Congreso interno
Feijóo hace un guiño a Ayuso con las primarias en el PP y apuesta por un modelo híbrido
La ponencia de estatutos eleva los requisitos para presentarse a presidente del PP pero no evita que se puedan buscar alianzas en la segunda votación, como ocurrió con Casado y Sáenz de Santamaría en 2018

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante su intervención en la sesión de control al Gobierno de este miércoles en el Congreso. / Chema Moya / EFE


Pilar Santos
Pilar SantosPeriodista
Licenciada en Periodismo por la Ramon Llull.
Empezó en Barcelona en 1997 haciendo la agenda y las farmacias de guardia. Pasó por varias secciones antes de llegar a Política. En 2007, se trasladó a Madrid para cubrir la Moncloa con José Luis Rodríguez Zapatero y, después, con Mariano Rajoy. La información de Exteriores la llevó a más de 40 países. A partir de 2011 sumó la cobertura de la Zarzuela.
Tras la moción de censura a Rajoy, está centrada en el PP y la Casa del Rey.
Colabora en programas de análisis en Telecinco, RNE y Catalunya Ràdio.
Cierto alivio en las filas del PP. Altos cargos del partido y fontaneros pendientes de la vida interna del partido han suspirado este miércoles al leer la ponencia de estatutos de la formación que se debatirá cara al congreso interno de julio. La propuesta para elegir al presidente del PP que se hace en ese texto --auspiciado, como es habitual, por la dirección actual, en este caso la de Alberto Núñez Feijóo-- intenta aunar las dos sensibilidades sobre las primarias que hay en las filas populares y que están representadas por dos personas destacadas: el propio líder e Isabel Díaz Ayuso.
El primero, como había dejado claro varias veces en el pasado, quería volver a un modelo puro de compromisarios, para que las estructuras de poder del PP tuvieran la riendas bien sujetas para señalar con su dedo al nuevo presidente de la formación. La segunda, Ayuso, quería mantener el sistema actual, en el que los militantes tienen mucho poder. La propuesta que se hace en la ponencia de estatutos conocida este miércoles es un modelo híbrido: se endurecen los controles para poder presentar candidaturas y se devuelve peso a los dirigentes autonómicos para elegir al presidente (o presidenta) del partido a través de los compromisarios, pero se recupera la posibilidad de que a la segunda votación pasen más de dos candidatos, por lo que se mantiene la opción de que haya alianzas entre varios aspirantes en esa fase final. Es lo que ocurrió en la elección de Pablo Casado, en 2018, cuando todos se asociaron para torcer el brazo a Soraya Sáenz de Santamaría, que había ganado en la primera vuelta ante los militantes. Es decir, Feijóo no ha evitado que se pueda alcanzar "un pacto de perdedores" como pasó entonces: un pacto en el que él participó para aupar a Casado.
Fuentes del entorno de Ayuso habían dejado claro desde que se convocó el congreso, a mediados de mayo, que quería que los afiliados siguieran con el mismo poder como hasta ahora. "Un militante, un voto", quiso decir ella directamente en una entrevista en 'Abc' que se publicó el mismo día que Feijóo había convocado una manifestación en Madrid, el 8 de junio. La portada del rotativo con la presidenta madrileña clamando por que se mantuviera ese sistema opacó la movilización promovida por el jefe de filas y demostró que estaba dispuesta a dar batalla. El texto de la ponencia, por contra, pone de manifiesto que Feijóo ha rechazado ir al choque directo. Fuentes del PP de Madrid piden tiempo para analizar al detalle la propuesta --redactada de una manera imbrincada o "a la gallega", según decía algún diputado este mércoles--, pero en una primera lectura esas fuentes del entorno de Ayuso parecían ver el vaso medio lleno.
500 firmas y no 100 para evitar "frikis"
El texto de la ponencia señala que de las 100 firmas de militantes que se necesitaban ahora para presentar una candidatura se pasará a 500 con representación en al menos 20 provincias españolas y con 15 avales como mínimo en cada una de ellas. Una manera de bloquear el paso a 'outsiders' o "frikis", como decía este miércoles en el Congreso algún miembro del equipo de Feijoo.
Todos los que pasen ese filtro pasarán a ser proclamados candidatos y podrán hacer campaña interna durante 21 días. En una primera votación, los afiliados elegirán a los compromisarios (representantes) que son los que participarán en el congreso y elegirán directamente al futuro líder. "Los compromisarios tendrán que adherirse a la lista de uno de los candidatos que se hayan proclamado para ostentar la presidencia", señala el Artículo 32.2.f, así que el afiliado sabrá a quién defiende el compromisario que quiere que le represente. En principio... Porque ese compromisario puede decir que defenderá al candidato A en un primer momento, pero, días después, llegar al congreso y, en la segunda y definitiva votación, apostar por el B. El voto siempre es secreto.
Ahora, el documento se somete a un plazo de enmiendas, en el que los compromisarios podrán proponer cambios que se debatirán y se votarán en el congreso de principios de julio.
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