EXCURSIÓN DOMINICAL

El pueblo con viñedos donde grabó Almodóvar

Alella, la denominación de origen más pequeña de Catalunya, ofrece variadas e interesantes casas modernistas y medievales

Alella

Alella / Maria Rosa Ferré-ACT

Abel Cobos

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Hace dos días estaba usted a lo mejor de vacaciones más allá de los Pirineos, y ahora está levantándose cada día con la rutinaria alarma que señala que toca ir a trabajar sus ocho horas diarias. Las vacaciones quedan ya tan lejanas que entran ganas de aprovechar las pausas del baño para echarse una buena lloradita. ¿Remedio para curar la depresión posvacacional? Pasarse el fin de semana con escapaditas. Una rápida – a 20 minutos de Barcelona (unos 18 kilómetros) – y con mucho que ofrecer es Alella, en el Maresme.

Este pueblo en la Serralada Litoral, que tiene unos 10.000 habitantes y se encuentra en el interior aunque a solo a dos kilómetros del mar, está rodeado de viñas: no en vano es famoso por sus vinos, con DO Alella, «la denominación de origen más pequeña de Catalunya y la más cercana a Barcelona», promete el consorcio. Cuenta con cinco bodegas principales (Alta Alella, Bouquet d’Alella, Celler de les Aus, Marfil Alella y Roura) además de una infinidad de tiendas y bares donde degustar los vinos de la región y hacer un poco de enoturismo, que está tan de moda. ¿Una recomendación gastronómica? El famoso 1789 Restaurante (rambla Àngel Guimerà, 1, Alella).

Más allá de hincharse a comida e hincar el codo, Alella también tiene turismo cultural. Uno de los principales atractivos del pueblo para los instagramers que se han dedicado a retratarlo son los edificios modernistas y masías medievales que pueblan sus calles. De las más famosas es la Torre del Gobernador (Martorelles, 6, Alella), que sirvió de set para Raphael y Almodóvar (aquí grabó escenas de La mala educación). Aunque está abandonada –y desde hace años, cerrada a cal y canto–, todavía se puede apreciar su majestuosa entrada y la torre que corona sus muros. Una joyita muy desconocida y que por tanto bien merece una visita.

Mirador del turó d'en Galceran, en Alella.

Mirador del turó d'en Galceran, en Alella. / Ajuntament d'Alella

Para acabar con la excursión, otro de los atractivos favoritos para los adictos al postureo: las vistas. El pueblo, al estar encajado en la Serralada Litoral, cuenta con accesos directos y rápidos a miradores panorámicos de toda la costa del Maresme, con vistas que se extienden hasta Barcelona, como es el caso del mirador del Bosquet y del mirador del Turó d’en Galceran. Dejarán una estampa muy instagrameable, especialmente al atardecer, que podría poner el broche a la excursión dominical.