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Marchando un estofado de pitón

Aquí agarrarás el cuchillo y el tenedor con la templanza de Cocodrilo Dundee. En la carta de estos 3 restaurantes hay serpientes, bisontes, cocodrilos. «Piensa que él no dudaría en comerte a ti», te animan

Rafa González muestra el estofado de pitón de Sanabres y una hamburguesa de cocodrilo. 

Rafa González muestra el estofado de pitón de Sanabres y una hamburguesa de cocodrilo.  / FERRAN NADEU

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Ana Sánchez
Ana Sánchez

Periodista

Especialista en Barcelona. Busca historias increíbles y coordina las páginas de ocio de ‘On Barcelona’.

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Ahora entiendes cómo se sentía Indiana Jones en el banquete del templo maldito. En cualquier momento saldrá de la cocina una pitón emplatada. Sonríes con más tensión que una miss. Agarras el cuchillo y el tenedor con la templanza de Cocodrilo Dundee. Aquí en cuanto te descuidas te sorprende un cocodrilo entre la neblina. Viene ahumado bajo una campana. También sirven brochetas de cebra y solomillo de canguro. «¿Qué tenéis para postre? –les preguntan–, ¿pingüino?».   

1. Volta al món

Ojo, que con la cena te puede entrar jet lag. Es un Callejeros viajeros con servilleta. Viajes a la carta. Todos los platos tienen un país entre paréntesis. Hace cinco años que incluyeron destinos con carnes exóticas. ¿La que más sorprende? «La pitón», asegura Marcos. «Da mucho morbo probarla».

Marcos Fachini es el propietario del local y de buena parte de los suvenires que lo adornan. Es raro pillarle a él y al chef, Ivan Chica Ardiaca, sin las maletas hechas. No vayas de ingenioso. Sabe todos los chistes exóticos posibles. «¿El canguro viene al punto o saltando?», le sueltan. «¿Cuando levantes la campana, el cocodrilo me va a atacar?». «¿La cebra viene con las rayas?». Marcos asiente. «Las rayas las tiene», señala las marcas de la brasa.

La cebra viene con rayas y arroz al curri, coco, almendras y salsa de remolacha, muy sudafricano. Los platos exóticos se elaboran según el país de donde viene el animal. Y no saben a pollo, no. Aquí se desmiente esa ley paranormal según la cual todo alimento desconocido tiene regusto a pechuga de toda la vida. Dirías que la cebra sabe más bien a ternera.  

Aparece un cocodrilo a traición: camuflado en una campana humeante, entre puré de plátano. Acabas dándole tú un mordisco a él. Lo masticas con minuciosidad de CSI. Sabe ¿a pescado? ¿A rape? ¿A pollo escamado?

Llega la pitón. Sí que da morbo, aunque no haya rastro de lengua viperina. La sirven con arroz vietnamita. De allí es la serpiente. Sabe a… Dirías que es… «Es muy diferente a todo», te da la razón Marcos. Es la más difícil de cocinar, dicen. Ellos la hacen a baja temperatura y frita. Ex-qui-si-ta. También es la más cara (19,90 €).  Muntaner, 51. www.voltaalmon.es


2. L’Empanat 

2. L’Empanat«¿Te atreves con el cocodrilo?», anima Jordi a lo Frank de la jungla.  «Pobrecito», suele soltar alguien. «Pero para unos zapatos no lo dudarías, ¿no?», te replicará. «Piensa que él no dudaría en comerte a ti», se lee junto a los ingredientes de la hamburguesa. 

Decir que esta es una hamburguesería creativa se quedaría corto. Lo mismo te sirven una burger de bisonte que una con cheesecake, incluso dentro de un donut. Joc de cartes (TV-3) la subió al podio de hamburgueserías más originales de Barcelona.

Terracita en la plaza de Masadas, ambiente familiar. Nadie diría que la cocina parece El libro de la selva. «A la gente le encanta», asegura Marta Portero. Ella es la chef. Jordi Gaya, el de las ideas locas y el naming con gag. La carta tiene apartado de «burgers exóticas». Altamira lleva bisonte, pinceladas de cabrales, perlas de maracuyá. Dulcinea: carne de potro, cecina de caballo, queso Idiazábal, todo «en un lugar de Masadas de cuyo nombre sí quiero acordarme». Hay bocados de ciervo (La Winchester) y de avestruz (La Vedette). Si pides La Pumba (jabalí), la carta te deseará «akuna matata». Aquí puedes comerte con remordimientos a tus ídolos de la infancia. Tienen hasta una Peggy. Solo falta Chanquete. «No me tientes», se ríe Jordi.

La mayoría cuestan 11,50 €, menos la de bisonte (14,50) y la de cocodrilo (15). Y sí, está regulada como cualquier otra carne. «El bisonte viene de América –explican–. El cocodrilo, de Zimbabue. Allí hay superpoblación». 

Los que mejor han definido el cocodrilo han sido los hijos de Marta: «Sabe a un pollo que ha salido del río», comparan. «Son carnes muy sanas –apunta Jordi–: bajas en colesterol». La preferida de la chef es la de avestruz. «Es como una ternera». Sabrosísima.

Hazte el exótico, sí, pero no te vayas sin probar el morro. Monlau, 60. www.lempanat.com


3. Sanabres

Aquí tampoco creen que de lo que se come se cría. «No, no», se ríe Rafa. «¡Una de serpiente en 5 minutos!», grita a cocina. Entre las «recomendaciones especiales» de hoy tienen estofado de pitón

Este es un restaurante y charcutería familiar. Su especialidad son los chuletones de vaca madurada, «que es lo que se lleva ahora», sonríe Rafa. Los hacen a medida. «Como en una sastrería». 

Rafa González lleva aquí toda la vida. No exagera, casi nace en el restaurante. Dale cinco minutos y descubrirás que es especialista «en cosas raras», que dice él. De camino al baño habrá expuestos 6.000 pins. Y es «una pequeña parte» de sus colecciones. Tiene más de 300 tipos de ginebras, 400 de whisky, 150 referencias de vinos. Ven con tiempo.

Rafa ya habla de cocodrilos y pitones como si viviera en un documental de La 2. Empezaron a traer carne exótica con las vacas locas, recuerda. Sirven hamburguesas de cangurocebracamello (15 €) y cocodrilo (20 €). Todas a la plancha, sin pan ni salsas. «Para diferenciar los sabores», justifica. «La pitón la intentamos también hacer a la plancha –recuerda–, pero es un chicle».

Llega a la mesa el estofado de serpiente (una tapita, 12 €). Podría pasar por fricandó. Hay quien la compara con un pescado fuerte, dice Rafa, «tipo anguila y lamprea». El plato queda limpio.   

LO+

Podrás ir diciendo por ahí que le has dado un mordisco a un cocodrilo.

LO-

Hay a quien le da grima. Aunque esto no es el templo maldito de Indiana Jones.

La pregunta estrella: «¿Cómo matáis a la serpiente?». El cocinero les responde que se la traen en rollos, como en las ferreterías, se ríen. Rafa enseña un paquete de pitón congelado. Es una carne blanquísima. Podría pasar por un caminante blanco de Juego de tronos.      

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«Al 99% le gusta», asegura Rafa. ¿Y por qué no se extiende más? «Porque es una cosa cara», responde. «El kilo de serpiente está a 60 euros». Taquígraf Serra, 24. sanabres.com

 

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