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“La hora del cambio”

Sánchez responde al aviso de Junts que una ruptura abriría la puerta “a la involución de PP y Vox”

El jefe del Ejecutivo pide tiempo a los de Puigdemont para avanzar en acuerdos y reconoce que no todos “dependen exclusivamente” del Gobierno

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene durante una sesión de control al Gobierno en el Congreso.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene durante una sesión de control al Gobierno en el Congreso. / Marta Fernández / Europa Press

Iván Gil

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Madrid
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El ultimátum de Junts al Gobierno amenazando con retirarle su apoyo si no se desbloquean acuerdos pendientes ha sido respondido por Pedro Sánchez con otra advertencia velada. La de que una ruptura convertiría a la formación de Carles Puigdemont en la responsable de darles las llaves de Moncloa a la derecha y la ultraderecha. Parafraseando el aviso de su portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras, de que habría llegado “la hora del cambio”, el jefe del Ejecutivo ha replicado que “cuando hablamos de cambios, puede haberlos para avanzar o para involucionar, para regresar no una hora atrás, sino 50 años atrás”. En declaraciones a los medios antes de participar en Bruselas en la reunión del Consejo Europeo, Sánchez ha asociado el Gobierno de coalición con el “cambio para avanzar”, situando a Junts en la disyuntiva de apoyarlo o favorecer una “involución como plantean PP y Vox”.

Con una de cal y una de arena, Sánchez también se ha mostrado dispuesto a “cumplir”, aun reconociendo que algunos de los acuerdos “no dependen exclusivamente del Gobierno”. Concretamente, según enumeró, en lo referente a la oficialidad del catalán en la UE, por la falta de consenso entre los Veintisiete, o la delegación de competencias en inmigración, por la falta de mayorías en el Congreso. Con todo, aseguró que “estamos haciendo ese trabajo” y pidió paciencia frente a los ultimátum porque “exige tiempo, dedicación y esfuerzo”.

Todo ello cuando Puigdemont ha convocado a la cúpula del partido en Perpinyà para decidir si retira su apoyo a Sánchez. La relación entre el Gobierno y Junts vuelve así a una fase crítica por la falta de avances en su agenda tras más de dos años de legislatura.

Tanto en compromisos pendientes de materializar como en proposiciones de Junts con las que pretenden hacer bandera y que están bloqueadas. Entre los primeros destacan la oficialidad del catalán en la UE o la delegación de competencias en inmigración a Catalunya. En el segundo paquete, sus proposiciones de ley “para hacer frente a la ocupación ilegal de inmuebles” o en materia de multirreincidencia. Ambas varadas en la comisión de Justicia desde el pasado año.

En el ministerio que dirige Félix Bolaños no cierran la puerta a sentarse a negociar sobre esta última medida, aunque lo despachan con un parco “ya varemos”. El Gobierno ya aprobó un plan de choque contra la multirreincidencia con la Generalitat y los socialistas que “está funcionando bien”. Entre sus medidas se incluyeron más juzgados de refuerzo y una mejora de la aplicación práctica del Código Penal. Fuentes parlamentarias del PSOE sí admiten que este asunto “es clave” para reconducir la relación y uno de los colaboradores del presidente del Gobierno explica sobre esta iniciativa que “siempre hay opciones de acordar, pero otra cosa es que pongan el listón muy alto”.

Respecto a la delegación de competencias en inmigración, que no salió adelante tras unir Podemos sus votos a PP y Vox, en el Ejecutivo alegan que no pueden votar por sus socios. Con todo, dicen no renunciar a seguir intentándolo o buscar fórmulas alternativas a la proposición que tumbó el Congreso para avanzar en este asunto. Con Aliança Catalana amenazando su posición electoral en Catalunya, para Junts se hace urgente capitalizar algunas de estas medidas.

"Tono habitual"

El Ejecutivo intentó minimizar el aviso que lanzó la representante de la formación de Carles Puigdemont este miércoles en el Congreso. "Una frase redonda para salir en el informativo", resumió un miembro del Ejecutivo cuando se le preguntó por la "hora del cambio" avanzada por Nogueras. Y reconoció que Junts había conseguido su objetivo porque "estamos hablando" de ello.

Y así ha sido. En los pasillos del Congreso se hablaba de este asunto y de si suponía una nueva estrategia en la relación de Junts con el Ejecutivo. Pero en La Moncloa se aferraban a enmarcarlo en una elevación del "tono habitual" cuando se quiere "apretar" en la negociación.

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