Nueva cúpula de Ferraz

El PSC se implica a fondo en el rescate de Sánchez ante la crisis por corrupción del PSOE

El PSOE busca una salida a la desesperada: guiños a los socios y crisis de Gobierno

Illa ejerce de escudero de Sánchez: "Lo está haciendo muy bien. Cuando lo atacan a él, atacan a todo el partido"

Sánchez refuerza los controles del PSOE para taponar el 'caso Cerdán' y asegura que la "responsabilidad" le impide dimitir

El president de la Generalitat y líder del PSC, Salvador Illa, este sábado a las puertas de Ferraz

El president de la Generalitat y líder del PSC, Salvador Illa, este sábado a las puertas de Ferraz / Borja Sánchez-Trillo / EFE

Sara González

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Barcelona
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En su intento de reflotar a un PSOE con el agua al cuello por presunta corrupción, Pedro Sánchez aseguró este sábado que "el capitán del barco no se desentiende cuando viene mala mar", sino que "se queda a capear el temporal, a salvar el rumbo y a ganar el puerto". Siguiendo el hilo de esta metáfora marinera, el PSC de Salvador Illa se entrega a ser su copiloto y estar a su lado para dar esa vuelta de timón en el partido que necesita para que su Gobierno continúe teniendo un horizonte de dos años más. El presidente intenta que la buena inercia de los socialistas catalanes sirva para remolcar a Ferraz y le ha otorgado más atribuciones en la cúpula; y el líder y president de la Generalitat no ha dudado en enrolar a su tripulación en ese cometido. Que la dirigente del PSC Montse Mínguez ejerza a partir de ahora de portavoz del PSOE es la prueba fehaciente de la fuerte alianza que hay entre Sánchez e Illa.

"Esto va a salir bien", insistían desde la cúpula de la calle Pallars el jueves. Lo decían ya antes del comité federal y lo mantienen ahora tras los cambios en la dirección y la batería de medidas anunciadas pese al nuevo sobresalto que se ha saldado con la salida de Francisco Salazar. "Estamos en fase de reinicio tras el batacazo. Tenemos asimilada la situación e interiorizada la respuesta política", asegura un dirigente del PSC. Es inédito que una socialista catalana sea, a partir de ahora, quien dé la cara por el PSOE tras la reunión de la ejecutiva. Que eso suceda en la mayor crisis que ha tenido que gestionar Sánchez y sin que se conozca aún si la onda expansiva del caso que ha llevado a Santos Cerdán a la cárcel puede ser aún más grande da cuenta de los riesgos que está dispuesto a asumir el PSC, que formalmente es un partido independiente, prestándole para la primera línea de fuego a una de sus diputadas.

En 2016, cuando precisamente el PSC -entonces bajo la batuta de Miquel Iceta- se posicionó al lado de un Sánchez defenestrado por la mayoría de barones del PSOE y rompió la disciplina de voto para decir 'no' a la investidura de Mariano Rajoy, no fueron pocos los socialistas que cuestionaron que el partido hermano en Catalunya ostentara cargos en la cúpula de Ferraz mientras que no sucede lo mismo al revés. Nueve años después, nadie pone en duda esa asimetría y la comunión entre los dos partidos nunca ha sido tan profunda.

Más influyente que nunca

Además de la promoción de Mínguez, que es también secretaria general del grupo socialista en el Congreso, los catalanes Jordi Hereu, ministro de Cultura; y Manuel García Salgado, a cargo del área de memoria democrática y laicidad de la formación, permanecen en el núcleo de mando, cosa que visibiliza cómo el PSC nunca antes había sido tan influyente en el PSOE como lo es ahora. No solo por los cargos orgánicos que ostenta, sino por el proyecto para Catalunya que abandera Sánchez. Especialmente desde que es president de la Generalitat, Illa se ha convertido en el más fiel escudero del presidente y su intención es continuar siéndolo a las duras y a las maduras, como demostró durante su intervención ante el comité federal.

"Está haciendo su trabajo y lo está haciendo muy bien. Cuando atacan a Pedro Sánchez, atacan a todo el partido. Tiene todo mi reconocimiento y toda mi admiración", aseguró en un discurso ante el comité federal, en el que escenificó un cierre de filas total. Hay una necesidad recíproca: el líder de los socialistas catalanes cumple como principal barón y puntal en el que puede apoyarse Sánchez y, a su vez, Illa se garantiza el plácet de la Moncloa a las demandas de ERC que le garantizan la estabilidad: desde la ley de amnistía a la financiación singular, cuyo próximo episodio está fijado para el 14 de julio con la reunión de la comisión bilateral Estado-Generalitat.

Ambos presidentes precisan del apoyo, sea de Junts o de los republicanos, para que se sostengan sus respectivos mandatos. Eso sí, nada tiene que ver la inestabilidad que zarandea la legislatura española con la placidez con la que transita la catalana. Por esa razón, hay quien dentro del PSC apunta que quizás los socialistas catalanes se están "mojando demasiado" en un momento en el que es una incertidumbre si el caso Cerdán-Ábalos acabará llevando al naufragio al PSOE.

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