Extrema derecha
Aliança Catalana prioriza la islamofobia a la independencia en su primer año en el Parlament
Orriols mantiene desde el primer día sus ataques contra los partidos independentistas tradicionales pero monopoliza su actividad parlamentaria con propuestas contra el islam
MULTIMEDIA | ¿Las preocupaciones de los catalanes coinciden con las de la oposición al Govern de llla?
El Parlament tumba todas las propuestas de PP, Vox y Aliança Catalana para "deportar inmigrantes irregulares"

La presidenta de Aliança Catalana, Sílvia Orriols. / Ferran Nadeu / EPC

Aliança Catalana irrumpió en el Parlament en 2024 con un proyecto construido sobre dos pilares: un discurso abiertamente de rechazo hacia la población musulmana y la promesa de reactivar la Declaración Unilateral de Independencia (DUI). Con ese mensaje, su líder y alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, logró dos escaños y estrenó la presencia de la formación en la Cámara. Un año después, las encuestas la sitúan ya como posible cuarta fuerza del Parlament, por delante de PP y Vox, y con un trasvase notable de votantes procedentes de Junts, pero también de otras siglas. Su paso por el hemiciclo, 365 días después, evidencia también que la islamofobia ha desplazado a la causa independentista como eje central de su actividad política y de su discurso.
Un dato lo ilustra bien. En el debate de política general celebrado la semana pasada, la formación independentista ultra no presentó ninguna propuesta de resolución relacionada con el 'procés', el conflicto entre el Estado y Catalunya o el mandato del 1 de octubre. Sin embargo, fuentes de Aliança aseguraron a EL PERIÓDICO que estaba previsto llevar a votación la reactivación de la DUI. De hecho, una de las primeras controversias que protagonizó el partido en su debut en el debate de orientación política de 2024 fue precisamente la presentación de una propuesta de resolución para reactivar dicha declaración. La iniciativa fue rechazada por el cordón sanitario impuesto por PSC, Junts, ERC, Comuns y la CUP, aunque los posconvergentes se abstuvieron, lo que abrió una polémica sobre el uso de este veto que aún sigue sin resolverse.

Sílvia Orriols junto a su equipo de comunicación. / Ferran Nadeu / EPC
No solo eso. Pasado un año en el hemiciclo, Orriols solo ha llevado a votación dos mociones. Ambas en la línea del rechazo al islam: la petición del cierre de mezquitas, su promesa estrella como alcaldesa de Ripoll -que no ha podido llevar a cabo al no tener la mayoría absoluta en el ayuntamiento que requiere modificar las ordenanzas municipales-; y la prohibición del uso del velo en espacios públicos. Dos iniciativas que fueron tumbadas por el cordón sanitario que la mayoría de las formaciones imponen a la extrema derecha, pero que permitieron debatir, desde el atril, sobre ello y ganar exposición mediática.
Las preocupaciones de los catalanes
Este es el papel que trata de desarrollar Aliança en el Parlament y que, por el momento, le está dando como resultado un auge en los sondeos, a cuesta de robar votos a todas las siglas, desde la CUP hasta Vox. Considerada a sí misma como "islamófoba", Orriols ya hace tiempo que deja en segundo plan el tema de la independencia y afina su rechazo sistemático al islam. En un contexto en el que, según el último barómetro del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO), la vivienda es la principal preocupación de los catalanes, seguida de la insatisfacción política, la inmigración y la inseguridad, Orriols ha hecho de los dos últimos temas su bandera. Su estrategia pasa por capitalizar el malestar social vinculado a la inmigración, a la que asocia de forma constante con la inseguridad ciudadana, y por reforzar un discurso que señala al islam como “amenaza” para la convivencia.
Consicente de que su éxito en las urnas también responde a su voluntad de lograr la independencia de Catalunya -que siguen apoyando un 40% de los catalanes-, Orriols no renuncia a mencionar este asunto en el atril e incluso ha pedido en más de una ocasión el regreso del president "legítimo" Carles Puigdemont, que sigue en Bélgica pendiente de que los tribunales decidan si le aplican la amnistía. Una medida que, por cierto, Aliança rechaza porque lo ve una forma más de "engaño" de los líderes del 'procés'. La líder dedicó unos minutos en su intervención en el debate de política general a justificar su 'no' a la mayoría de iniciativas que se votaron en pleno sobre la independencia. "Tumbaremos la propuesta de celebrar un nuevo referéndum porque los catalanes ya lo ganamos, lo que necesitamos es una mayoría independentista en el Parlament para poder aplicar el resultado", espetó Orriols.

Sílvia Orriols en el pleno del Parlament. / Ferran Nadeu / EPC
Un Parlament en minoría
Y ante esta falta de mayoría -"hoy el independentismo es minoritario, mucho", deslizó-, pidió continuar dotando al movimiento de "fuerza legal y democrática" para poder aplicar el mandato del 1-O y reactivar la DUI. Lo que Aliança trató de evitar, como ya han debatido también los partidos independentistas desde que no tienen mayoría en el Parlament, es la escenificación del rechazo por parte de la Cámara a la independencia. Ese es su argumento para no presentar propuestas de resolución en favor de ello.
Paralelamente, Orriols mantiene desde el primer día sus ataques contra los partidos independentistas tradicionales. "Quiero recordar a Junts y ERC que quien aplicó el 155 no fue el PSOE, sino ustedes. El Estado español se limitó a enviar un fax", lanzó desde la tribuna. En coherencia con esa línea, Aliança rechazó la mayoría de propuestas soberanistas de Junts y ERC -referéndum, amnistía y cualquier espacio de diálogo con el Ejecutivo-, aunque apoyó las de la CUP, con quien comparte la defensa de la vía unilateral y rupturista, y la negativa a negociar con el Gobierno central, pese a situarse ambas formaciones en las antípodas ideológicas.

Josep M. Jové Lladó, de ERC, se saluda con Antoni Castellà, de Junts, al inicio de la sesión de control en el Parlament de Catalunya. / Zowy Voeten / EPC
Anticapitalistas y Aliança también coincidieron en presentar dos iniciativas para rebajar el sueldo de los diputados, que fueron rechazadas por el pleno. Y es que otro de los frentes que gana peso en el discurso de Orriols, por encima de la independencia, es un discurso que fomenta la antipolítica. En los últimos meses ha acentuado su rechazo a todos los partidos, a los que tacha de "casta" que vive "de espaldas a los catalanes", consciente de que la insatisfacción política es hoy la segunda mayor preocupación ciudadana en Catalunya y, por tanto, un filón electoral que también busca capitalizar.
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