Dos restaurantes japoneses top de Barcelona que no lo parecen

Cuando una relación cae en la monotonía, siempre va bien encontrar sitios inusuales para elevar los niveles de excitación y practicar buen sexo. Me pasa lo mismo con los restaurantes japoneses. De vez en cuando, apetece huir de la rutina, y en los siguientes dos restaurantes encuentro exactamente el punto de transgresión que me pone más borrico.  

El restaurante Grado Sushi (Vilamarí, 29) es un maestro del camuflaje, pues se encuentra en el interior del Bar Bodega Chiqui, una bodega de barrio que se remonta a mediados del siglo pasado. Allí, entre gildas, conservas, vermuts y ajados barriles, planean bandejas de sushi que nada tienen que envidiar a los grandes japoneses de Barcelona. Y a precios ajustadísimos, olvídate de desembolsar la paga doble por cuatro nigiris mal contados: al Chiqui se va a disfrutar, no a sufrir. 

Y no se trata de un speakeasy, afortunadamente; un neón con la palabra Sushi en la entrada deja bien claro que este garito no está para jueguecitos virales. La maestría del chef se percibe en la delicadeza del arroz, los cortes del pescado, el equilibro de cada pieza. El nigiri de anguila con foie es, a mi modo de ver, la piedra de toque de una propuesta mayestática al alcance de todos lel pueblo. ¡Sí a los japoneses de barrio!

En la otra punta de la ciudad, triunfa otro japonés que no lo parece. El nombre es Kasa Hanaka (Saragossa, 29) y, visto desde fuera, podría ser cualquier cosa antes que un comedor nipón. Se encuentra en el precioso centro cívico Vil•la Urània (vaya terraza) y su fuerte es la cocina japonesa casera, especialmente los boles con caldo y fideos udon. También destaca la delicada repostería del país del sol naciente, un área que dominan como pocos. Pruébalo y no volverás a las decoraciones e interiorismos temáticos de siempre: la chispa que necesitabas.  

Suscríbete para seguir leyendo