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Tendencia gastro

Nuevo plato de moda: la cebolla se reivindica en Barcelona

¿Alguien se acuerda de aquella cosa tan 'boomer' de los aros de cebolla? El bulbo subterráneo adquiere ahora tintes épicos

Dónde hacer amigos (y ligar) pasados los 40 años en Barcelona

La flor de cebolla frita de La Real.

La flor de cebolla frita de La Real.

Òscar Broc

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¿La cebolla tiene pocos amigos? Tenía. El patito feo se está transformando en cisne gracias a la acción de cocineros valientes, que no temen darle protagonismo a la hortaliza repetidora que nadie mira en el baile de fin de curso. La oda que Pablo Neruda dedicó a la cebolla resuena hoy con una acústica más poderosa. “Cebolla luminosa redoma, pétalo a pétalo se formó tu hermosura”, escribía el poeta.

Y acertaba con lo de los pétalos, porque este bulbo subterráneo adquiere tintes épicos en La Real (València, 285), una hamburguesería fiabilísima, con carnes e ingredientes frescos de calidad, que vive al margen de la turra 'smash' y ya tiene de vuelta en su carta uno mis snacks favoritos: la flor de cebolla frita con mayonesa de kimchi y ralladura de lima. Un cebollón abierto en un sinfín de pétalos que los comensales arrancan a discreción y mojan sin disimulo en la vigorizante mayonesa, dispuesta en el centro de la flor. Una buena fritura (nada “costrosa”, ligera, incluso) que combina muy bien con el frescor y dulzor de la cebolla. La mayonesa es perfecta para el tipo de fiesta que se está oficiando. Y la ración no es ninguna broma, pueden picar dos y, si me apuras, hasta tres personas. ¿Alguien se acuerda de aquella cosa tan 'boomer' de los aros de cebolla?

Para los que buscan una cebolla más de autor, ahora que estamos en tiempo de sopa, sería una impertinencia no arrodillarse ante la que, para muchos, es la mejor sopa de cebolla de la ciudad. Se encuentra en Glug (Viladomat, 289), un restaurante-bar de vinos que todo lo hace bien y con voz propia. La sopa de cebolla con botones de pasta rellena de queso comté. Un requiebro prodigioso de una clásico que la cocina de Glug ha reinterpretado como ningún otro restaurante. La gente que lo prueba suele decir lo mismo: buah.

Y para cebollazo, el que tiene preparado el restaurante Embat (Mallorca, 304), en su carta de cocina de temporada; de las más placenteras de la urbe. Uno de los platos que más disfruté en mi reciente visita fue la tatin de cebolla. Es un plato suculento y reparador en el que hay queso gouda madurado y un jugo de rustido sobrado de carisma. A mi modo de ver, uno de los platos con cebolla más locos de Barcelona.

Por cierto, que nadie se olvide de la cebolla de Figueres ‘al cop de puny’ con tomate y aceitunas del restaurante Barceloneta (Escar, 22): un sopapo de frescor que toda persona debería sentir en su quijada al menos una vez en la vida. Con todas estas cebollas llorarás, y tanto, pero de puro placer.

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