La nueva cúpula de Ferraz

El PSC ve en la elección de Mínguez como portavoz del PSOE un refuerzo a su proyecto para Catalunya

Los socialistas catalanes celebran la nueva responsabilidad que asumirán en Ferraz, aunque hay quienes advierten de los "riesgos" que conlleva

Montse Mínguez, la nueva portavoz del PSOE bregada en el núcleo duro de Salvador Illa

Rebeca Torró será la nueva secretaria de Organización del PSOE y la catalana Montse Mínguez ocupará la portavocía

Montse Mínguez, diputada catalana que asumirá la portavocía del PSOE

Montse Mínguez, diputada catalana que asumirá la portavocía del PSOE / J. J. Guillén / EFE

Sara González

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Barcelona
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La situación es inédita: por primera vez, una dirigente del PSC, Montse Mínguez, ejercerá de portavoz del PSOE. Una prueba palmaria de la simbiosis política con la que actúan Salvador Illa y Pedro Sánchez pese a formar parte de dos partidos hermanados, pero formalmente independientes. La pregunta que inmediatamente sobrevuela ahora sobre los socialistas catalanes es si asumir esa función en Ferraz puede suponer una colisión de intereses en un momento en el que, sin ir más lejos, el Govern de la Generalitat negocia carpetas como la financiación singular de Catalunya, pese al recelo que despierta entre algunos de los barones de la formación.

La respuesta oficial es que no, que justamente pasará lo contrario, y es que el proyecto para Catalunya que tiene el PSC ganará una atalaya. Señalan, de hecho, que hay un beneficio mutuo entre ambas formaciones con esta operación porque, si bien el PSOE trata de beber de la buena inercia del partido de Illa, también el PSC cuenta con una palanca más de influencia en Ferraz, donde, salvo vuelco de última hora, conservarán los tres representantes que tenían hasta ahora.

"Tenemos el compromiso de Sánchez de mejorar la financiación y las infraestructuras de Catalunya, así que Mínguez estará más encantada aún de defenderlo ejerciendo de voz del PSOE", ha defendido la portavoz de los socialistas catalanes en el Parlament, Elena Díaz, la primera dirigente en pronunciarse sobre el nombramiento durante un coloquio celebrado en la Universitat Progressista d'Estiu de Catalunya (UPEC). "La nueva posición de Mínguez ayudará", asegura otro dirigente del PSC, mientras desde la cúpula de la sede de Pallars apuntan que el comité federal de este sábado "saldrá bien" en su propósito de actuar como revulsivo de la crisis en la que está sumido el PSOE desde que el caso de presunta corrupción se llevó por delante a Santos Cerdán.

Los peligros de "mojarse más"

Sin embargo, hay voces dentro del partido que echan el freno al optimismo y consideran que se asumen "riesgos innecesarios" especialmente en dos frentes. Por un lado, señalan que el boquete se ha abierto en Ferraz y no en Barcelona y que no se sabe todavía el alcance de la onda expansiva del caso Koldo. Si va a más, Mínguez pondrá la cara e inevitablemente tendrá reverberación en el PSC por más que no haya derivada catalana del asunto. "La remodelación del comité ejecutivo está muy bien, pero a lo mejor no forma parte de la ecuación política que hay que aclarar", asegura un dirigente de la dirección, que añade también que, "si la situación explosiona, su alcance será considerable".

Por otro lado, hay quien reflexiona que "no hacía falta mojarse más" cuando el apoyo total de Illa a Sánchez es ya "público y notorio". Y esta misma voz apunta también que el PSOE necesita "recoser" sus federaciones y que la plaza de portavoz podría haber sido una pieza de negociación más para este cometido.

No obstante, la decisión de Sánchez está ya tomada y el PSC acepta salir al rescate asumiendo las consecuencias que se puedan derivar. La previsión es que además de Mínguez continuarán siendo miembros de la dirección el ministro de Industria, Jordi Hereu, y Manuel García Salgado, que se hace cargo del área de memoria democrática y laicidad. No obstante, los socialistas catalanes priman más la ascendencia que tienen sobre el proyecto del PSOE más que los cargos orgánicos, por más que el secretario general haya decidido concederles más protagonismo.

Illa ya ha decidido prestar su apoyo incondicional a Sánchez porque considera que la legislatura española tiene que continuar, de la misma forma que recuerda siempre que puede que el presidente del Gobierno "se la ha jugado" por Catalunya en los siete años que lleva al frente de la Moncloa. Ambos ya hace tiempo que ligaron sus destinos y ahora dan un paso más en esta senda, pese a que la inestabilidad que trata de capearse en Madrid es casi antagónica de la placidez con la que el PSC gobierna en Catalunya pese a hacerlo en minoría.

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