Radiografía del PP catalán
Las familias del partido en el pulso interno: ¿qué está pasando y quién va con quién?

El último libro del presidente del PPC, Alejandro Fernández, ha vuelto a avivar el enfrentamiento con la dirección nacional, a la que acusa de haber desmantelado el partido en Catalunya. Pero, más allá de su ya conocida disputa con Alberto Núñez Feijóo, pone sobre la mesa las múltiples sensibilidades y tensiones internas que atraviesan la formación.
En las filas del PP catalán conviven varias familias políticas que, aunque no todas compiten abiertamente, influyen en las decisiones clave de la dirección y en la elección de los cargos que ocupan espacios de poder. Serán estos sectores los que pugnen para decidir quién será el nuevo líder del PP catalán en un congreso -todavía sin fecha- que lleva pendiente desde otoño de 2022.
La celebración del próximo cónclave nacional del PP, anunciado esta semana por Alberto Núñez Feijóo, no implicará cambios inmediatos en Catalunya, pero sí podría actuar como catalizador. Se espera que Feijóo incluya a algún dirigente catalán en su nuevo equipo, consciente de la importancia de ampliar la base electoral en la autonomía de cara a unas elecciones generales. Y eso, coinciden en el PPC, tendrá una lectura en la futura pelea por el mando catalán.
Cuando se convoque el congreso en Catalunya, Feijóo deberá buscar una alternativa al actual presidente, Alejandro Fernández, cada vez más incómodo para Génova. Designado en 2018 por Pablo Casado, Fernández ha mantenido la distancia con la dirección estatal y se ha consolidado como un verso libre. Pero, ¿quién manda, quién influye y quién ha quedado al margen de las decisiones clave?
EVOLUCIÓN DE LOS RESULTADOS DEL PP EN CATALUNYA
En número de escaños en el Parlament
Las cuatro grandes familias
Para entender la estructura de poder del PPC, hay que mirar más allá del organigrama oficial y adentrarse en el juego de afinidades, lealtades y recelos que determina desde la confección de las listas electorales hasta la elección del liderazgo interno.
Cuatro familias marcan el pulso del partido: los herederos de la vieja guardia de Jorge y Alberto Fernández Díaz, los afines a Dolors Montserrat, el entorno de la dirección nacional de Alberto Núñez Feijóo, y el núcleo de Alejandro Fernández, actual presidente del PPC.
Los herederos de la vieja guardia
Jorge Fernández Díaz, exministro del Interior con Mariano Rajoy, y su hermano Alberto Fernández Díaz, histórico dirigente municipal en Barcelona, fueron durante más de tres décadas los grandes referentes del PP catalán. Concentraron poder orgánico y político, tejieron una red de fidelidades e influyeron decisivamente en los nombramientos y en la estrategia territorial del partido, a menudo por encima de los presidentes del PPC.



Durante décadas, los hermanos Fernández Díaz fueron el auténtico centro de gravedad del partido. Su influencia comenzó a decaer con la llegada de Casado a la dirección nacional, pero lo que terminó de consumar la ruptura con la cúpula fue la implicación de Jorge en la trama Kitchen. Aun así, su legado no ha desaparecido del todo: todavía hay dirigentes y cuadros intermedios que se formaron bajo su órbita y que hoy siguen ocupando espacios de poder, aunque ya sin la capacidad de maniobra de otros tiempos.
Ya no mandan como antes, pero su sombra todavía se proyecta sobre algunas estructuras del PPC. Àngels Esteller es la figura de más confianza de Alberto, con quien mantuvo una estrecha alianza desde su etapa en el Ayuntamiento de Barcelona, donde también es edil. A Manu Reyes se le conoce por ser hombre de los Díaz, aunque varios miembros del PPC coinciden en apuntar que la influencia sobre él se ha ido diluyendo en los últimos años. Es uno de los nombres que suenan como posible relevo de Fernández al frente del partido.
Internamente, se da por hecho que Xavier García Albiol ha consolidado su propio núcleo de poder desde que dejó la presidencia del PPC para centrarse en Badalona. Aunque durante su mandato mantuvo buena sintonía con los Díaz, ha ganado autonomía y cuenta con peso propio en las decisiones estratégicas del partido. Juan Fernández, quien fue su mano derecha en el ayuntamiento, es ahora portavoz del PP en el Parlament, y Cristina Agüera, otra persona de su confianza, fue su apuesta para el Congreso.
Los afines a Dolors Montserrat
Montserrat es hija de Dolors Montserrat Culleré, histórica diputada del PPC que supo tejer equilibrios con los hermanos Fernández Díaz durante los años 90. La eurodiputada se formó en ese entorno, pero con los años fue imprimiendo un sello propio, más duro, y acabó construyendo su propia familia interna. Cuando los Díaz perdieron peso, ella fue quien recogió el vínculo directo con la dirección nacional.




Montserrat es, sin duda, la figura con mayor capacidad de influencia en el PP catalán. Mantiene una comunicación directa con Génova, que le dio carta blanca para confeccionar las listas de las catalanas, pese a que la intención de Feijóo era que ella fuera la candidata y así evitar la postulación de Alejandro Fernández. Montserrat declinó el ofrecimiento para seguir en Europa, donde ha sido recientemente designada vicepresidenta del PP Europeo. Desde Bruselas, donde reside, está al tanto de todo lo que se mueve en el partido y actúa con plena libertad y con la confianza total de Feijóo. Su enfrentamiento con el actual presidente del PPC es conocido, aunque ambos evitan evidenciarlo públicamente.
Montserrat pilotó la estrategia de las elecciones catalanas como jefa de campaña. Su apuesta más clara fue Hugo Manchón, que era su asesor durante la anterior legislatura en el Parlamento Europeo, y cobró especial relevancia en la elaboración de sus discursos contra la amnistía. Otros nombres que también incorporó en las listas de las elecciones fueron Eva García, histórica diputada del PP con buena relación con su madre, y Cristian Escribano, de su confianza.
La influencia de la madre de Montserrat continúa expandiéndose dentro del partido. Alberto Villagrassa -exdiputado con Alícia Sánchez-Camacho al mando, exconcejal en Barcelona durante la etapa de Alberto Fernández Díaz y exasesor de Albiol en Badalona- es una de las figuras cercanas a ella que su hija recupera en esta nueva etapa. Al igual que Miriam Casanovas y Belén Pajares, también provenientes del consistorio barcelonés en la época de Díaz.
El fichaje de Pere Lluis Huguet -exdiputado en el Congreso- como cabeza de lista por Tarragona en las elecciones catalanas fue una maniobra de Montserrat para evitar que Lorena Roldán, afín a Fernández, ocupara este puesto. Ella acabó concurriendo como número dos y ambos lograron escaño en el Parlament.
El entorno cercano a la dirección nacional
La dirección nacional del PP tiene un evidente peso en el partido en Catalunya, aunque los populares catalanes reivindican su autonomía y minimizan la influencia de Madrid.




La buena sintonía con Montserrat da cierta tranquilidad a Feijóo, pero la continuidad de Alejandro Fernández al frente del PPC sigue siendo un foco de conflicto para Génova. Feijóo no ha impuesto figuras por la vía de la afinidad personal o de la tradición, como en los casos anteriores, pero ha hecho movimientos estratégicos para contrarrestar el peso de Fernández. Su apuesta ha sido más estructural: equilibrar internamente al partido catalán con perfiles que respondan a la línea de Génova, aunque no lleven su firma directa.
Hombre de partido, de perfil discreto y plenamente alineado con las directrices de Feijóo: Santi Rodríguez actúa como contrapeso de Fernández desde su posición de número dos en el PP catalán. Su papel como enlace con Génova quedó reforzado cuando Feijóo optó por mantenerlo en el Congreso, junto a Nacho Martín Blanco, exdirigente de Ciutadans, a pesar de haber sido elegido diputado en el Parlament, con el objetivo de preservar el vínculo con Catalunya.
Aunque con menor visibilidad pública, otras figuras del engranaje del PP catalán cuentan con el respaldo de la dirección nacional, pese a no ser interlocutores directos de Feijóo. Agustín Parra y Josep Tutusaus, miembros de la ejecutiva catalana, son dirigentes en la sombra, fundamentales para el día a día del partido. Pau Ferran, que entró al Parlament tras la renuncia al escaño de Rodríguez, es visto por muchos como la joven promesa del PPC.
Dani Sirera, hombre de confianza de Feijóo y apuesta personal suya como candidato a las elecciones municipales de Barcelona, ha agitado las aguas internas del PP catalán. Su perfil autónomo, centrado en hacer oposición a Collboni, genera suspicacias: algunos lo acusan de alejarse del partido, evitar las siglas y tomar decisiones al margen de la dirección provincial. Otros, en cambio, interpretan las críticas como una maniobra para frenar su proyección como posible candidato de Feijóo a la presidencia del PPC, cargo que ya ostentó entre 2007 y 2008.
El núcleo duro de Alejandro Fernández
Alejandro Fernández empezó su carrera en el Ayuntamiento de Tarragona y, tras más de una década, dio el salto al Congreso (2011-2015), donde estrechó lazos con Pablo Casado. Lo apoyó frente a Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal en 2018, y Casado, ya como líder del PP, lo propuso para dirigir el partido en Catalunya. Fernández fue escogido en unas primarias con el 97% de los votos.





Condenado a ser apartado desde que Feijóo tomó las riendas del partido, Fernández sigue, como él mismo describe en su libro, "bailando breakdance en el alambre" al frente del PPC. Es plenamente consciente de que Génova lo quiere fuera, pero también sabe que, de momento, no hay nadie que le dispute el liderazgo con garantías de ganar. No ha dudado en desmarcarse públicamente de la dirección nacional y su actitud se ha mantenido firme: no tiene padrinos, interviene lo justo ante el foco mediático y no necesita rodearse de grandes estructuras de poder interno.
Fernández solo luchó por un nombre en las listas electorales: Lorena Roldán. De hecho, la exlíder de Ciutadans fue propuesta como senadora autonómica a cambio de dejar su escaño en el Parlament y de dar paso a la tercera de la lista, Isabel Salas, cercana a la madre de Montserrat. Su resistencia a dejar el hemiciclo catalán generó tensiones dentro del partido, como explicó EL PERIÓDICO.
El líder del PPC se apoya firmemente en sus dos escuderos: Eduardo Bolaños y Dani Serrano, presentes en todos sus movimientos. En su libro, Fernández acusa a Génova de intentar “eliminar política y civilmente” a Serrano a través de una “falsa denuncia de violación”, una causa que finalmente fue archivada por falta de pruebas.
Pero Fernández también cuenta con dos aliadas en el Congreso. Una de ellas es María de los Llanos de Luna, diputada y actual coordinadora de acción política en Catalunya. Fue, de hecho, una de las pocas figuras del partido que no le dio la espalda en la presentación de su libro en Madrid. La otra es Cayetana Álvarez de Toledo, autora del prólogo de esa misma obra y firme defensora de la línea dura que él representa.
Como muestra del poder que todavía mantiene en Tarragona, su presidente provincial, Mario García, es uno de sus valedores. Él fue uno de los primeros en mostrar su apoyo público a la candidatura de Fernández para las catalanas, antes de que Génova lo confirmara. Y Juan Milián, histórico alto cargo del PP catalán y hombre de confianza de Sánchez-Camacho, también mantiene buena relación con Fernández. Ahora forma parte del grupo municipal del PP en Barcelona con Sirera.
Los versos libres
Algunos cargos actúan con mayor independencia. Es el caso de la familia Veray, con más de cuarenta años de poder en Girona, territorio tradicionalmente hostil para el PPC. Jaume Veray, hijo del fundador de Alianza Popular Jaume Veray Batlle, recuperó hace un año el escaño en el Parlament tras siete años sin representación en la provincia gerundense. Históricamente, mantuvieron buena sintonía con los Fernández Díaz.
Xavi Palau, que preside el PP en Lleida, es cercano a Alejandro Fernández, pero destaca por su perfil independiente. Tampoco Irene Pardo, presidenta de Nuevas Generaciones en Catalunya desde 2018, se decanta por ninguna de las anteriores familias.
¿Quién será el futuro presidente del PPC?
Una de estas caras presidirá el partido en Catalunya cuando se celebre el congreso. Fuentes del PP catalán sospechan que Fernández alcanzó un acuerdo con la cúpula nacional para presentarse como candidato a las elecciones catalanas a cambio de renunciar a aspirar a la presidencia en el futuro cónclave autonómico. Sin embargo, los buenos resultados obtenidos en las pasadas elecciones -con un salto de tres a 15 diputados- han reforzado su posición como líder, lo que podría retrasar su salida o fortalecer sus opciones para ser reelegido. En su libro lo deja claro: Fernández no tiene intención de "renunciar" a Catalunya.
Un reportaje de EL PERIÓDICO
Textos:
Gisela Boada
Diseño e infografías:
Ricard Gràcia y Francisco José Moya
Coordinación:
Rafa Julve