Crónica de un fiasco:
lo que se vio y lo que no se vio del otoño del 'procés'

Entre septiembre y diciembre de 2017, la política catalana vivió un auténtico terremoto con los episodios más convulsos del proceso independentista. Hubo políticos en prisión, otros que se fueron de España, imágenes de brutalidad policial, votantes que desafiaron la legalidad en un referéndum unilateral, un Parlament violentado, disuelto y bloqueado, y un ambiente general de fractura social.

EL PERIÓDICO informó al minuto del desarrollo de aquellos acontecimientos que sacudieron la vida política. Pero, durante estos últimos cinco años, la sección de Política de este diario ha tratado de reconstruir, sobre todo, lo que no se vio de aquel intenso otoño. Los entresijos de las decisiones que se tomaron y las circunstancias que, entre bambalinas, desembocaron en el fiasco de la DUI y el 155.

Estas son las principales crónicas que permiten recomponer el relato del otoño del 'procés'.

A la pregunta de cuándo empezó todo, los independentistas señalan en el calendario el 20 de septiembre. El día que la Guardia Civil registró 50 sedes de la Generalitat y detuvo a 14 altos cargos. El día que miles de personas se concentraron ante la Conselleria d'Economia. Fue el primer choque de trenes, el día que se rompió la confianza entre policías.

Pero el vértigo ya se había instalado en Catalunya desde hacía dos semanas. Fue el 6 de septiembre cuando el independentismo había abierto la caja de los truenos cruzando la línea roja de la desobediencia en el Parlament. Algunas voces han comenzado a hacer autocrítica cuatro años después.

Lo que no se vio
de aquel septiembre

Con la temperatura caldeada, la controvertida orden de no precintar los colegios hasta dos horas antes del referéndum unilateral, cuando la gente ya se arracimaba en ellos, abonó el terreno para el estallido. El dispositivo de los Mossos no estaba preparado para impedir el referéndum y la represión de la Policía y la Guardia Civil sigue siendo objeto de pesquisas judiciales.

El plan conjunto diseñado por los cuerpos policiales nunca llegó a cumplirse. Pese a las declaraciones públicas, al presidente Mariano Rajoy se le oyó reconocer que habían perdido la "batalla mediática", e incluso el Rey intervino en un controvertido discurso pese a los recelos del Gobierno. El independentismo logró su mayor triunfo simbólico a ojos incluso de muchos detractores de la secesión.

Lo que no se
vio del 1-O

Superada la simbólica fecha del 1-O, solo había un folio en blanco. La DUI y el 155 se convirtieron en los ases de una especie de juego del gallina, soportado en la creencia mutua de que la otra parte se rendiría antes de lanzarse por el precipicio. Pero no hubo frenos. La presión se multiplica con la 'DUI interruptus' de Puigdemont.

La certeza de que faltaban pocos metros para el abismo alentó múltiples intentos de mediación que han quedado por escrito en documentos que este diario destapó. Los últimos días de octubre fueron un Dragon Khan. En una sucesión de maratonianas reuniones, Puigdemont decide primero tomar la carta de las elecciones para esfumar el 155, pero al final cede y se lanza a una DUI que nadie se creyó.

Lo que no se
vio de la DUI

La declaración de independencia se consumió en el tiempo que tardó el Senado en refrendar el 155 y la Moncloa en ponerlo en marcha. La intervención del autogobierno llevaba tres años preparándose, en concreto, desde la consulta del 9-N del 2014. Incluso hubo planes, en este caso policiales, para tomar el Parlament y detener a Puigdemont.

El fin de semana que siguió al viernes de la DUI acabó siendo un sálvese quien pueda. Puigdemont lanzó una consigna a sus ya ‘exconsellers’ que el ya ‘expresident’ fue el primero en incumplir: "Mañana, todos a los despachos". EL PERIÓDICO reconstruyó aquellas 48 vertiginosas horas cuyas secuelas aún impregnan hoy la política catalana.

Lo que no se
vio del 155

Cronología del 'procés'
desde octubre del 2017