Elecciones catalanas
Puigdemont pide a Sánchez salir "llorado de casa" y no "españolizar" la campaña del 12M
¿Qué pasa si Pedro Sánchez dimite como presidente del Gobierno?
Encuesta elecciones Catalunya: El PSC se afianza en cabeza y Junts toma la delantera en su pulso con ERC
Carlota Camps
Carlota CampsRedactora especializada en Parlament y política catalana
Graduada en Periodismo y con un máster en Análisis Político, sigue la actualidad política del Parlament y el día a día de varios partidos catalanes, especialmente de Junts per Catalunya.
Junts quería empezar la campaña para las elecciones catalanas del 12 de mayo apelando a la emocionalidad del votante independentista, jugando la carta del regreso del expresident Carles Puigdemont, y vendiéndose como el único partido que puede "plantar cara" al Gobierno. Un mensaje que el partido ya ha tratado de ir afianzando durante todo el mes de abril y que hoy tenía que llegar a su cúspide en su primer mitin en Argelers. Sin embargo, el movimiento de Pedro Sánchez de cancelar su agenda hasta el lunes para meditar si dimite tras la denuncia contra su mujer, ha impactado de lleno en este pistoletazo de salida a la carrera hacia el 12 de mayo.
A la espera de saber cuál será el próximo paso del presidente del Gobierno, el candidato de Junts ha pedido que no se "españolice" la campaña catalana y ha reprochado al jefe del Ejecutivo que se sorprenda de los métodos que asegura que usa la justicia española y la "policía patriótica". "Conocemos mejor que nadie cómo va", ha aseverado, espetándole que ellos salen "llorados de casa". El miércoles, unas horas después de conocerse la decisión de Sánchez, Puigdemont ya advirtió de que se podía tratar de un movimiento "táctico" y le emplazó a presentarse a una moción de "confianza" en el Congreso de los Diputados.
Pero, además, no ha desaprovechado la oportunidad para recordar el pacto entre socialistas y populares en el Ayuntamiento de Barcelona para dar la alcaldía a Jaume Collboni en detrimento de Xavier Trias, que había ganado las elecciones municipales. "No necesitaron ningún día de reflexión. Si necesitan los votos del PP los cogerán encantados", ha afirmado, dando por hecha una réplica de ese acuerdo en el Parlament si los resultados de las urnas se lo permiten.
Pero Puigdemont también ha querido reivindicar su labor negociadora con el Gobierno y ha ambicionado que si es elegido de nuevo president su capacidad de incidencia sea aún mayor. "Con aquellos siete diputados que nos disteis hemos arrancado muchas cosas a las que iban diciendo que no. ¡Imaginaros que podríamos hacer si volvemos a liderar este país otra vez!", ha aseverado, interpelando directamente al público y poniendo como principal ejemplo de ello la ley de amnistía.
Un logro que Puigdemont se ha apuntado como una victoria propia y no de ERC, porque ha asegurado que solo ha sido posible cuando sus siete escaños han entrado en el terreno de juego. Una crítica un tanto velada de Puigdemont contra sus exsocios republicanos, a quién también ha acusado de no querer gestionar competencias incómodas como las de inmigración, un posible traspaso que Junts está negociando ya con el Gobierno. Sin embargo, el candidato no ha querido ser especialmente beligerante contra los republicanos por una doble estrategia: presentar los comicios como un duelo entre él y los socialistas y no restar credibilidad a las constantes apelaciones a la unidad independentista que hace desde su espacio político.
Junts espera que estas elecciones rompan el empate técnico con ERC de las dos últimas elecciones y que haya una distancia suficiente entre ambos partidos que les permita liderar con claridad. Sin embargo, que ERC se hundiera tampoco les beneficiaría porque no habría posibilidad de articular una mayoría independentista.
Todo ello en un acto en el que también han intervenido la presidenta del partido, Laura Borràs, y el secretario general, Jordi Turull, que ha servido para que se estrenara la número dos de la candidatura, la empresaria Anna Navarro; el tres, Josep Rull, y la número seis, Ennatu Domingo.
También ha servido para que se presentara el anuncio de campaña, un vídeo en el que aparece el expresident mirando a los Pirineos y mostrando una faceta suya más humana en la que reconoce que no lo ha hecho "todo bien". Sin embargo, también asegura que estas elecciones no van de él, sino de lo que "necesita Catalunya", momento en el que empiezan a aparecer ciudadanos explicando sus principales prioridades. Un claro intento de cortocircuitar las acusaciones de personalismo por parte de los otros partidos y especialmente de ERC. El anuncio que se emitirá a partir de este jueves en las televisiones termina con una imagen del expresident subiendo en un coche, una clara apelación a su regreso tras el 12M.
Campaña 'sin pantallas'
Puigdemont plantea estas elecciones como la posibilidad de subsanar la supresión de la autonomía con la aplicación del artículo 155 de la Constitución y que el Parlament le restituya al frente de la Generalitat. Si no es así, ya ha avisado de que dará un paso al lado y asumirá que su rol es el de expresident. Una especie de todo o nada con el que el partido pretende movilizar al votante independentista y que irá acompañado de toda la épica posible, con una movilización diaria de autobuses cruzando la frontera para participar en los mítines de Puigdemont en Argelers, el centro neurálgico de la campaña del expresident.
A diferencia de otras campañas en las que el candidato se desplaza a distintos municipios y zonas de Catalunya para pedir el voto, en esta ocasión la propuesta de Junts es que sean los militantes y simpatizantes los que se desplacen hasta el sur de Francia para asistir a sus mítines. Para hacerlo posible, fletarán cinco autocares diarios vinilados con la imagen de Puigdemont y los distintos lemas de campaña, que viajarán cada día a la localidad francesa, con un total de más de 10.000 inscritos.
Junts plantea estos actos como una especie de "experiencia" y así lo han podido comprobar los asistentes en la apertura de la campaña de este jueves, mucho de ellos militantes de la JNC que hoy celebran 44 años de existencia, que nada más llegar se han encontrado con 'foodtracks', mesas de camping y futbolines a los alrededores del pabellón Jean Carrère Space. Todo ello busca avivar el 'efecto Puigdemont', pero también diferenciar estas elecciones de las dos anteriores en las que Puigdemont también se presentó como candidato, pero que nunca llegó a ser investido. Con una campaña presencial -sin pantallas- a escasos kilómetros de Catalunya y con la ley de amnistía a punto de salir en el BOE, Junts intentará demostrar que esta vez es diferente.
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