Más de la mitad de los municipios catalanes no han tenido nunca una alcaldesa

Un reportaje de Carlota Camps

En 1979, cuando se celebraron las primeras elecciones municipales, solo 20 mujeres fueron elegidas alcaldesas de los 947 ayuntamientos que hay en Catalunya. A día de hoy, el mapa ha mejorado, pero sigue muy lejos de la paridad, con poco más de 200 mujeres al frente. Además, hay 500 poblaciones catalanas que no han tenido nunca una alcaldesa en más de 40 años de democracia. Es decir, más de la mitad.

En Barcelona, sin ir más lejos, solo hace dos mandatos que una mujer asumió por primera vez la vara de alcaldesa. En Lleida y Tarragona aún no se ha producido esta imagen. Es innegable que se ha avanzado, pero también que queda mucho camino por recorrer. Porque las cifras aún sonrojan.

Sin embargo, no todo es negativo. Los pueblos pequeños son la gran asignatura pendiente, pero si ponemos el foco en las grandes ciudades, las estadísticas mejoran de forma considerable, según datos del Institut Català de les Dones.

Un reportaje de Carlota Camps

En 1979, cuando se celebraron las primeras elecciones municipales, solo 20 mujeres fueron elegidas alcaldesas de los 947 ayuntamientos que hay en Catalunya. A día de hoy, el mapa ha mejorado, pero sigue muy lejos de la paridad, con poco más de 200 mujeres al frente. Además, hay 500 poblaciones catalanas que no han tenido nunca una alcaldesa en más de 40 años de democracia. Es decir, más de la mitad.

En Barcelona, sin ir más lejos, solo hace dos mandatos que una mujer asumió por primera vez la vara de alcaldesa. En Lleida y Tarragona aún no se ha producido esta imagen. Es innegable que se ha avanzado, pero también que queda mucho camino por recorrer. Porque las cifras aún sonrojan.

Sin embargo, no todo es negativo. Los pueblos pequeños son la gran asignatura pendiente, pero si ponemos el foco en las grandes ciudades, las estadísticas mejoran de forma considerable, según datos del Institut Català de les Dones.

De las 11 poblaciones con más de 100.000 habitantes, seis están gobernadas por hombres y cinco por mujeres, entre ellas está la capital, Barcelona. Así pues, si nos fijamos en porcentajes de población, sí hay casi igualdad: 3,7 millones de catalanes tienen una alcaldesa y casi 3,9 millones tienen un alcalde. Pero lo que decanta claramente la balanza son los más de 1,6 millones de barceloneses, por lo que esta realidad podría dar un vuelco tras las elecciones municipales. Solo uno de los candidatos con opciones de llegar a la alcaldía es mujer, Ada Colau.

Mujeres que dirigen algunos de los principales ayuntamientos de Catalunya

LOS PUEBLOS PEQUEÑOS, MUY MASCULINIZADOS

En cambio, en los pueblos pequeños, que son la gran mayoría (más de la mitad tienen menos de 1.000 habitantes), el porcentaje de hombres al frente de un consistorio es muy elevado. De los núcleos de menos de 5.000, solo dos de cada diez están dirigidos por mujeres. Una situación que no mejora en las localidades de menos de 10.000, con solo un 23% de alcaldesas. ¿Qué explica estos datos? Según la politóloga Ana Sofía Cardenal, existen principalmente dos "barreras": la dificultad de "conciliar", que se acentúa en los pueblos pequeños por la "escasez de servicios e infraestructuras", y los "estereotipos de género", que también se amplifican en estas zonas de voto más "conservador".

En este sentido, Cardenal recuerda que las mujeres llevan habitualmente el peso de las labores domésticas y los cuidados familiares. Algo que se da tanto en los municipios pequeños como en los grandes, pero en las zonas rurales hay menos "servicios", como guarderías, y menos posibilidades de "externalizar" los cuidados. Pero también existe una "barrera cultural". La politóloga achaca esta baja participación en política a una "autoinhibición": "En tanto que mujer, se espera que hagas ciertas cosas y no otras".

LLEIDA Y TARRAGONA, CON LOS DEBERES PENDIENTES

Sin embargo, la falta de servicios no se da en las poblaciones de entre 20.000 y 50.000 habitantes, como son la gran mayoría de las capitales de comarca, donde el porcentaje de mujeres alcaldesas tampoco llega al 30%. Figueres y Vic están gobernadas por mujeres, pero no Reus, Vilafranca del Penedès o Igualada. Además, ninguna de estas ciudades ha tenido nunca una alcaldesa. Una circunstancia que se da, concretamente, en 538 municipios catalanes. Algunos tan importantes como Tarragona o Lleida. Y así seguirá con casi toda probabilidad tras el 28-M, porque los partidos con posibilidades de gobernar presentan a hombres como alcaldables.

No es una situación aislada. Pasa igual en Mataró, Cornellà de Llobregat, Manlleu, La Llagosta, Olot o Sant Feliu de Guíxols. Nunca han tenido un liderazgo femenino. Algo que tampoco es una situación exclusivamente catalana.

UNA REALIDAD EXTENSIBLE A TODA ESPAÑA

En el conjunto de España, las cifras se repiten. Actualmente, hay 1.630 alcaldesas, lo que supone que gobiernan en el 20% de los municipios, frente al 80% restante que esta copado por los hombres. En 1979 eran 104 mujeres, y solo representaban el 1% del total de poblaciones.

Veamos ahora otro de los datos que ayudan a entender el panorama actual y cómo ha evolucionado. En 1979, la mayoría de alcaldes hombres provenían del sector primario: un 45% eran agricultores. Las mujeres, las pocas que llegaban a ser alcaldesas, eran amas de casa en un 30%. Hoy, la mayoría de hombres aún trabajan en el sector de la agricultura, aunque hay una buena parte que son directivos. Las alcaldesas provienen del sector de los servicios y de la educación.

También se ha producido otro cambio importante respecto a 1979: los alcaldes han envejecido. Cuando España entró en democracia, uno de cada 10 alcaldes era menor de 30 años y casi tres de cada 10 no llegaba a los 40 años. Tras las elecciones de 2015, uno de cada 100 tenían menos de 30 años y uno de cada 10, menos 40. Un reflejo de la situación demográfica del país: con una población cada vez más envejecida, sobre todo en los pueblos pequeños, que conforman el 70% del territorio.

Con todo, Cardenal admite que la situación "está cambiando" con el paso del tiempo, pero avisa de que lo hace a "dos velocidades", con una diferencia sustancial entre pueblos y ciudades. Primero, porque los pueblos pequeños y más rurales acostumbran a ser más "conservadores" y, después, porque la gente joven, a la que le afectan menos las "barreras" culturales y los "estereotipos", se va de los pueblos "por falta de oportunidades".

Aun así, siempre hay excepciones que confirman la regla. Como los dos municipios de Catalunya que presentan una lista integrada solo por mujeres, la de Junts en Cadaqués (Alt Empordà) y la del PSC en Botarell (Baix Camp). Lo han podido hacer porque no llegan a los 3.000 habitantes, límite a partir del cual se aplica la ley de paridad. No tuvo la misma suerte la CUP en Moià, que tuvo que cambiar la candidatura porque la JEC le reprochó exceso de mujeres.

Pero una cosa son las listas y las buenas voluntades, y la otra los espacios de poder. Y es aquí donde aún queda mucho trabajo por hacer.

Un reportaje de EL PERIÓDICO

Textos:
Carlota Camps
Infografías:
Institut Català de les Dones
Ilustraciones:
Andrea Hermida-Carro
Coordinación:
Rafa Julve