Un año después de la crisis

Junqueras gana el pulso a los críticos en la mayoría de las federaciones, pero no acaba con la división en ERC

Las candidaturas afines al líder se imponen en el territorio, aunque los 'junqueristas' pierden Barcelona

Junqueras refuerza su poder en ERC y logra un aval del 90% a su nueva hoja de ruta

La candidata crítica con Junqueras, Creu Camacho, da la sorpresa y gana las elecciones de ERC Barcelona

MULTIMEDIA | Las corrientes de ERC que cuestionan el poder de ORIOL Junqueras

Elisenda Alamany y Oriol Junqueras en el congreso de ERC del pasado mes de marzo.

Elisenda Alamany y Oriol Junqueras en el congreso de ERC del pasado mes de marzo. / Alberto Estévez / EFE

Quim Bertomeu

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Barcelona
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Esta semana se ha cumplido un año de las últimas elecciones catalanas que, si para el PSC fueron un día feliz, para ERC marcaron el inicio de un calvario. Tres días después de aquellos comicios del 12 de mayo de 2024, estalló una crisis interna que partió la organización en dos y enfrentó a sus dos principales líderes, Oriol Junqueras y Marta Rovira. Transcurrido todo este tiempo, con Rovira fuera de la dirección, Junqueras vuelve a llevar el timón y, poco a poco, ha retomado el control del partido, también de sus estructuras territoriales. La situación, sin embargo, está lejos de ser placentera. 

¿Cómo medir la situación interna actual de ERC? Desde que el partido celebró su congreso general en marzo, en el que Junqueras se impuso, se han empezado a celebrar uno tras otro los congresos de las 14 federaciones territoriales en las que se divide la organización en Catalunya. De los ocho que se han celebrado hasta la fecha, en la mayoría han sido las candidaturas afines a Junqueras las que han ganado con claridad. Es el caso del Baix Llobregat, el Baix Besòs, Lleida y las Terres de l'Ebre, por citar algunos ejemplos. Además, en territorios como Girona o el Camp de Tarragona, se han tejido candidaturas de consenso con presencia tanto de afines a Junqueras como de antiguos críticos con la dirección del partido. "Ganamos cohesión cada día que pasa y el partido internamente recupera la solidez que había perdido", defienden desde la dirección.

Sin embargo, la batalla interna que se abrió en el partido tras las elecciones catalanas dejó un poso de militantes descontentos que, bajo la etiqueta de críticos, le han disputado a Junqueras el poder en algunas federaciones. Por ahora solo han ganado en una, la de Barcelona, pero no es una victoria menor, ya que es la federación con más militantes. Fue una victoria ajustada por solo 14 votos, pero suficiente para dar una imagen más o menos ajustada de la realidad de ERC: Junqueras tiene el mando y recupera el terreno que perdió cuando estalló la crisis, pero no ha logrado suturar del todo la herida interna.

El presidente de ERC, Oriol Junqueras, y la nueva presidenta de la federación barcelonesa Creu Camacho durante el 72º congreso regional de ERC Barcelona.

El presidente de ERC, Oriol Junqueras, y la nueva presidenta de la federación barcelonesa Creu Camacho. / Alejandro García (EFE)

A partir de aquí, es difícil encontrar en la ERC de hoy un diagnóstico más o menos generalizado sobre el momento actual del partido. Un dirigente consultado por EL PERIÓDICO ve la situación pacificada y asegura que, la mayoría de los militantes que en su día se opusieron a que Junqueras liderara el partido, "el día después del congreso ya estaban remando a favor de la nueva dirección". "La gente está centrada en que las municipales [de 2027] vayan bien", añade. En cambio, un exlíder que se enfrentó a Junqueras, lo ve diferente: "Seguimos absolutamente divididos, pero la guerra fue tan dura, que la gente no quiere seguir matándose. Estamos en un periodo de entreguerras hasta el próximo congreso".

Para intentar desempatar, una voz del partido que no se decantó por ningún bando durante la guerra lo resume así: "Yo creo que estamos con una tranquilidad relativa. O con una calma tensa, como lo prefieras". Eso sí, en su caso ve el vaso medio lleno. A diferencia de la anterior gran crisis del partido, en 2008, esta vez no ha habido ni escisiones ni grandes nombres que hayan roto el carné. "Y eso que durante la batalla pensé que la cosa acabaría mal", concluye.

Dos años de margen

¿Y ahora qué? Si en algo hay un consenso más o menos general es que nadie prevé grandes turbulencias a medio plazo. Todo el mundo, también los críticos, se ha dado hasta las elecciones municipales de dentro de dos años para analizar cómo evoluciona el partido. Esos comicios marcarán un punto de inflexión: ERC se juega dejar atrás el bache electoral que arrastra ya en un ciclo electoral completo que incluye las últimas municipales, catalanas, generales y europeas. Si sale del bache, la dirección se reforzará. Si no, la situación se volverá a complicar.

Oriol Junqueras y Xavier Godàs escuchando a Helena Solà el día del debate entre presidenciables.

Junqueras, Godàs y Solà el día del debate entre presidenciables. / ERC

Mientras transcurren estos dos años, se deberán aclarar algunos interrogantes en clave interna. Por ejemplo, los sectores críticos del partido también deben tomar la decisión de sí se constituyen formalmente en corrientes internas dentro de la organización. Es una posibilidad que tienen con los nuevos estatutos del partido, aunque ni Nova Esquerra Nacional, ni Foc Nou, ni el Col·lectiu 1 d'Octubre tienen una decisión tomada. Para convertirse en corrientes tendrán que presentar la firma de un 3% de militantes -unos 240 en una organización de 8.000- y esto también expondrá a la luz pública con qué apoyo real cuentan entre los afiliados. En declaraciones a EL PERIÓDICO, la líder de Foc Nou, Helena Solà, explica que este último año ha sido "uno de los más complejos" para ERC. Y no solo por la derrota electoral, sino también por otras cuestiones como el asunto de los carteles contra los Maragall o la decisión de apoyar la investidura de Illa. "Generó tensión y desconcierto entre la base y alimentó la desafección entre los militantes", lamenta. Su receta pasa porque ERC encuentre "nuevas voces" y redefina "objetivos, estrategia y estructura".

En este último año, ERC ha tenido que compaginar la crisis interna con la definición de su nuevo rol de partido de la oposición. En este asunto, Junqueras ha marcado un camino claro y ERC se ha convertido en socio parlamentario habitual del president Illa. Eso sí, a cambio de avances en asuntos delicados como Rodalies. El próximo punto caliente en esta relación tiene fecha: el 30 de junio. Ese día expira el plazo que ERC dio a Illa para presentar una propuesta concreta de mejorar de la financiación.

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