La legislatura catalana
La financiación y las políticas de vivienda sustentan la alianza de Illa con ERC y Comuns pese al choque por el aeropuerto
El Govern mantiene las expectativas de negociar los presupuestos de 2026 con los socios después del verano
Illa y ERC negocian el encaje de la Generalitat en la gobernanza del aeropuerto de Barcelona-El Prat
ERC y Comuns rechazan frontalmente la ampliación del aeropuerto pero no rompen con Illa

El president de la Generalitat, Salvador Illa, con el líder de ERC, Oriol Junqueras, el pasado 22 de febrero / Alberto Paredes / Europa Press


Sara González
Sara GonzálezPeriodista
Periodista especializada en Política. Autora de 'Per raó d'Estat' (Ara Llibres), 'Cas Mercuri. La galàxia Bustos' (Saldonar) y 'El part dels comuns. Relat del naixement de Catalunya en Comú' (Saldonar)


Quim Bertomeu
Quim BertomeuPeriodista
Licenciado en Periodismo y en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universitat Pompeu Fabra (UPF). Sigue la actualidad política del Govern, del Parlament de Catalunya y el día a día de los partidos catalanes, sobre todo de ERC.
Abierta ya de par en par la carpeta de la ampliación del Aeropuerto de Barcelona-El Prat, el president de la Generalitat, Salvador Illa, constata que, más allá de la gestualidad, sus socios siguen ahí. Pese a las quejas contra el proyecto de unos y otros con distintos decibelios y puntos de enfoque, pasados ya los primeros días de la digestión del anuncio ni ERC ni los Comuns han mostrado síntomas de querer poner tierra de por medio. Así que en el Govern dan la detonación por controlada y mantienen sus expectativas para negociar los presupuestos de 2026 con la tranquilidad de que hay dos asuntos que actúan de argamasa: la financiación singular prometida a los republicanos y las políticas de vivienda que se impulsan de la mano de los Comuns. Hay aún un tercer elemento: a ninguno de ellos les conviene elecciones.
Illa ha tomado las riendas de su propio proyecto tras 10 meses de mandato en que han sido los socios los que, aprovechando la minoría del Govern, le han marcado el paso. Pero una vez amarradas las ampliaciones de crédito y de sumar casi 4.000 millones a las cuentas prorrogadas de 2023, el president pisaba ya sobre seguro para lanzar a bombo y platillos su plan para El Prat. Los detalles no pillaron precisamente por sorpresa a los republicanos, con quienes mantienen una interlocución frecuente; mientras que con los Comuns, con quienes también hay un vínculo estable, han aislado el asunto de la ecuación porque dan por descartada la posibilidad de que haya ningún tipo de aproximación. No obstante, los socialistas aseguran estar "tranquilos" porque están cumpliendo "escrupulosamente" con lo acordado en la investidura; y dan por descontado que ni unos ni otros romperán la baraja porque tienen intereses superiores a preservar.
La financiación es la clave
En ERC no ha gustado la propuesta para el futuro del aeropuerto, ni tampoco que se haya elegido justo este momento del curso para presentarla, pero no será un motivo para romper con el PSC. La razón principal es que los republicanos tienen abiertas de par en par dos negociaciones con los socialistas, el traspaso de Rodalies y la nueva financiación, y no quieren que el asunto del aeródromo las contamine. "La financiación es la clave de la legislatura", exponen desde el partido de Oriol Junqueras. Es por esto que, concluyen, no tendría sentido romper ahora por un proyecto como el aeropuerto sobre el que aún pesan varias incógnitas, como por ejemplo si logrará el aval de la Unión Europea desde el punto de vista ambiental.
Para sobrellevar el desacuerdo por el aeropuerto, los republicanos tienen dos hilos de los que tirar. El primero es intentar encontrar con el Govern de Illa una vía para que la Generalitat tenga influencia en la gobernanza de El Prat. Si lo lograra, mitigaría el disgusto por la decisión de Illa y Aena de ampliar la pista. Cómo explicó EL PERIÓDICO esta semana, las conversaciones sobre este tema sigue abiertas. Desde ERC aseguran que con el PSC tienen el camino trazado, pero que "el problema es Madrid", es decir, convencer al PSOE. "Con el PSC lo vemos igual, pero se necesitan cambios legislativos", explica una voz autorizada de los republicanos.

Aviones sobrevuelan la zona del Remolar después de despegar de la pista. / Ferran Nadeu
El segundo hilo del que tirar para acabar de soslayar el desacuerdo por el aeropuerto es que ERC pueda exhibir avances en las negociaciones sobre el traspaso de Rodalies y sobre la nueva financiación. Sobre la cuestión de los trenes existen pocas dudas de que pronto podrán presentar una propuesta de estatutos de la empresa que gestionará el servicio en Catalunya. La financiación es otra cosa. Las conversaciones se han complicado en los últimos días, pero ERC aún ve posible llegar a un acuerdo aunque no sea dentro del plazo previsto -que termina el 30 de junio-.
La mayoría de izquierdas
Los Comuns están dispuestos a remar para que la mayoría de izquierdas siga operando en Catalunya. Aunque dan por insalvable el choque por el aeropuerto, defienden que está por ver que la ampliación de El Prat pueda llevarse a cabo -confían en que la Unión Europea la vete- y que mientras tanto exprimirán la influencia que tienen sus seis diputados, decisivos en la mayoría que sustenta a Illa. Sin ellos, sostienen, el Govern del PSC no estaría impulsando medidas no solo para construir más vivienda protegida, sino para intervenir directamente el mercado, algo a lo que antes se había resistido, así que irán contemporizando y utilizando la correlación de fuerzas para ver en qué momento plantean el pulso definitivo. Con este argumento y estrategia justifican no repetir la jugada del mandato pasado, cuando la defensa del macroproyecto del Hard Rock por parte del ejecutivo de Pere Aragonès les llevó a rechazar los presupuestos, cosa que dio pie a que ERC anticipara las elecciones. Entonces, aseguran, movieron ficha porque el Govern les comunicó que estaba a punto de aprobar el plan director del proyecto.

Los diputados de los Comuns en el Parlament Jéssica Albiach y David Cid. / Quique García / EFE
También es cierto que han tomado nota de cómo fue aquel paso precipitado por las urnas: con Jéssica Albiach como candidata perdieron dos diputados, uno de ellos, el de Tarragona. A esa experiencia se remiten también los socialistas para dar por sentado que los Comuns no se descolgarán de las negociaciones y que a partir de septiembre, como ERC, podrán sentarse a hablar de las cuentas de 2026, claves para que Illa tenga la estabilidad garantizada esta legislatura.
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