La trama Pujol

Una tarde de verano, el 25 de julio de 2014, los medios de comunicación reciben un comunicado firmado por Jordi Pujol Soley que cambió para siempre la historia de Catalunya. El expresidente de la Generalitat confesaba que su familia había ocultado en Andorra una millonada sin regularizar durante más de 30 años.

El mito político de Pujol se deshizo a la misma velocidad que la justicia acorralaba a toda su familia. Un clan investigado por décadas de negocios oscuros y fortunas amasadas a la sombra del poder. Una madeja que empezó a desenredarse en 2012.

Jordi Pujol Ferrusola viaja en coche a Andorra con su amante. En el coche hay una mochila con billetes de 500 euros.

María Victoria Álvarez lo denuncia a la Policía y declara ante el juez.

El 7 de julio de 2014 salta la noticia. ‘El Mundo’ publica que la familia Pujol Ferrusola movió 3,4 millones de euros en cuentas de Andorra. 18 días después, la confesión del patriarca destapa la existencia de una fortuna cuyo origen debe aclarar la justicia.

Existen dos versiones de la historia.

En los años 50 del siglo pasado, los algodoneros catalanes exportaban las telas a los países compradores e importaban algodón. Pero necesitaban dólares para comprarlo y la dictadura franquista restringía la moneda extranjera.

Para esquivar este obstáculo, optaron por el contrabando de divisas. Uno de ellos era Florenci Pujol, el padre de Jordi Pujol Soley. Los industriales le entregaban maletas con billetes de 100 pesetas.

Su socio, David Tennenbaum, las llevaba hasta el estrecho de Gibraltar para que entrasen en Marruecos. En Tánger, las pesetas se cambiaban a dólares y más tarde aparecían en cuentas en Estados Unidos y Suiza.

Florenci Pujol cobraba comisiones que depositó en Suiza hasta amasar una fortuna. Ese sería el origen del legado, según la familia Pujol.

En 1980 eran 140 millones de pesetas (840.000 euros), que administran dos gestores de confianza de la familia.

En el año 2000 había 1.000 millones de pesetas (6 millones de euros).

Entre 1992 y 2000, Jordi Pujol Ferrusola repartió el dinero a partes iguales entre la madre y los hermanos.

Cuando todo sale a la luz los miembros de la familia que no habían regularizado el dinero, corren a ajustar sus cuentas con Hacienda. Transfieren 3 millones de euros a España, que se quedan en 1,7 millones con la regularización.

El juez José de la Mata concluye que el aumento de patrimonio de los Pujol proviene de utilizar su posición privilegiada y de ascendencia social y política en Catalunya con actividades "corruptas" durante los 23 años de Pujol como 'president'.

Según el magistrado, la actuación de la familia parece responder a un "plan preconcebido y ordenado" para ocultar grandes cantidades de dinero de origen desconocido.

JORDI PUJOL SOLEY
El jefe del clan

El juez le atribuye el liderazgo de la trama, junto a su mujer y su primogénito. Se le acusa de asociación ilícita, blanqueo de capitales, delitos contra la Hacienda Pública y falsedad documental.

MARTA FERRUSOLA
La madre superiora

El juez da por acreditado que trataba directamente con el banco andorrano y usaba un lenguaje religioso para mover los fondos. Un misal era un millón de pesetas.

El 14 de diciembre de 1995 ordenó de su puño y letra a la Banca Reig:

"Reverendo Mossèn, soy la madre superiora de la congregación. Desearía que traspasaras dos misales de mi biblioteca a la biblioteca del capellán de la parroquia, y él te dirá a quién se le ha de colocar".

JORDI PUJOL FERRUSOLA (Júnior)
El capellán

El primogénito era el encargado de mover el dinero y distribuirlo entre la familia. "Tenía capacidad para dar instrucciones a los gestores bancarios sobre las cuentas particulares de cada uno de los miembros de la familia".

Según el juez, obtenía el dinero de terceras personas, "vinculadas con distintas empresas", y de "inversiones mobiliarias, inmobiliarias y operaciones financieras de distinta índole". Los pagos se canalizaban en sociedades pantalla y paraísos fiscales. Compraba y restauraba coches de lujo. Tenía 12.

Según el juez, los hermanos seguían las instrucciones de Jordi Pujol Ferrusola: abrían cuentas en Andorra, gestionaban el dinero que era "distribuido" por el hermano mayor y tomaban decisiones para "ocultar el patrimonio ilícito".

También participaban en determinados "negocios" u operaciones.

En un juicio aún sin fecha, la Audiencia Nacional deberá determinar cuál de estas dos versiones explica de verdad la fortuna de los Pujol.

Toda la familia (excepto Marta Ferrusola, por enfermedad) se sentará en el banquillo de los acusados para rendir cuentas por un pasado plagado de sombras.