Chequeo al diálogo

Nueve meses después de que Pedro Sánchez tratara de atraer a Pere Aragonès con su Agenda para el Reencuentro, EL PERIÓDICO analiza el estado de todos y cada uno de los 44 puntos de un plan cuyo objetivo era suavizar las relaciones entre Estado y Generalitat tras la ruptura de 2017

El 15 de septiembre de 2021, Pedro Sánchez se plantó en el Palau de la Generalitat para celebrar la segunda reunión, y hasta ahora, última de la mesa de diálogo y negociación. El presidente del Gobierno entregó a Pere Aragonès lo que pomposamente se bautizó en la Moncloa como la Agenda para el Reencuentro, un mosaico de 44 medidas encaminadas a superar la tensión y la ruptura institucional del otoño de 2017. Huelga decir que no se trata de ningún pacto, es decir, la Generalitat nunca suscribió la 'agenda'. Al día siguiente del cónclave del Palau de la Generalitat, Sánchez se desplazó a Zaragoza y prometió una candidatura olímpica al 50% entre Catalunya y Aragón. Los Juegos de 2030 habían sido incluidos en la agenda catalana. Fue en ese momento, apenas 24 horas después de recibir la Agenda para el Reencuentro, en que el Govern torció ya el morro. Desde entonces, y especialmente desde abril, cuando se desveló el 'Catalangate', ambos gobiernos se han ido distanciado hasta "congelar" las relaciones, como definió Aragonès.

Tras las elecciones andaluzas empezó un deshielo que aún puede definirse como débil. Tras dos horas de reunión el pasado 15 de julio, el presidente del Gobierno central y el de la Generalitat acordaron retomar la mesa de diálogo a finales de mes. De cómo vaya dependerá que el glaciar se derrumbe o, por el contrario, se solidifique casi para siempre.

Pulsando en las siguientes piezas puede comprobarse el nivel de cumplimiento de cada uno de los 44 apartados