Salvador Illa anuncia que Catalunya gestionará 13.000 pisos y 300 solares de la Sareb

Segunda jornada del debate de política general y segundo anuncio en materia de vivienda. El president Salvador Illa quiere conectar con los catalanes y responder a su principal preocupación, el acceso a un hogar digno, por lo que ha redoblado su compromiso en atajar la crisis habitacional anunciando que Catalunya gestionará "todo el patrimonio" de la Entidad Pública Empresarial de Suelo (Sepes), la antigua Sareb.

Illa ha detallado que pactó el martes con el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana la cesión del usufructo 13.000 pisos y de 300 solares que pasarán a la reserva pública de Catalunya durante cuatro años prorrogables -en el caso de los solares la ley plantea hasta 75 años de cesión por la construcción-. La literalidad del acuerdo quedará formalizada en un protocolo que identificará y delimitará el perímetro de activos, con un inventario detallado de la ubicación y el estado de las viviendas y los suelos; y que se sancionará en las próximas semanas.

Esto permite a la Generalitat aumentar su parque público de vivienda y de una forma más ágil que solo a través de la construcción, que está a la espera de ver reducida la burocracia con una ley que está en trámite en el Parlament. Sin embargo, se trata de una cesión para la gestión, por lo que la titularidad seguirá siendo de la Entidad Pública Empresarial de Suelo y no de la Generalitat. Según el directorio de la Sareb, en la provincia de Barcelona cuenta con 7.990, en Tarragona con 2.090, en Girona con 1.992 y, en Lleida, con 1.013.

Fuentes del Govern han especificado que los 13.000 pisos eran de la Sareb, han pasado a manos de Sepes y ahora podrán ser gestionados por la Generalitat, pero antes deberán estudiar en qué situación está cada vivienda porque puede ser que algunas estén alquiladas u ocupadas, o requieran de alguna reforma para ser habitables. Es por esto que su gestión se realizará en distintas fases a lo largo del tiempo. Todos los inmuebles serán ofertados como viviendas de protección oficial permanente y se suman a la promesa del Govern de crear 214.000 pisos nuevos -entre un 40% y 50% de vivienda protegida-, junto con otros 50.000 pisos de alquiler social que ya puso en marcha hace un año.

La intervención del mercado

"No podemos dejar de hacer nada y tenemos que intervenir el mercado cuando no funciona. Y, en materia de vivienda, no funciona", ha defendido el president ante el hemiciclo. No ha pasado por alto que lo anunciado es una larga reivindicación de ERC, y ha ensalzado que es también su "mérito". El president ha alertado de que "la economía va bien y no se soluciona la vivienda", por lo que hay que tomar más decisiones: "Yo soy un defensor de la economía de mercado, pero de la economía de mercado regulada", ha añadido.

Todo ello después de que el líder de las filas republicanas en la Cámara catalana, Josep Maria Jové, lanzara un ultimátum al jefe del Govern por la nueva financiación singular para Catalunya y le advirtiera de que no puede contar con su apoyo para unos nuevos presupuestos en 2026 si no desencalla el pacto en Madrid.

El puzle de los presupuestos

Illa no se ha salido del guion: ha vuelto a insistir en que cumplirá los acuerdos y en que el Gobierno también está "comprometido" con un nuevo modelo de financiación, pero ha reclamado paciencia porque es un pacto "complejo". "Estamos trabajando para cumplir. Espero que todos estemos a la altura de las circunstancias para saber presentar esto como un éxito colectivo, no como una victoria contra nadie", ha dejado caer, no sin recordar que él, como jefe de filas del PSC en la oposición, apoyó las cuentas de Pere Aragonès "por el bien de Catalunya".

La relación con los Comuns no es hoy por hoy mucho más esperanzadora para el Govern. La líder en la Cámara catalana, Jéssica Albiach, ha criticado la receta de Illa en materia de vivienda porque, a su juicio, la crisis habitacional no se resuelve solo con más cemento. El partido sigue pendiente de que este mes se desencallen dos pactos que podrían propiciar el inicio de la negociación presupuestaria, el registro de grandes tenedores y la oficina antidesahucios, pero Illa no ha entrado en este asunto.

Trump y Pujol

Junts y ERC, ahora en la oposición y sin mayoría independentista, han atacado a Illa por el flanco nacional. Los posconvergentes le han acusado de "anestesiar", de poner a Catalunya "en la UCI" y de "cargarse la biblioteca" de tanto pasar página al 'procés'; mientras que los republicanos le han advertido de que está "en tiempo de descuento" y le han señalado por liderar un Govern "sin ambición nacional ni social" y por "vivir de rentas", alegando que su obra de gobierno se basa en la herencia del ejecutivo de Aragonès, que dejó proyectos en marcha que ahora se completan, y que negoció con los socialistas una nueva financiación para Catalunya y el traspaso de Rodalies.

El president ha puesto en valor el enfoque "reformista" de su gobierno y su "lealtad institucional", -"yo practico la serenidad", ha enfatizado-, y ha recordado a Junts que arrancó el debate de política general del martes reclamando la aplicación de la amnistía para los dirigentes del 1-O y, en especial, para Carles Puigdemont. "Ya sabemos quién está enredando con esta cuestión", ha deslizado, en una alusión velada a los jueces, y ha sugerido que, entre bambalinas, trabaja para que los políticos sean exonerados con celeridad. Desde la tribuna de invitados le escuchaban con atención el secretario general de este partido, Jordi Turull, y el presidente de ERC, Oriol Junqueras, pendientes precisamente de que finalice su inhabilitación para volver a ser cargos electos.

Sin tapujos, Illa ha alabado su "relación política y personal" con el presidente del Gobierno y ha alertado al hemiciclo de que las alternativas, léase un gobierno del PP con o sin Vox, "serían muy malas para Catalunya y para España", especialmente, ha dicho, en cuanto a las libertades individuales. Una defensa férrea del dirigente del PSOE que ha intensificado cuando el presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, le ha acusado de ejercer el papel del exsecretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, ahora en prisión, como "palanganero" de Sánchez y Puigdemont. Un dardo que Illa ha devuelto defendiendo que como mínimo los socialistas explican públicamente sus reuniones, mientras que el PP "las esconde".

El jefe del Govern se ha mostrado especialmente "dolido" por el hecho de que Albert Batet (Junts) le haya comparado con Donald Trump. "No quiero tener nada que ver con él. Y creo que aquí nos podemos poner de acuerdo. Yo no he dudado de las credenciales profundamente democráticas de su formación. Con ciertas cosas, mejor que no juguemos", le ha replicado. Y ha elegido otro político con el que reflejarse, Jordi Pujol, de quien ha ensalzado su papel en las relaciones internacionales: "Pretendo llegar a lo que hizo él. Lo hizo muy bien", ha destacado, y ha recordado su reciente audiencia con el papa León XIV, lo que le convirtió en el primer dirigente español en ser recibido por el pontífice para rebatir las acusaciones de Junts de "provincialismo".

El duelo dialéctico con la CUP ha servido para que se emplacen a debatir con el fin de llegar a algún acuerdo, si bien a Illa le ha disgustado que el diputado Xavier Pellicer se preguntara por qué Palestina tiene derecho a la autodeterminación y Catalunya no. Con la extrema derecha, la confrontación ha alcanzado las mayores cuotas, pero el president ha avisado de que su proyecto "fracasará" porque así lo propiciará la Catalunya "diversa".

Ovación a la diputada de la CUP

En el arranque de la sesión de este miércoles, el pleno ha ovacionado a la diputada de la CUP, Pilar Castillejo, en su regreso tras haber sido detenida por Israel junto con el resto de activistas de la Global Sumud Flotilla. De camino a su escaño, la ha saludado el president Illa, al tiempo que el presidente del Parlament, Josep Rull, le ha dado la "bienvenida" en el inicio de la sesión.

La cupera ha llegado a la Cámara arropada por una quincena de cargos y excargos de su partido tras desplegar banderas independentistas y palestinas.

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