Los platos fríos más 'hot' de Barcelona para combatir el calor

La ropa ya pica. En breve, tendremos que ducharnos dos veces al día. En el departamento de informática ya van todos con bermudas. Las primeras chanclas de dedo han hecho acto de presencia en el transporte público. Se nota, se siente, el calor está presente. Los tazones humeantes de ramen y las ollas de 'capipota' ya no te parecen tan apetecibles como hace unas semanas. El 'body' te pide combustible en frío y el 'body' te lleva a Shoronpo (Doctor Rizal, 20) la casa de Keita Tanaka, un maestro del shoronpo, un saquito cocinado al vapor con carne de cerdo, verduras y un caldo milagroso en su interior. Los de foie son pura matraca. Pero hemos venido a comer en frío, porque Keita es también un maestro de los tazones y esta tasca japonesa tiene un as en la manga que los clientes han convertido en un hitazo. Es el tantanmen frío, un ramen a temperatura ambiente generoso -pueden comer dos- que destaca por el perfecto equilibrio y el chute de sabor de sus ingredientes. Fideos finos de gran calidad, caldo trabajadísimo, carne de cerdo salteada muy sabrosa, bambú, puerro, huevo y una base de sésamo intensa y placentera. Caliente está para morirse, pero la versión fría del tantamen de Shoronpo es, definitivamente, mi canción del verano. 

Y para fríos muy 'hot', los platillos de Benditto Vermut (Bailén, 158), una vermutería premium de raíces italianas con una colección de vermuts y ‘amaros’ que produce escalofríos. El surtido de platos fríos de temporada con producto italiano es amplio y salvaje. Todo increíble. Me quedo con los huevos rellenos de ensaladilla de buey de mar con mayonesa de albahaca y la contundente sbricciolana, un embutido artesano hecho a mano en Italia que llega marinado con cítricos y parece un steak tartar muy tocho. Sitio muy, muy especial.  

Pero si necesitas refrescarte de verdad, el ceviche es el salvavidas más eficaz. El ceviche nikkei con atún de Yakumanka (València, 207) es, con diferencia, mi favorito de Barcelona. Vigorizante, eléctrico, con umami a chorro, un plato tan redondo y adictivo que te pones de mala baba cuando se termina. También en Costa Pacífico (plaza Sant Agustí Vell, 13) podrás hincharte a ceviches (mexicanos), tostadas de atún y uno de los fríos más ardientes de la carta: el cóctel de camarón, con langostinos, tomate, pepino y una salsa rojiza, picante y adictiva que te llevarías a la tumba. Deja el abanico en casa. 

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