Toma pan y moja

Cow Burger: una hamburguesería top de Barcelona escondida en una tienda de 'cheesecakes'

Cheesebakers se ha convertido en un curioso laboratorio para disfrutones extremos

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Hamburguesa de Cow Burger.

Hamburguesa de Cow Burger.

Òscar Broc

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Una tienda de cheesecakes con hamburguesas, que no una hamburguesería con cheesecakes, dejemos las cosas claras. Esto es Cheesebakers (Rocafort, 240/ Bailén, 154), una escudería que se ha ganado el amor de los barceloneses con sus tartas de queso artesanas, de diferentes variedades y sabores, y de una calidad indiscutible. En el local de la calle Rocafort, con amplísimos comedores en los que podría refugiarse media ciudad en caso de apocalipsis, me encuentro con Cow Burger (Rocafort, 240), una hamburguesería que ha brotado en el mismo espacio y cuyas piezas se pueden disfrutar en tres formatos: take away, delivery o en el restaurante. 

Detrás de la iniciativa se encuentra Andrés Huarcaya (alma mater del celebrado y desaparecido El Pràctic), un cocinero experimentado que se ha propuesto bordar el formato de moda.Y lo hace con unos discos de carne madurada que tienen historia. Es la receta que fraguó el equipo de cocina del extinto Fast Good que Ferran Adrià abrió en 2007, y del que Huarcaya formaba parte. Probaron con diferentes razas de vaca de España y Europa, tipos de picado y porcentajes de grasa. Tolerancia cero con los aditivos y conservantes. Y esta misma receta, con las mismas proporciones, es la que prepara la carnicería Soler Capella para Cow Burger. 

El resultado es difícilmente mejorable. Aunque hay un apartado de 'smash', uno puede también comer burgers de las de antes. Gruesas, jugosas, sabrosas y cruditas por dentro. Huarcaya apuesta por la excelencia de los componentes. Lo corroboro con la clásica, mi favorita siempre: ensalada fresca, cebolla roja, salsa ahumada delirantemente rica, un pan de patata perfecto y cheddar fundido. Y una carne potente, sudorosa, sobrada de personalidad y con el punto de maduración ideal. La 'smash' de bacon es también pecado capital, pura mantequilla con descargas ahumadas, la demostración de que saben lo que hacen. 

Además, Cheesebakers/ Cow Burger es el lugar perfecto para caer en la doble tentación y reservarte un asiento VIP en el infierno. El asunto es culminar el frenesí hamburguesero con una porción de los incontables tipos de cheesecake que hay repartidos por las vitrinas: pruebo el de chocolate y le doy la bendición. Mi pareja devora en segundos el de queso azul. Por cierto, durante la comida, aparece sobre la mesa un inesperado canelón con parmesano, un aviso de lo que está por venir en la cocina de este curioso laboratorio para disfrutones extremos.

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