Las 14 estaciones del ‘viacrucis’ de Mazón
El jefe del Consell lleva sorteando fechas límite desde el 29-O. El primer aniversario de la dana coincide con su mayor fragilidad: mermado de apoyos políticos y mediáticos, con una rotunda contestación social y el reproche de las víctimas ante Feijóo y toda España

Mazón, durante el funeral de estado. / Germán Caballero
La mañana del 29 de octubre de 2024, Carlos Mazón es un hombre pletórico de confianza. Ha salido ileso de la ruptura con Vox del verano anterior, pero su socio no se ha convertido en un elemento hostil. Al contrario. Las encuestas del reciente Nou d’Octubre apuntan a una mayoría absoluta. Mientras, la izquierda se mueve entre el ‘shock’ y la melancolía por el caso Ábalos y el escándalo sexual de Íñigo Errejón, que acaba de estallar. Esa mañana, Mazón tiene su agenda llena de actos, recoge un premio turístico como si fuera Rafa Nadal (bocado al trofeo incluido) y, aunque diluvia en la Ribera y el interior, no hay nubarrones en su horizonte. Cerca de las 15 horas se marcha a una comida y nada volverá a ser igual.

Mazón, en un acto la mañana de la dana. / Rober Solsona/EP
3 de noviembre de 2024. LA IRA. Tras el ‘shock’ de muerte y destrucción, Paiporta se convierte en Fuenteovejuna. Lluvia de barro, violencia ambiental, un escolta de la Casa Real con una brecha en la frente y la foto más nítida del pueblo contra las instituciones desde el 15M. Mazón, pegado a Felipe VI, recibe la ira popular. Tiene una respuesta gallarda: “Entiendo la indignación social y por supuesto me quedo a recibirla”. Por suerte para el ‘president’, queda eclipsado por el liderazgo del rey y la marcha precipitada de Sánchez, caricaturizado por la extrema derecha mediática y política como “el galgo de Paiporta”. Aún no se sabía nada de su agenda del 29-O.

Mazón, en los disturbios de Paiporta. / Carlos Luján/EP
8 de noviembre. LA COMIDA. Desde el martes anterior ya se sabe que Mazón no estuvo en el Cecopi desde primera hora. Presidencia de la Generalitat, en una filtración controlada tras días de rumores y presión mediática, revela que la “comida privada” en la que Mazón se encontraba fue en realidad un encuentro “de trabajo” con la periodista Maribel Vilaplana, a la que se ofreció la dirección general de À Punt. La noticia causa estupor en el PP. Pero la información aún es muy limitada. Cierre de filas y guerra de relatos. El president habría llegado al Palau a las 18 horas, desde donde habría estado trabajando, según el argumentario oficial.

Mazón y Vilaplana, en un acto. / Levante-EMV
9 de noviembre. LA INDIGNACIÓN. Valencia es un clamor. Sin metro ni cercanías, 130.000 personas piden la dimisión de Mazón en una manifestación transversal. La protesta dará paso a la vandalización del Palau de la Generalitat, que acaba cubierto de barro, pintadas y restos de botas y materiales de los voluntarios. Una imagen para la historia. Desde el “No a la guerra”, dos décadas atrás, no se veía tal multitud en València.

Destrozos en la fachada del Palau, tras la manifestación del 9 de noviembre. / J.M. López
15 de noviembre. LAS EXPLICACIONES. Mazón comparece en las Corts y trata de fijar su relato: fallaron las agencias estatales Aemet y CHJ. A esas alturas, tiene el respaldo del PP, que trata de desgastar al Gobierno por todos los flancos. Incluso amenaza con bloquear el nombramiento de Teresa Ribera en la Comisión Europea. No hay petición de perdón, sí de disculpas. Mazón, de hecho, se reafirma en que actuó correctamente. “Mantuve mi agenda plenamente consciente de cómo estaba la situación”.

Salomé Pradas, Susana Camarero y Ruth Merino, con Mazón en las Corts, el 15 de noviembre. / Rober Solsona/EP
13 de enero de 2025. “NOQUEADO”. Han pasado semanas complicadas pero Mazón coge aire. Feijóo alterna el respaldo con auténticos varapalos en público. “Ya no caben más equivocaciones”. “La confianza, cuando se ha resentido, hay que volver a ganarla”. Son mensajes que va dejando el líder del PP sobre Mazón, una piedra en el zapato. De hecho, Feijóo visita la zona cero sin la compañía del president. Lo ha dejado en una especie de limbo: su futuro queda ligado a la reconstrucción, que es tanto como decir que será candidato en 2027 si conviene. En Valencia, una vez sacrificada Salomé Pradas como consellera, el ‘president’ trata de reconducir el relato política hacia la reconstrucción, tras el fichaje de un militar retirado de gran prestigio, Francisco José Gan Pampols.

Gan Pampols, en las Corts. / Francisco Calabuig
12 de febrero. LA FILTRACIÓN. Como en todas las guerras, la primera víctima de una guerra de relatos es la verdad. Desde alguna institución se filtra una llamada del 29-O, recortada, entre Aemet y el 112, donde aparentemente la agencia estatal se despreocupa de la dana. Mazón tarda escasos minutos en compartir la noticia en sus redes. La llamada íntegra, conocida horas después, transmitía lo contrario. La justicia está investigando esa filtración.
24 de febrero. MADRID. El 'president' busca elevar su causa a nacional. Da en Madrid una conferencia donde se ofrece como munición en la cruzada madrileña contra Pedro Sánchez. “No soy una víctima sino un daño colateral del Gobierno”, asegura. No convence. Unos días antes, la jueza de Catarroja ha emitido un auto demoledor: los daños de la dana "no se podían evitar", pero "las muertes sí". Ruiz Tobarra ya señala claramente a la Generalitat como administración competente, y pregunta qué autoridades estaban en el Cecopi cuando se envió la alerta, aunque no formaran parte del órgano. Es decir, pregunta indirectamente por Mazón.
26 de febrero. LA FOTO. Tras meses alimentando la idea de que había estado trabajando en su despacho, trasladándose al Cecopi “pasadas las siete”, la presión de la jueza obliga a Mazón a reconocer la verdad: que llegó tras el Es Alert. Un mazazo político, pero un respiro judicial, porque le aleja de la responsabilidad penal. “Llegué a las 20 y 28”. “No entiendo lo del cambio de versión cuando, evidentemente, las 20:28 es después de las 19:30, es un hecho fáctico. ¿Cuándo he mentido?”. El Palau muestra una imagen de la despreocupada llegada al Cecopi. Los grandes apoyos mediáticos del PP en Madrid lo dejan caer, sobre todo los más cercanos al presidente Núñez Feijóo. Especialmente duros son periodistas influyentes como Vicente Vallés. Un reportero de Ana Rosa Quintana se desplaza a Valencia y lanza la pregunta: “¿Piensa dimitir?”.

Llegada de Mazón al Cecopi tomada por las cámaras, a las 20.28 horas. / Levante-EMV
12 de marzo. EL EDITORIAL. La anomalía institucional ya es un hecho normalizado. Mazón no ha visitado las calles de los pueblos de l’Horta Sud, recibe reproches en público y no puede participar en las Fallas (de la Magdalena de Castelló tendrá que marcharse por seguridad). El 10 de marzo llega un varapalo judicial: la imputación de la exconsellera Pradas y su número dos, Emilio Argüeso. ABC responde con un editorial de no retorno: “Mazón debe irse ya”. Su continuidad, dice el rotativo conservador próximo a Feijóo, es “inviable políticamente”. Pero Mazón resiste: antes de que acaben las Fallas, se entrega al ideario de Vox para aprobar los presupuestos. Abascal lo sostiene mientras ve como la fuga de votos del PP engorda sus expectativas.

Feijóo y Mazón, con Catalá, en un acto en València. / Ana Escobar/Efe
28 de mayo. EL SONDEO. En el ecuador de la legislatura, un sondeo publicado por los diarios de Prensa ibérica en la Comunitat Valenciana pone cifras al malestar. El 81,2 % de los valencianos le pide que se vaya. Por aquellos días, el PP nacional está maniobrando para que el congreso europeo que se celebra en València en julio se vaya finalmente a Madrid. Como en el ocaso de Camps, Valencia es territorio radioactivo. Ese congreso parece otro rubicón, un paso decisivo de esos a los que Mazón supuestamente no puede llegar en el Palau. Pero el president también lo superará, mientras se esfuerza en acercarse a las víctimas y llegar al verano centrado en la reconstrucción.

Mazón, con un grupo de familiares de víctimas. / Germán Caballero
5 de septiembre. LA CARTA. Presionada por la redes, Maribel Vilaplana rompe su silencio con una carta en que revela que la comida terminó "entre las 18.30 y las 18.45 horas". Es una hora más de lo que se había mantenido: un nuevo cambio de versión de Mazón. La carta tendrá consecuencias judiciales, estrechando el cerco judicial sobre un president al que la jueza le ha pedido dos veces que vaya a declarar. La Audiencia de Valencia entiende que el testimonio de Vilaplana puede ayudar a entender el proceso de toma de decisiones aquella tarde.

Entrada del parking Glorieta-Paz más cercana al Ventorro. / Germán Caballero / LEV
26 de octubre. EL PÁRKING. En vísperas del primer aniversario de la dana, Levante-EMV revela que la sobremesa no terminó en la puerta del Ventorro. El president la acompañó hasta el aparcamiento, lo que eleva a ocho las versiones. No es un hecho anecdótico. A esas horas se está desbordando el barranco del Poyo en Paiporta; se teme una pantanada en la Ribera y el Cecopi prepara un Es Alert. La proximidad del aniversario tras la dana reactiva la contestación social: más de 50.000 personas vuelven a las calles. Una encuesta de ABC y Las Provincias señala que el 61 % de votantes del PP pide su dimisión, y vaticina una sangría de siete escaños en dirección a Vox.

Protestas de algunos familiares contra Mazón, en el funeral de estado del miércoles. / Rober Solsona/EP
29 octubre. EL FUNERAL. Mazón vive un trance durísimo en presencia de todo el Estado y en directo ante todo el país. Recibe el reproche y el insulto de las víctimas, que no querían que fuera al funeral. Su situación es tan anómala que fue apartado del saludo privado de los Reyes a las víctimas. Feijóo, filas atrás de Mazón, ve naufragar la estrategia para centrar toda la presión en el Gobierno en una semana en que pierde la mayoría parlamentaria y Sánchez declara en una comisión en el Senado por el caso Koldo. Al día siguiente, la voz que más nítidamente le defiende es la de Santiago Abascal.
Mazón sale del primer aniversario en su momento de mayor fragilidad. Promete una “reflexión”, pero descarta dimitir. Prepara cambios en el Consell en busca de recuperar iniciativa. Pero su viacrucis puede continuar. Este lunes declara ante la jueza Maribel Vilaplana.
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