Atún para Navidad: cuatro restaurantes con platos de atún antológicos

Todavía faltan un par de semanas para las fiestas de Navidad, pero es muy posible que estés en el grupo de los que ya están cansados de canelones, langostinos y turrones. Hartazgo preventivo. Una buena huida hacia adelante podría ser el atún, un elemento que merece más relevancia en los fastos navideños, y que puede convertirse en el perfecto cobijo contra la lluvia de galets y pilota que te espera.

En el nuevo restaurante Malparit (Còrsega, 253) van directos a los centros de placer de la clientela. Entre sus tapas y platos de chup-chup, uno se topa con una alucinación divina: un tuétano largo como un día sin pan, coronado por un lustroso tartar de atún. Mar y montaña a lo bestia, mucha peña con los ojos en blanco.

En una vibración mucho más minimalista, está la propuesta de Os-Kuro (València, 271), un japonés con excelentes nigiris y gyozas, que ofrece una degustación irresistible con tres cortes de atún supremos: uno con 30 días de maduración, uno perteneciente a la parte más grasosa del pescado (o-toro) y uno de la parte del lomo más cercana a la espina dorsal (akami). Merece la pena darse el capricho, para eso está la Navidad.

Por cierto, en Casa Luz (ronda Universitat, 1) hay una ventresca de atún de lo más curiosa, le ponen una picada “mediterránea” (con piñones) y te comerías dos carretas llenas.

Y en Topik (València, 199) no se andan con tonterías cuando el atún entra en juego. El cocinero Adelf Morales conoce este pescado como la palma de su mano. Y te lo pone en infinitos formatos, con resultados explosivos: parpatana de atún glaseada, carrillera de atún con setas, punta de atún con verduras, albóndigas de atún, tagliata de atún. Pagaría mucho dinero para tener a Adelf en la cocina de mis padres esta Nochebuena, para qué negarlo.

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