En tres claves

¿Por qué es tan importante para el fiscal general que el novio de Ayuso declare en la causa por revelación de secretos?

Fue la Sala Segunda del Supremo la que dio la razón a la Abogacía del Estado y ordenó al juez Hurtado tomar declaración a González Amador

El Supremo escucha este viernes al novio de Díaz Ayuso por su querella contra el fiscal general

El Supremo escucha este viernes al novio de Díaz Ayuso por su querella contra el fiscal general / JOSÉ LUIS ROCA / VÍDEO: Europa Press

Ángeles Vázquez

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Madrid
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Las defensas del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, y de la fiscal jefa provincial de Madrid, Pilar Rodríguez, tuvieron que esperar a que la Sala Segunda del Tribunal Supremo les diera la razón para que se citara en la causa que se sigue contra ambos por delito de revelación de secretos a la pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. El instructor de la causa, Ángel Hurtado, consideraba que el testimonio de Alberto González Amador hasta podía "ser perjudicial" para los intereses de los investigados. Estas son las razones por las que la Abogacía del Estado, que ejerce la defensa del máximo responsable del ministerio público, considera importante el testimonio del empresario.

Los Servicios Jurídicos del Estado basaban su petición en que los querellantes siempre comparecen al principio del procedimiento que han instado para dejar constancia de los términos en que formulan la acusación con la que se ha iniciado la causa, pero, en este caso, como González Amador ratificó la querella ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, donde se inició el procedimiento, el juez Hurtado no entendió necesario volverle a citar.

El magistrado entendía que la posición del empresario venía prefijada en su querella y por la actividad que su abogado había desplegado en el ejercicio de la acusación particular, por lo que citarle suponía “una dilación para la declaración de los investigados”, que incluso podía resultar perjudicial para sus intereses. Este argumento fue descartado por la Sala Segunda que no veía "motivo para su denegación, pues será el afectado por la presunta divulgación quien ofrecerá los contornos de su actuación" y con ello se podrán averiguar los "de la supuesta difusión de datos”.

La defensa también quiere preguntar a González Amador por el correo que su abogado, Carlos Neira, envió a fiscalía y a la Abogacía del Estado en el que ofrecía admitir la comisión de dos delitos fiscales para evitar el juicio. Si el contenido en ese mensaje se conocía o no antes de que le fuera facilitado al fiscal general por Pilar Rodríguez, que a su vez se lo había reclamado al fiscal del caso, es clave para que exista o no el delito de revelación de secretos, porque no se puede revelar lo ya conocido.

También es clave para determinar su autoría, porque que fuera conocido por más personas antes de ese momento diluye la posibilidad de que la filtración partiera de los responsables del ministerio público. De hecho, en ese sentido van las últimas pruebas solicitadas por la defensa, que incluyen la aceptación de actas notariales levantadas por periodistas de 'El País', en las que declaran que tuvieron acceso al correo el día antes de que lo tuviera García Ortiz.

La defensa gira en torno a que el ministerio público madrileño tuvo que reaccionar ante la información falsa de que el fiscal que denunció a González Amador por dos delitos fiscales y otro de falsedad había propuesto un pacto de conformidad a la defensa de González Amador y que sus superiores lo habían frenado. Durante su declaración ante el juez Hurtado, el jefe de gabinete de Díaz Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, admitió haber sido quien envió a un chat con periodistas el correo fiscal del que se podía extraer la interpretación errónea.

Sobre el que González Amador le reenvía con el comentario de su abogado sobre su idea de que el pacto se sostendría y quedaría todo en una multa (tras la publicación de la noticia sobre la existencia de una denuncia por fraude fiscal), el asesor de Ayuso respondió: "El señor González mandó la fotografía de ese email el día 2 a las 9 de la mañana, tres horas después de que una página web hubiera dado a conocer el expediente contra él, no hice nada con ese email, nada, hasta 38 horas después".

Las esperanzas de acreditar a través del testimonio de Miguel Ángel Rodríguez que la fiscalía actuó en defensa del interés general para desmontar un bulo se perdieron. La declaración de González Amador puede ser una nueva oportunidad de alcanzar esa conclusión.

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