Audios contra la UCO
El PSOE pide una "reacción" a Sánchez para superar la sensación de "fin de ciclo"
Cada vez más socialistas defienden una crisis de Gobierno que permita recuperar la iniciativa ante la sucesión de escándalos

Pedro Sánchez, el pasado 21 de mayo en el Congreso. / JOSÉ LUIS ROCA


May Mariño
May MariñoPeriodista malagueña en Madrid. En la última década he estado centrada en Política, especialmente en información del Gobierno y del PSOE, después de varios años cubriendo Defensa y Exteriores. Además de muchos años en la agencia Servimedia, he pasado por Expansión, Onda Cero, y Localia TV. Ahora, nuevos retos en El Periódico de Prensa Ibérica.
También participo en análisis políticos en distintos programas de RTVE, Antena 3, Telemadrid, Canal Sur, ETB y Castilla y León TV.
Siete años después de llegar a la Moncloa a través de una moción de censura, y tras lograr ser investido para otros dos mandatos, Pedro Sánchez se encuentra en una situación política más precaria que nunca. La sucesión de escándalos en su entorno más cercano (tanto su mujer como su hermano están imputados), sumado al último episodio de tintes esperpénticos protagonizado por Leire Díez, han instalado al PSOE entre la perplejidad, la desesperación y la necesidad de “reaccionar” para recuperar la iniciativa perdida y combatir la sensación de “fin de ciclo” que sobrevuela esta legislatura. En principio, a través de una crisis de Gobierno después del verano que renueve algunos rostros del Consejo de Ministros y sirva para coger impulso.
Hay cada vez más mandos en el partido que consideran que la manera de encarar el caso de la militante que ofreció presuntos beneficios judiciales a cambio de material comprometedor contra la UCO, la unidad de la Guardia Civil que investiga los procesos que afectan a los socialistas en los tribunales, ha sido “tardía” y excesivamente “tibia”. Pero no es la reacción en sí lo que más preocupa, sino lo que denota: “falta de reflejos” y una organización excesivamente “vertical” donde nada se mueve sin que lo decida el líder.
El sabotaje de Aldama
Fue Sánchez el que decidió, en contra de lo que había estado señalando previamente la dirección del partido, abrir un expediente administrativo a Díez. Desde la publicación de los primeros audios por parte de ‘El Confidencial’, transcurrieron más de 48 horas hasta que dio el paso. Y después el PSOE continuó arrastrando los pies, sin lanzar apenas reproches a la controvertida militante. El martes, por fin, la dirección socialista llamó a Díez para recabar su testimonio, durante una cita que terminó con su solicitud de darse de baja del partido. Pero el día siguiente fue peor. Díez protagonizó una estrambótica comparecencia que acabó saboteada por Víctor de Aldama, presunto cabecilla de la ‘trama Koldo’ en la que está presuntamente implicado José Luis Ábalos, exministro de Transportes y exsecretario de Organización del partido.
“Fue un espectáculo dantesco”, resume un dirigente territorial. “El ‘caso Leire Díez’ es muy difícil de gestionar, porque seguimos sin conocer exactamente qué hay detrás y ella es una persona sin ninguna responsabilidad institucional y una enorme ansia de protagonismo. No sabes por dónde va a salir -añade un socialista histórico que conoce a la ya exmilitante desde hace años-. Pero la actuación ha contribuido a alimentar la sospecha de que Ferraz sabía alguna cosa de sus tejemanejes”.
En la cúpula del PSOE desmienten cualquier encargo a Díez para dañar a la UCO, algo en lo que coincide la afectada, pero se empieza a instalar una sensación de desesperación ante lo que un miembro de la Ejecutiva denomina la “tormenta perfecta”. Hay dirigentes que no acaban de entenderlo. “No conseguimos que se hable de nada positivo del Gobierno. Eso frustra muchísimo. La economía va bien, pero en la calle solo hay crispación. Nunca habíamos vivido algo así”, explica un miembro de la dirección. Otro alto cargo desdeña la importancia del ‘caso Leire Díez’ (“es una friki que se da ínfulas, pero su historia ya no da mucho más de sí y está sobre todo circunscrita al ecosistema madrileño”, dice) y da por hecho que los procesos al hermano y la mujer de Sánchez “quedarán pronto en nada porque no hay nada”.
Pero también hay quienes ven muy difícil remontar esta coyuntura e imponer la agenda de la Moncloa. “Los datos macroeconómicos son excelentes. Crecemos más y creamos más puestos de trabajo que la media europea. El empleo es mucho más importante que Díez y Aldama, pero la gente solo habla de Díez y Aldama. Y es lógico. Estos personajes suscitan mucho interés. No hay más que salir a la calle”, explica un socialista con numerosos trienios a sus espaldas.
Un adelanto “suicida”
El lunes de la semana pasada, el primer día en el que abría todos los informativos la militante socialista que buscaba información sensible contra la UCO, Sánchez anunció ayudas de hasta 100 euros para que los menores de 16 años puedan comprar gafas y lentillas. Pasó sin pena ni gloria. Lo mismo ocurrió con los últimos datos de paro, conocidos este martes, que reflejan que España baja por vez primera en 17 años de los 2,5 millones.
Y después llegó la Conferencia de Presidentes celebrada el viernes en Barcelona, otra cita fallida para el Ejecutivo. Primero, porque la Moncloa, para evitar el boicot del PP, se vio obligada a ampliar el orden del día e incluir todos los asuntos que querían debatir las comunidades gobernadas por los conservadores. Y después, porque la reunión en sí se saldó sin ningún acuerdo y estuvo dominada por la petición de elecciones anticipadas por parte de casi todos los presidentes autonómicos conservadores.
El encuentro también mostró que la brecha de Sánchez con el castellano-manchego Emiliano García Page, el único mandatario socialista que gobierna con mayoría absoluta, es cada vez mayor. Alineado con el PP, que este domingo celebra una manifestación liderada por Alberto Núñez Feijóo contra el Gobierno (su lema es “mafia o democracia”), Page se opuso a la propuesta de Sánchez para triplicar la inversión en vivienda. Aun así, no dijo nada sobre un anticipo electoral para dar por terminada esta convulsa legislatura, una propuesta que había lanzado jornadas atrás al calor del ‘caso Leire Díez’. El presidente del Gobierno, en cualquier caso, dijo a todos ellos que abandonaran cualquier esperanza de acudir pronto a votar. Los comicios generales, dejó claro Sánchez, no serán hasta 2027, “cuando tocan”.
“¿Cómo vamos a convocar elecciones? -se pregunta un miembro de la Ejecutiva-. Nosotros estamos como estamos, incapaces de vencer la crispación e imponer nuestro relato. Sumar está peor: dividido y con pésimos resultados en las encuestas. Un adelanto sería un suicidio. Nuestra única suerte es el PP, con Feijóo cayendo en valoración ciudadana y todavía atado a Carlos Mazón. Pero tenemos que reaccionar”.
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