Boutiques dulces
Los Tiffanys de los golosos: 8 joyas pasteleras de Barcelona
Si con los Donettes te salen amigos por todas partes, imagínate con esto. Aquí todo es una invitación al pecado. La mejor pastelería y bollería de autor de los alrededores. Piezas de coleccionista para golosos
Ponle cuernos: estos son los cruasanes más atrevidos de Barcelona
¿Dónde ir a bailar a partir de los 40? Estas son las mejores sesiones de tardeo de octubre en Barcelona

Dark Moon, la luna en miniatura de Hofmann. / Instagram
Hoy vamos de boutiques. Toca darse un caprichito. Unos se van a Tiffany a por un pedrusco, pero nosotros nos decantamos por otro tipo de desayuno con diamantes. Porque estas gemas pasteleras nada tienen que envidiar a los dientes de oro de tu rapero favorito. Con estas joyas tocarás el cielo con la punta de la lengua. 8 piezas de coleccionista para golosos con criterio. Flanes hojaldrados, rocas lunares comestibles, nudos de brioche, pan de muerto… ¿Dress code? Etiqueta, por supuesto.
1. Canelés de autor (3,50 €)
Maestría y calidad
Úrsula Pérez Pomar y Cristian Larrosa fueron de los primeros en apostar por la filosofía 'bean to bar', es decir por una fabricación honesta y artesanal del chocolate. La magia acontece en un obrador al fondo del amplio local, un espacio precioso que es un paréntesis en la agitada realidad de la derecha del Eixample. Pero Lot Roasters (Bailén, 43) no solo es el mejor laboratorio de chocolate de Barcelona, también es una cafetería y una pastelería, y en ambos flancos responde a los rigurosos estándares de calidad de la casa. En su joyero destaca el increíble canelé. He probado unos cuantos en Barcelona; ninguno se le acerca.
Esta delicia francesa de forma cilíndrica y bordes estriados toca la perfección en manos de Cristian. Crujiente a morir en su exterior; suave y jugoso en sus adentros. Aparte del clásico con vainilla y ron, Lot experimenta con canelés de sabores locos: de chocolate ahumado y mezcal, de chai masala… Y si este dulce te sabe a poco, siempre puedes pedir el canelé clásico en forma de cubo: orgasmo (al) cuadrado.
2. Flan Morreig (5,50 €)
French connection
Es un círculo de masa de cruasán que cruje por fases, como las cervicales de un nonagenario. La calidad de la estructura fermentada es asombrosa. Hasta los osos polares oirán el crunch. En el interior de este receptáculo hojaldrado reposa una profunda charca de ambrosía. Cremosidad al máximo nivel. Chispazos avainillados. A ojo desnudo parece una crema pastelera, pero vive en una galaxia más lejana, y tiene un sabor que roza el delito.
El flan parisino de Morreig (Verdi, 25) no es ninguna broma, soldado. En esta pastelería de autor, todo lo que descansa en el mostrador es una invitación al pecado, desde los triángulos de cruasán hasta los brioches rellenos de helado. Pero por encima de todos, tocando el Olimpo, descansa el sacrosanto flan. Dejad que los niños se acerquen a él.
3. Los pasteles de Natzumi (5-6 €)
Delicadeza nipona

Flan parisino y pastel de fresas con nata de Tos Tao. / Tos Tao
Natzumi Mizumoto es una de las pasteleras más talentosas que he conocido. Los barceloneses tenemos la gran suerte de acceder a sus creaciones en la cafetería de especialidad Tos Tao, en los bajos del hotel Casa Bonay (Gran Via, 700). Las joyas de la japonesa son demostraciones de técnica, minuciosidad, delicadeza y humildad. Hablamos de piezas minimalistas que prescinden de estridencias Instagram 'friendly' y se centran en ofrecer una experiencia artesana al más alto nivel, sin excesos de azúcar. El flan parisino es un sueño, mi favorito junto al de Morreig. El cremoso de matcha debería estar en algún museo. La mousse de vainilla con chocolate blanco y frambuesas es una caricia en la nuca. Y qué decir del Mont Blanc, un bocado adictivo que se evapora del plato con solo mirarlo. Heaven, I’m in heaven.
4. Twist de canela (3,50 €)
Nudo y desenlace
Mi pan favorito se fabrica en esta casa, una locura, pero vamos a la fiesta loca de verdad: su apartado de bollería. Y ahí destaca el twist de canela, una masa de brioche de altísima calidad, impregnada en sus adentros con una canela elegante, nada empalagosa. Parece un nudo marinero. Lo estiran y enroscan cual cabo, como si estuvieran en el Orca, a las órdenes del capitán Quint. Pero en el obrador de Origo Bakery (Milà i Fontanals, 9/ Ronda de Sant Pau, 67) no hay tiburones blancos, solo masas de larga fermentación e ingredientes ecológicos de proximidad. ¿La canela no es tu mejor amiga? Pues tienen un twist de cardamomo no menos antológico.
5. Brioche Chantilly (2,90 €)
Golosos S.A.
La panadería francesa Pan à Mà (Casp, 39) debería quedar entre tú y yo: no queremos que se agote su brioche, el mejor que servidor ha catado.De hecho, me vuelve majara su brioche individual con chantilly. El ingenio es de una calidad suprema y se presenta con una hendidura rellena de chantilly, grosso modo, una nata afrancesada que es como pegarle un lametón a una nube. Esponjoso, sin pasarse de azúcar, cremoso, adictivo, el brioche chantilly es una trampa para golosos exigentes. Suelen tenerlo cada día, y a veces, ponen a la venta una versión de fresa que es amor al primer mordisco.
6. Pan de muerto (4,50 €)
Dulce México
La embajada del dulce mexicano en Barcelona es Casa Dulce Bakery (Indústria, 66), una acogedora tienda que suele congregar a muchos mexicanos ante su mostrador. La casa trabaja muy bien y, por el 'feedback' de su clientela, es lo más auténtico que encontrarás en BCN. Las esponjosas conchas son obligatorias, pero por estas fechas cercanas al Día de Muertos, hay que recomendar fervorosamente el pan de muerto, un pan dulce cupular muy mullido y con unas protuberancias que recuerdan a los huesos de un esqueleto. Es el mejor que encontrarás en Barcelona y puedes disfrutarlo en varios sabores. Me llevo el clásico y el Jamaica, con un punto agridulce y toques de hibiscus. Están tan deliciosos y son tan reconfortantes que me pregunto por qué en BCN triunfa el 'panettone' y no este dulce mexicano. Bueno, quizás mejor así.
7. Bollo de mantequilla (2,70 €)
De Barcelona a Bilbao
El bollo de mantequilla es un icono de Bilbao que merece formar parte de la vida de los barceloneses. Así lo entendió el rey del cheesecake, el bilbaíno Jon García (Jon Cake), que decidió apostar por esta desconocida pieza de bollería el año pasado en Jon Cake & Wines (Gelabert, 42).
Pocos placeres pueden compararse a la compañía del bollo de mantequilla cuando llega la hora del desayuno. Es un bollo suizo que se levanta desde sus cimientos en el obrador. Se pinta y se hornea con mimo, y se rellena con una crema de mantequilla elegantísima. Protocolo para consumirlo: coges el bollo, lo ahogas en el café con leche, te lo llevas a la boca y gritas ¡ahivalahostia! con todas tus fuerzas.
8. Dark Moon (8,70 €)
Luna comestible
Se llama Dark Moon y es una luna en miniatura de Hofmann (Flassaders, 44 / Pau Casals, 5) que engañaría a un selenita. Este guijarro llegado del espacio presenta unos componentes atrevidos y exóticos: pasta de sésamo negro crujiente, crema de caramelo, vainilla y whisky, mousse de chocolate negro, galleta de cacao y bizcocho de chocolate. Y no temas por tu dentadura. A pesar de su aspecto pétreo, este pastel es de una finura ejemplar. Y el más caro de la lista (8,70 €), pero nadie ha dicho que zamparse un meteorito fuera barato.
Suscríbete para seguir leyendo
- Julio Rimoldi, amigo íntimo del Papa: 'Había dos cosas que ponían de muy mal humor a Francisco: la corrupción y la traición
- Apagón en España, última hora en directo: causas, dónde ha vuelto la luz y últimas noticias sobre el corte eléctrico
- La cantidad de dinero que hay que tener en casa para una crisis según el Banco de España
- El Constitucional frena el intento de PSOE y Más Madrid de acusar al novio de Ayuso por delitos fiscales
- Felipe, el agente de movilidad de Madrid que salvó al Paseo de Extremadura del colapso: 'Me quedaré lo que haga falta
- Sánchez pide 'colaboración' a Iberdrola, Endesa, EDP, Naturgy, Acciona Energía y REE en la investigación sobre el apagón
- Apagón masivo hoy en España: ¿qué está pasando?
- Gonzalo Bernardos avisa a los españoles: 'Los que se quieran comprar una casa se tienen que dar mucha prisa