande que te muestra toda la sencillez y toda la profundidad del mundo". 

Arnau Obiols en otra imagen de 'Art d'alçada'

Arnau Obiols en otra imagen de 'Art d'alçada' / Roger Corredera/Benecé Produccions 

Procesos y proyectos

Cuando le pregunto si acude a ella para componer y puede que incluso grabar alguna cosas, me introduce un poco en sus procesos: "A menudo he hecho grabaciones de campo que después he usado en mis creaciones o me han servido de inspiración –explica–. Cuando estoy en el Roc de la Guàrdia, lo que me gusta es contemplar el entorno. A veces sí que tomo algún apunte en mi cuaderno de campo sobre la floración de alguna planta o alguna observación por el estilo. Cuando hace frío me llevo un termo con café con leche o alguna infusión y es un gran momento". 

Al artista se le conoció, en un primer momento, por su rehabilitación de cancioneros antiguos. Asegura no haber encontrado el Roc en ninguna composición. Tampoco lo ha incluido en ninguna obra propia. O no al menos de forma explícita: "En cierta manera, los ratos que he pasado allí los tengo presentes y aparecen de un modo u otro. Puedo haberlo visitado con gente querida, pero es un sitio que, sobre todo, asocio a un momento de soledad buscada. Eso deja huella".

Para los ansiosos de continuación a 'Mont Cau', buenas noticias: Obiols ya trabaja en piezas nuevas. "Es todo muy inicial –avisa también–, pero trabajo intensamente para encontrar un camino que me satisfaga. Mientras tanto, sigo tocando el último disco en directo y también hago conciertos de So De Cop, un concepto a medias entre artes plásticas y sonido". A lo que debemos sumar sus proyectos como músico y compositor en danza o teatro, o el educativo Ullsclucs, o el poético Xant De Cabrota. Arnau Obiols, sereno (gracias, Roc) pero inquieto.