Apuntes políticos de la semana

Sánchez y el PP, en un apagón permanente

Ni la pandemia ni la guerra lanzada por Rusia ni un cero eléctrico histórico: el presidente del Gobierno y el principal partido de la oposición no han logrado un mínimo entendimiento en siete años

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Pilar Santos

Pilar Santos

Madrid
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"Enhorabuena a @FeijooGalicia por su elección como presidente del Partido Popular. En estos tiempos complejos, trabajar con unidad y responsabilidad por el bien común de la ciudadanía debe ser una prioridad de todos y todas". Con este mensaje en Twitter saludó Pedro Sánchez la elección de Alberto Núñez Feijóo como presidente del PP el 2 de abril de 2022. Hacía pocos minutos que el político gallego había sido elegido nuevo jefe de los conservadores con un resultado buenísimo en el congreso de Sevilla. 

Feijóo era la esperanza de los populares tras la guerra civil exprés que habían protagonizado Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso. El perfil moderado mostrado en Galicia le llevó a pronunciar un primer discurso en el que aseguró que llegaba a Madrid a hacer una oposición constructiva a Sánchez (no a “insultarle”) y a ganarle en cuanto pudiera en las urnas. Lo segundo lo hizo claramente el 23 de julio de 2023 en las elecciones generales. Lo primero, ya menos: la virulencia de los ataques lanzados estos tres años contra el presidente del Gobierno tanto por él como por su escudero, Miguel Tellado, desmienten esa afirmación. 

Parece que Sánchez y Feijóo no puedan cerrar ningún acuerdo por miedo al qué dirán. El presidente del Gobierno, por los partidos a su izquierda: Podemos, su antiguo aliado, le hace la vida cada vez más difícil; Sumar, depende del día. El líder del PP, por Vox, que siempre le aprieta más con todo: en políticas antiinmigración, contra el cambio climático. Este miércoles, Santiago Abascal pidió a Feijóo que rompa con su nuevo amigo el canciller alemán, Friedrich Merz, porque los servicios de inteligencia de ese país consideran que hay que ilegalizar a Alternativa para Alemania (Afd), el partido ‘hermano’ de Vox. 

En estos siete años, el único gran acuerdo al que han llegado el dirigente socialista y el PP (tanto con Casado como con Feijóo) ha sido la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), y se hizo con cinco años de retraso y tras la presión de la Comisión Europea. Ni en la pandemia ni tras la guerra lanzada por Rusia contra Ucrania ni ante un apagón histórico. El PSOE y el PP de esta década son adversarios irreconciliables.

Esta semana se ha sumado otro ejemplo de ese diálogo de sordos entre Sánchez y Feijóo. El jefe del Ejecutivo habló durante tres horas en el Congreso de los Diputados, en una sesión parlamentaria extraordinaria dedicada a abordar el gasto del 2% en defensa y el apagón del 28 de abril, pero en sus intervenciones no hubo ni un solo gesto para buscar el entendimiento con Feijóo y eso que, en el caso de las armas, ambos coinciden en que hay que aumentar la inversión

El jefe de la oposición tampoco se lo había puesto fácil con ninguno de los dos temas y, con la caída del servicio eléctrico, empezó a exigirle saber qué había fallado apenas 24 horas después de que España se fuera a negro. Feijóo también mostró la semana pasada sus dudas de que esté ocultando información, una grave acusación que el líder del PP se atrevió a repetir en la tribuna de oradores durante el debate.

Desde 2015, la política española vive con una urna en el horizonte. Entre las repeticiones de las generales (2015, 2016 y dos en 2019), las convocatorias de municipales, autonómicas y europeas y la polarización sobre la que cabalga la política tras el estallido de las redes sociales, los dos principales dirigentes toman decisiones pendientes de sus intereses partidistas y dificultando que la política cumpla su función de mejorar la vida de los ciudadanos y aquello de hacer posible lo imposible. 

La debilidad parlamentaria de Sánchez y las investigaciones a su entorno (hermano, esposa, José Luis Ábalos…) tienen en vilo al PP, con miedo a que el dirigente socialista adelante las generales si ve una ventana de oportunidad. No hay reunión interna en la que Feijóo no le pida a sus compañeros que estén preparados para dar la batalla. 

Para despejar su camino a la Moncloa, el líder del PP sabe que tiene que deshacerse de Carlos Mazón (contando con su colaboración para pactar una salida) y demostrar en Andalucía (si Sánchez no convoca antes) que el apoyo a Juanma Moreno continúa siendo tan potente como en 2022, cuando obtuvo la primera mayoría absoluta para el PP en ese territorio. Los comicios deben celebrarse antes del mes de junio del año que viene. Por ahora, María Jesús Montero, vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, no está sacando provecho a su posición en el Gobierno, donde, de hecho, parece cada día más desaparecida.