Cita ante el tribunal

El silencio de Ábalos y Koldo García en el Supremo concede un leve respiro al PSOE frente al precipicio: "Todo se ciñe al triángulo tóxico"

La ausencia de revelaciones por parte de dos de los tres presuntos implicados sirve a los socialistas para reforzar su tesis de que la trama no está extendida en el partido

José Luis Ábalos llega al Tribunal Supremo, este lunes.

José Luis Ábalos llega al Tribunal Supremo, este lunes. / JOSÉ LUIS ROCA

Juan Ruiz Sierra

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Madrid
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El PSOE se agarra en estos días de desánimo y miedo a una expresión: “Triángulo tóxico”. La figura tiene en cada uno de sus lados a Santos Cerdán, José Luis Ábalos y Koldo García, implicados en el escándalo de corrupción para el supuesto cobro de comisiones a cambio de adjudicaciones de obra pública que ha colocado a Pedro Sánchez en una situación límite, presionado por la oposición para que convoque ya elecciones anticipadas y con los socios evitando darle un respaldo rotundo y anticipando que pueden retirarle el apoyo en cualquier momento, si hay nuevas revelaciones en torno a este caso. Los colaboradores del líder socialista se esfuerzan por ceñir el caso a estos tres dirigentes, pero al mismo tiempo reconocen que no pueden asegurar a ciencia cierta que el escándalo se vaya a quedar solo en ellos. 

A falta de la declaración el 30 de junio de Cerdán, la que más daño puede hacer a Sánchez porque se trata de quien fue secretario de Organización del PSOE hasta hace menos de dos semanas, los otros dos miembros del “triángulo tóxico” acudieron este lunes al Tribunal Supremo. Los socialistas contenían el aliento ante lo que pudieran airear. Sobre todo García, que llevó a cabo múltiples grabaciones comprometedoras de sus presuntos compañeros de delito y ha advertido a su entorno que esto “acaba de empezar”

Pero ninguno aportó ninguna novedad. Ábalos, exministro de Transportes y antecesor de Cerdán como número tres del partido, explicó que no se reconoce en los audios recogidos por la UCO en el informe que precipitó la dimisión de Cerdán. García, mano derecha de Ábalos en el Gobierno, se acogió a su derecho a no declarar. 

La permanencia en libertad

Así que la sensación más extendida entre los socialistas fue de alivio. Relativo, y siempre a expensas de que todo estalle de nuevo en cualquier momento, pero alivio al fin y al cabo, un estado de ánimo que se vio reforzado cuando el magistrado Leopoldo Puente mantuvo las medidas cautelares en vigor y no ordenó el ingreso en prisión de ninguno de los dos. “Nosotros circunscribimos los problemas surgidos al triángulo tóxico. Por lo tanto, lo ocurrido ante el Supremo es lo esperable”, dijeron fuentes de la Moncloa. “Una vez que hicimos lo que nos tocaba [forzar la salida de Cerdán], que la Justicia siga su curso y total colaboración”, añadieron en la dirección del PSOE. 

En público, los socialistas decidieron elevar los reproches a los señalados por corrupción. “Todo el peso de la ley sobre estos sinvergüenzas”, dijo Diana Morant, ministra de Ciencia y líder del PSOE en la Comunidad Valenciana. “En este partido hay mucha más gente que todos estos indeseables que han ido apareciendo y que aparentemente se han lucrado con los cargos públicos”, añadió en RNE la secretaria de Política Económica, Enma López, quien insistió en mantener la “mirada firme” para culminar la legislatura y llevarla hasta la segunda mitad de 2027, como el jefe del Ejecutivo ha dejado claro que quiere conseguir

El oxígeno de la OTAN

Sánchez, mientras tanto, intenta recuperar la iniciativa en el terreno doméstico e internacional. El líder del PSOE participó este lunes en la celebración del vigésimo aniversario del matrimonio entre personas del mismo sexo, aprobado por José Luis Rodríguez Zapatero, una iniciativa con la que puso de relieve lo que está en riesgo si el PP y Vox llegan al poder. “Aquí no se retrocede. Se avanza”, dijo el presidente, quien el día anterior logró un pacto contra pronóstico con la OTAN para que España quede exenta de la obligación de destinar el 5% de su Producto Interior Bruto (PIB) en defensa. 

El acuerdo permite a Sánchez no alejar aún más a sus socios parlamentarios, la mayoría contrarios al aumento del gasto en armamento, e incluso dirigentes socialistas siempre alejados de él, como Emiliano García-Page, señalaron que aquí lo apoyaban “por completo”. Sin embargo, cuando le preguntaron por el futuro de esta legislatura, el presidente de Castilla-La Mancha contestó lo mismo que piensa incluso el núcleo duro del jefe del Ejecutivo: “No tengo la más mínima idea”. 

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